Cambios en la web Europa aprobó una reforma de los derechos de autor: Google deberá pagar por los contenidos de los diarios
El Parlamento Europeo puso a tono con la era de internet las normas que protegen el copyright.
Por Idafe Martín, en "Clarín"
El Parlamento Europeo aprobó en la mañana de este martes
(por 348 votos a favor y 274 en contra) una reforma de
la Directiva Europea sobre derechos de autor, un cambio
normativo que actualiza a la era de internet
las normas que protegen el copyright, pero que a
la vez puede provocar una profunda revolución en el
uso de la red en el Viejo Continente.
La reforma, que es sólo de aplicación en Europa, pero que
puede sentar un precedente a nivel global, intenta
proteger a los medios de comunicación y a la
industria cultural del bloque frente a las grandes
plataformas de internet estadounidenses. Por ejemplo,
a Google la obligará a negociar y firmar acuerdos de licencia
con los poseedores de los derechos de autor de cualquier
contenido para que este pueda publicarse en Google News.
Desde ahora, todos los contenidos de prensa estarán
protegidos copyright hasta dos años después de su primera
publicación. Google dijo durante la negociación que no tiene
ninguna intención de llegar a acuerdos con cada diario
europeo, por lo que simplemente dejaría de difundir sus
contenidos. La empresa advirtió que podría cerrar Google News
en toda Europa.
Axel Voss, el eurodiputado alemán responsable del informe
parlamentario, dijo este martes sobre la reforma que es
“un paso importante para corregir una situación que ha
permitido a unas pocas compañías ganar enormes
sumas de dinero sin compensar adecuadamente a los
miles de creativos y periodistas de cuyo trabajo dependen”.
La reforma es una toma de posición de la Unión Europea en
relación al choque entre quienes defienden la libertad total en
internet y quienes, del otro lado, defienden una retribución justa
por la difusión de sus contenidos en la red mundial. Internet creó
la ilusión de que los contenidos son gratuitos, pero esos
contenidos los creó alguien que espera una retribución económica
por su arte o su trabajo.
La reforma es así una gran victoria para los grandes diarios
europeos, que la pedían desde hacía años. Los periódicos más
pequeños no la ven tan positivamente, porque estiman que necesitan
que sus contenidos se difundan lo máximo posible por internet, para
conseguir lectores. Además, los medios más chicos temen que
las plataformas de internet se nieguen a firmar acuerdos con ellos y
se limiten a hacerlo sólo con los grandes diarios.
Los diarios más importantes denuncian que desde hace años
pierden ingresos por publicidad que van principalmente a gigantes
como Google o Facebook, que se aprovechan de su trabajo al publicar
gratuitamente sus contenidos. Alegan que esas empresas no
invierten en periodismo, pero reciben beneficios —como
ingresos por publicidad— por publicar contenidos de otros.
El acuerdo llega aquí a un punto medio, por el que las plataformas de
internet podrán todavía publicar gratuitamente “pequeños
extractos” de las notas de los diarios así como enlaces a los mismos,
pero no los contenidos completos.
Ese apartado de la norma afecta principalmente a Google News, porque
es la propia plataforma la que sube los contenidos de los diarios y la
que embolsa los ingresos por venta de espacios publicitarios. En
Facebook, en cambio, son los usuarios —o los mismos medios— los que
comparten los contenidos, algo por lo que la plataforma no estará obligada
a pagar a los diarios.
Las plataformas también deberán pagar, por ejemplo, a las
compañías discográficas o a los autores e intérpretes musicales y
vigilar que en sus plataformas no se compartan contenidos protegidos por
derechos de autor.
La parte normativa que afecta principalmente a YouTube —y a plataformas
similares— es aún más polémica. Los activistas de derechos digitales
aseguran que la nueva norma puede hacer que esas plataformas verifiquen
cada video que suben para comprobar si viola algún derecho de autor.
Eso haría, denuncian, que se produzca una especie de censura previa.
Esas empresas temen por su parte que se las pueda hacer legalmente
responsables de violaciones de copyright.
La eurodiputada Julia Reda, una de las grandes críticas de la reforma,
explicó que “requerir a esas plataformas que usen filtros no sólo llevará
a que se bloqueen con más frecuencia contenidos legales, sino que hará
la vida más difícil a las pequeñas plataformas que no pueden
permitirse invertir en software de filtrado de contenidos”, lo
que sí pueden hacer gigantes como YouTube. Sin embargo, la nueva norma
excluye de su aplicación a las plataformas con menos de tres años de antigüedad,
menos de 10 millones de euros de ingresos anuales y menos de cinco
millones de usuarios.
La tramitación de la norma, que la Comisión Europea lanzó a finales de 2016,
ha sido un calvario para muchas personas involucradas en su negociación.
Desde los mayores grupos de cabildeo de Bruselas —una ciudad llena de
abogados que representan a diferentes sectores empresariales— hasta
organizaciones de activistas a favor de la libertad en internet, pasando
por los grandes diarios de Europa, todos han intentado
influenciar a los legisladores. Algunos llegaron a recibir amenazas de
muerte.
Europa sigue así siendo el único bloque que intenta poner coto a las
actividades de las grandes plataformas de internet. Desde hace
años está persiguiéndolas por sus presuntas o demostradas
estructuras para evadir impuestos o limitar la competencia, y ahora
las conmina a repartir "el pastel" que logran por usar contenidos de
terceros y a ser activas en la protección de los derechos de autor.
El Parlamento Europeo aprobó en la mañana de este martes
(por 348 votos a favor y 274 en contra) una reforma de
la Directiva Europea sobre derechos de autor, un cambio
normativo que actualiza a la era de internet
las normas que protegen el copyright, pero que a
la vez puede provocar una profunda revolución en el
uso de la red en el Viejo Continente.
(por 348 votos a favor y 274 en contra) una reforma de
la Directiva Europea sobre derechos de autor, un cambio
normativo que actualiza a la era de internet
las normas que protegen el copyright, pero que a
la vez puede provocar una profunda revolución en el
uso de la red en el Viejo Continente.
La reforma, que es sólo de aplicación en Europa, pero que
puede sentar un precedente a nivel global, intenta
proteger a los medios de comunicación y a la
industria cultural del bloque frente a las grandes
plataformas de internet estadounidenses. Por ejemplo,
a Google la obligará a negociar y firmar acuerdos de licencia
con los poseedores de los derechos de autor de cualquier
contenido para que este pueda publicarse en Google News.
puede sentar un precedente a nivel global, intenta
proteger a los medios de comunicación y a la
industria cultural del bloque frente a las grandes
plataformas de internet estadounidenses. Por ejemplo,
a Google la obligará a negociar y firmar acuerdos de licencia
con los poseedores de los derechos de autor de cualquier
contenido para que este pueda publicarse en Google News.
Desde ahora, todos los contenidos de prensa estarán
protegidos copyright hasta dos años después de su primera
publicación. Google dijo durante la negociación que no tiene
ninguna intención de llegar a acuerdos con cada diario
europeo, por lo que simplemente dejaría de difundir sus
contenidos. La empresa advirtió que podría cerrar Google News
en toda Europa.
protegidos copyright hasta dos años después de su primera
publicación. Google dijo durante la negociación que no tiene
ninguna intención de llegar a acuerdos con cada diario
europeo, por lo que simplemente dejaría de difundir sus
contenidos. La empresa advirtió que podría cerrar Google News
en toda Europa.
Axel Voss, el eurodiputado alemán responsable del informe
parlamentario, dijo este martes sobre la reforma que es
“un paso importante para corregir una situación que ha
permitido a unas pocas compañías ganar enormes
sumas de dinero sin compensar adecuadamente a los
miles de creativos y periodistas de cuyo trabajo dependen”.
parlamentario, dijo este martes sobre la reforma que es
“un paso importante para corregir una situación que ha
permitido a unas pocas compañías ganar enormes
sumas de dinero sin compensar adecuadamente a los
miles de creativos y periodistas de cuyo trabajo dependen”.
La reforma es una toma de posición de la Unión Europea en
relación al choque entre quienes defienden la libertad total en
internet y quienes, del otro lado, defienden una retribución justa
por la difusión de sus contenidos en la red mundial. Internet creó
la ilusión de que los contenidos son gratuitos, pero esos
contenidos los creó alguien que espera una retribución económica
por su arte o su trabajo.
relación al choque entre quienes defienden la libertad total en
internet y quienes, del otro lado, defienden una retribución justa
por la difusión de sus contenidos en la red mundial. Internet creó
la ilusión de que los contenidos son gratuitos, pero esos
contenidos los creó alguien que espera una retribución económica
por su arte o su trabajo.
La reforma es así una gran victoria para los grandes diarios
europeos, que la pedían desde hacía años. Los periódicos más
pequeños no la ven tan positivamente, porque estiman que necesitan
que sus contenidos se difundan lo máximo posible por internet, para
conseguir lectores. Además, los medios más chicos temen que
las plataformas de internet se nieguen a firmar acuerdos con ellos y
se limiten a hacerlo sólo con los grandes diarios.
europeos, que la pedían desde hacía años. Los periódicos más
pequeños no la ven tan positivamente, porque estiman que necesitan
que sus contenidos se difundan lo máximo posible por internet, para
conseguir lectores. Además, los medios más chicos temen que
las plataformas de internet se nieguen a firmar acuerdos con ellos y
se limiten a hacerlo sólo con los grandes diarios.
Los diarios más importantes denuncian que desde hace años
pierden ingresos por publicidad que van principalmente a gigantes
como Google o Facebook, que se aprovechan de su trabajo al publicar
gratuitamente sus contenidos. Alegan que esas empresas no
invierten en periodismo, pero reciben beneficios —como
ingresos por publicidad— por publicar contenidos de otros.
pierden ingresos por publicidad que van principalmente a gigantes
como Google o Facebook, que se aprovechan de su trabajo al publicar
gratuitamente sus contenidos. Alegan que esas empresas no
invierten en periodismo, pero reciben beneficios —como
ingresos por publicidad— por publicar contenidos de otros.
El acuerdo llega aquí a un punto medio, por el que las plataformas de
internet podrán todavía publicar gratuitamente “pequeños
extractos” de las notas de los diarios así como enlaces a los mismos,
pero no los contenidos completos.
internet podrán todavía publicar gratuitamente “pequeños
extractos” de las notas de los diarios así como enlaces a los mismos,
pero no los contenidos completos.
Ese apartado de la norma afecta principalmente a Google News, porque
es la propia plataforma la que sube los contenidos de los diarios y la
que embolsa los ingresos por venta de espacios publicitarios. En
Facebook, en cambio, son los usuarios —o los mismos medios— los que
comparten los contenidos, algo por lo que la plataforma no estará obligada
a pagar a los diarios.
es la propia plataforma la que sube los contenidos de los diarios y la
que embolsa los ingresos por venta de espacios publicitarios. En
Facebook, en cambio, son los usuarios —o los mismos medios— los que
comparten los contenidos, algo por lo que la plataforma no estará obligada
a pagar a los diarios.
Las plataformas también deberán pagar, por ejemplo, a las
compañías discográficas o a los autores e intérpretes musicales y
vigilar que en sus plataformas no se compartan contenidos protegidos por
derechos de autor.
compañías discográficas o a los autores e intérpretes musicales y
vigilar que en sus plataformas no se compartan contenidos protegidos por
derechos de autor.
La parte normativa que afecta principalmente a YouTube —y a plataformas
similares— es aún más polémica. Los activistas de derechos digitales
aseguran que la nueva norma puede hacer que esas plataformas verifiquen
cada video que suben para comprobar si viola algún derecho de autor.
Eso haría, denuncian, que se produzca una especie de censura previa.
Esas empresas temen por su parte que se las pueda hacer legalmente
responsables de violaciones de copyright.
similares— es aún más polémica. Los activistas de derechos digitales
aseguran que la nueva norma puede hacer que esas plataformas verifiquen
cada video que suben para comprobar si viola algún derecho de autor.
Eso haría, denuncian, que se produzca una especie de censura previa.
Esas empresas temen por su parte que se las pueda hacer legalmente
responsables de violaciones de copyright.
La eurodiputada Julia Reda, una de las grandes críticas de la reforma,
explicó que “requerir a esas plataformas que usen filtros no sólo llevará
a que se bloqueen con más frecuencia contenidos legales, sino que hará
la vida más difícil a las pequeñas plataformas que no pueden
permitirse invertir en software de filtrado de contenidos”, lo
que sí pueden hacer gigantes como YouTube. Sin embargo, la nueva norma
excluye de su aplicación a las plataformas con menos de tres años de antigüedad,
menos de 10 millones de euros de ingresos anuales y menos de cinco
millones de usuarios.
explicó que “requerir a esas plataformas que usen filtros no sólo llevará
a que se bloqueen con más frecuencia contenidos legales, sino que hará
la vida más difícil a las pequeñas plataformas que no pueden
permitirse invertir en software de filtrado de contenidos”, lo
que sí pueden hacer gigantes como YouTube. Sin embargo, la nueva norma
excluye de su aplicación a las plataformas con menos de tres años de antigüedad,
menos de 10 millones de euros de ingresos anuales y menos de cinco
millones de usuarios.
La tramitación de la norma, que la Comisión Europea lanzó a finales de 2016,
ha sido un calvario para muchas personas involucradas en su negociación.
Desde los mayores grupos de cabildeo de Bruselas —una ciudad llena de
abogados que representan a diferentes sectores empresariales— hasta
organizaciones de activistas a favor de la libertad en internet, pasando
por los grandes diarios de Europa, todos han intentado
influenciar a los legisladores. Algunos llegaron a recibir amenazas de
muerte.
ha sido un calvario para muchas personas involucradas en su negociación.
Desde los mayores grupos de cabildeo de Bruselas —una ciudad llena de
abogados que representan a diferentes sectores empresariales— hasta
organizaciones de activistas a favor de la libertad en internet, pasando
por los grandes diarios de Europa, todos han intentado
influenciar a los legisladores. Algunos llegaron a recibir amenazas de
muerte.
Europa sigue así siendo el único bloque que intenta poner coto a las
actividades de las grandes plataformas de internet. Desde hace
años está persiguiéndolas por sus presuntas o demostradas
estructuras para evadir impuestos o limitar la competencia, y ahora
las conmina a repartir "el pastel" que logran por usar contenidos de
terceros y a ser activas en la protección de los derechos de autor.
actividades de las grandes plataformas de internet. Desde hace
años está persiguiéndolas por sus presuntas o demostradas
estructuras para evadir impuestos o limitar la competencia, y ahora
las conmina a repartir "el pastel" que logran por usar contenidos de
terceros y a ser activas en la protección de los derechos de autor.
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