Porteños
El protagonista de hoy es el propio periodismo, visto por un grupo anónimo y burlón que desnuda tics y reivindica otros.
El Colectivo Abraracurcix, nombre extraído del personaje que lideraba la aldea de Asterix, nos hace llegar el Catálogo infame del nuevo periodismo.
El envío viene en un sobre lacrado. Lo único que hasta ahora se pudo
saber de este grupo de choque mutante y multidisciplinario es que en
2012 intervino en el barrio de Palermo para denunciar los gestos snobs
en la zona comprendida por el Soho y el Hollywood (la heladería que se
hace llamar “espacio de sabores”, la farmacia que vende golosinas, el
spa de pies, etc).
Se dice que detrás del Colectivo se parapetan
un infógrafo, un panelista que proviene del campo del periodismo gráfico
y una periodista de televisión. Piden que aclaremos que no hay ningún
integrante de este “frente amplio” que integre el staff de la revista
Barcelona. También trascendió que habrían desistido del padrinazgo
artístico de Roberto Pettinato por considerarlo “demasiado mainstream para la memoria de Luca Prodan”.
El paso siguiente, adelantan, es la edición del primer Manual Argentino del Antiperiodismo.
La edición no traerá ilustraciones porque sus miembros se declaran
reactivos a cualquier cosa que se parezca o se confunda con la “novela
gráfica”.
A continuación, el controvertido decálogo de los Abraracurcix:
1) Evite
que las entrevistas tengan esa propaganda subliminal denominada
“clima”. Reemplazar el aludido atmósferico por algo más constructivo
llamado “pregunta”. Las preguntas tienen algo favorable: generan
respuestas. El “clima” es una instancia benévola para la mercancía
habitualmente conocida como entrevistado. Mercancía: en el mejor
de los casos, intelectuales o artistas, usualmente políticos, músicos,
actores, panelistas, famosos, yaninas latorres.
2) Mostrarse
incómodo y ligeramente hostil en la entrevista, el medio de acceso más
directo que le queda a este viejo oficio. El “periodista independiente”
debe estimular la reedición del decimonónico apretón de manos. Suspenda
(con el entrevistado) el beso seguido de la onomatopeya chuick! Asimismo, evite pronunciar frases inverosímiles como “nos hablamos” o -más extravagantes aún-: “nos vemos” (?!)
3) Viralizar las notas a través de las redes sociales, logrando que famosos con más de 40.000 acólitos (Twitter, tribuna de doctrina) sean capaces de replicar, hasta lo inaudito, nuestro “notón” con Luciano Castro.
4) Buscar la manera de que DeporTEA forme camadas de periodistas deportivos que nunca más se expresen utilizando el termino “de cara a”.
5) Al croniquero
de la escuela de García Márquez: recuerde la existencia de los medios
electrónicos y tenga a bien saber que la cultura audiovisual está entre
nosotros. Evite cualquier descripción sobre la luna llena que Lila
Carrió tiene por cara o “el mar de diamantes” que Darín tiene donde
otros apenas poseen ojos. Las notas no incluirán nunca mas el café que
beben los protagonistas, a menos que los susodichos vayan por el décimo
pocillo. Tampoco se podrá escribir: “El sol reverbera anaranjando la ventana del bar”. Queda descartado “dijo fulano con una sonrisa afable”.
Afable, palabra que salió expulsada del diccionario de la REA cuando
entró en vigencia Amigovio. Finalmente, deje de confundir crónica con
cronología.
6) Siga avivando el comentarismo como género complementario: siempre hay uno o dos insultos muy esclarecedores.
7)
En el caso de entrevistas a personajes conocidos del ámbito de la
cultura y/o el espectáculo evite el chivo y el archivo. Trate de
escribir una página nueva (mala o buena). Está comprobado que hacer
archivo sostiene mitos y calumnias en el tiempo.
8) Privilegie el backstage
por sobre cualquier espectáculo. Rial y Ventura (o Timerman y Walsh)
enseñaron que la genealogía sentimental de Nico Cabré importa mucho más
que su carrera (Y, sí).
9) No va más decir que los dramaturgos trabajan con “materiales” blá.
Tampoco debe hablarse de las luces que iluminan el cajón de frutas de
un sala del off donde el actor hace equilibrio. Evitar lo de “apuesta
minimalista”. Idea fuerza: El teatro no es austero, es pobre.
10)
Hablar de Tinelli para resaltar la forma en que el genial conductor se
convierte en Robin Hood organizando falsos concursos donde le roba a los
ricos (los anunciantes) para cumplir el sueños de los más necesitados. Remarcar que Tinelli entiende la redistribución mejor que el kirchenismo duro.
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