Tenía dos hijos
La periodista y legisladora porteña había ingresado al Sanatorio de la Trinidad para realizarse un chequeo médico por problemas de salud.
Por Paula Conde, en "Clarín"
Débora Pérez Vólpin murió hoy, a los 50 años. (Gerardo DellOro)
Débora Pérez Volpin pegó un primer gran giro en su vida al terminar el colegio secundario en el Nacional Buenos Aires: no, no iba a seguir el mandato familiar, y aunque se anotó en el CBC de Medicina, no iba a ser médica como su papá, el Doctor Pérez Volpin, ex director del Hospital Fernández. Ella iba a ser periodista.
Muchos años después, frente el noticiero matutino de Canal 13, decidió dar otro volantazo en su vida: su ciclo como comunicadora llegaba a su fin para dar lugar a su carrera política. Ayer a la tarde, abruptamente, sin que nadie lo imaginara y mucho menos lo esperara, un sorpresivo giro truncó sus sueños de cambiar la sociedad desde la política. A la mañana entró al Sanatorio de la Trinidad para hacerse una endoscopía. Un estudio programado por algunos dolores estomacales que venía sufriendo. Pero algo pasó. La familia confirmó que se trató de un paro cardíaco en el marco de una estudio médico.
Su colega Guillermo Lobo dijo en TN: "Débora no resistió la anestesia. Tuvo un infarto durante un procedimiento endoscópico". ¿No hay marcha atrás? No hay marcha atrás. Algo salió mal. Muy mal.
Porteña, de 50 años, fue durante años una de las caras de las noticias en la pantalla de El Trece y TN. Estaba en pareja con el periodista Enrique “Quique” Sacco y tenía dos hijos, Agustín y Luna, fruto de una matrimonio anterior con Marcelo Funes, camarógrafo de El Trece. Agustín quiso -quiere- seguir los pasos de mamá: ser periodista. Mamá le sugirió estudiar Comunicación Social en la UBA. Igual que ella. Enérgica, estudiaba de noche y trabajaba a la mañana: mientras cursaba tarde en la Facultad de Sociales, el primer acercamiento de Débora al periodismo fue como productora en Radio Belgrano, en un magazine de Enrique Vázquez que salía al aire a las 7 de la mañana. Después vinieron otros trabajos: escribió en revistas como 13/20 y Emmanuelle y fue colaboradora de los diarios Clarín, La Nación y Diario Popular, hasta que en 1992, con apenas 25 años, entró como pasante a Canal 13.
Allí pasó los siguientes 24 años de su vida y ganó un Martín Fierro en 2004. Fue pasante, movilera suplente de los que se iban de vacaciones, movilera titular, conductora en distintos horarios. Su primera aparición como conductora de TN fue en 1996, la última el 21 de junio del año pasado, ya en la pantalla de Canal 13, al frente del ciclo Arriba Argentinos, que conducía junto a Marcelo Bonelli: “La política gana una gran persona”, resumió su compañero durante doce años. En la despedida y tras un emotivo homenaje de sus colegas, se quebró al aire: “Son tremendos”, lloró. Se abrazó a sus compañeros y les dijo a los televidentes que ella iba a seguir conectada con ellos, pero desde otro lugar. Ahora desde la política.
Sin ser la agrupación política de mayor peso en Sociales, Débora siempre se sintió próxima a la agrupación Franja Morada, en donde militó mientras estudiaba en el Nacional Buenos Aires. Desde allí, construyó su incipiente perfil político. Se acercó a Martín Lousteau, líder de Evolución, y fue candidata a legisladora porteña en las últimas elecciones. Ganó la banca y asumió en diciembre pasado. Vueltas del destino, sólo llegó a participar de una sesión, la que votó el Presupuesto porteño el 22 de diciembre, ocho días antes de cumplir los 50 años. Se esperaba que retomara su actividad como legisladora el 1° de marzo, con el inicio del año legislativo.
Hace tres días dio su última entrevista en televisión en C5N, donde habló de la actualidad, su nuevo rol en la política y la violencia de género: “Celebro que se destapen verdades y silencios de muchas mujeres que han sufrido maltrato por años. El cambio cultural tiene que ver con exponer el maltrato y repudiarlo para que no vuelva a ocurrir y que las nuevas generaciones crezcan en un nuevo contexto”, sentó posición a favor del feminismo. Además, elogió la participación de los jóvenes en la política: "Me gusta ver a las nuevas generaciones involucrándose en política y eso es lo que más fuerza le da a nuestro espacio". Y agregó: "Quiero estar cerca de los vecinos que esperan que hagamos algo para modificarle la calidad de vida. No está bueno quedarse en la crítica o la queja, prefiero recorrer los barrios llevando propuestas".
Visiblemente golpeada por la noticia, María Laura Santillán abrió anoche Telenoche con la muerte de Débora: “Murió nuestra compañera, adorada compañera, nos acabamos de enterar”. La inesperada muerte generó una inmediata reacción en las redes sociales. Profesionales de los medios, políticos y público en general expresaron su tristeza por el fallecimiento de la periodista y legisladora de la Ciudad: “Cuándo se nos vaya este baldazo de agua fría valdrá la pena contar lo que fue como compañera y persona este mujerón que se nos fue. Ahora, yo no encuentro palabras que la abarquen”, resumió, con dolor, su colega Florencia Etcheves.
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