La crisis por el hacking del sistema financiero mexicano que inició el pasado mes de abril, tuvo un desenlace muy diferente al que vivió Facebook en marzo por el mal uso de datos a manos de Cambridge Analytica.
El escándalo de la red social más poderosa del mundo recorrió todos los medios de comunicación tradicionales y digitales del orbe como el fuego en una mecha con pólvora.
Los datos de 87 millones de personas fueron utilizados para enviar mensajes en las elecciones estadounidenses en las que triunfó Donald Trump y en el referéndum en el que los británicos decidieron su salida de Europa.
En cambio, la crisis desatada por los ataques cibernéticos realizados contra las conexiones de los bancos al Sistema de Pagos Interbancarios (SPEI) transcurrió con relativa calma. ¿Qué hizo la diferencia?
El Banco de México (BM) -el banco central del país- informó el 27 de abril a los usuarios que los retrasos que habían experimentado las transferencias electrónicas los últimos días fueron causados por ciberatacantes.
Los ciberataques fueron dados a conocer inmediatamente después de que la institución descubrió que no se trataba de una falla técnica, mientras Facebook esperó muchos días para balbucear una respuesta, a pesar de saber que los datos habían sido extraídos ilegalmente por la empresa británica.
Mientras líderes de otras compañías tecnológicas y actores políticos atacaban a un enmudecido Facebook, los bancos mexicanos afectados contuvieron las quejas notificando a sus clientes del retraso, dando tiempo suficiente al BM para investigar su origen y preparar la información al público.
El BM la trasmitió mediante un comunicado difundido por todos los medios tradicionales, así como en sus redes sociales y un micrositio, mientras el primer posicionamiento de Facebook tuvo un alcance limitado por hacerse solamente en un post en la propia red social.
En su mensaje, el banco central enteró a los usuarios de la causa de los retrasos, la puesta en marcha de sistemas alternos de transferencia y lo más importante: que sus recursos no se habían afectado por los ataques.
El resultado fue que las audiencias evitaron responsabilizar al sistema financiero de la situación y el Congreso de la Unión citar a los funcionarios del BM para dar una explicación, a diferencia de lo sucedido con Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, quien compareció durante dos días en Estados Unidos.
Así mismo, el banco informó a lo largo de esta semana de la evolución del asunto, evaluando los daños en alrededor de 300 millones de pesos, creando en su interior una división de ciber seguridad y cesando a la directora del Sistema de Pagos de Banxico,Lorenza Martínez.
Los ciberataques que afectaron a diversos bancos y crearon múltiples cuentas falsas, están hoy bajo investigación por la Fiscalía General (Procuraduría General de la República), en espera de recibir las denuncias de las instituciones financieras correspondientes.
Mientras tanto, Facebook no sólo no dio una ruta crítica y un calendario de solución del problema en sus comunicaciones al público, sino que fue notificando del crecimiento de los daños y del descubrimiento de otros ajenos la crisis.
El BM tomó mejores decisiones que Facebook por la existencia de un plan de crisis, que de haberlo tenido la red social le habría permitido detectar que la fuerza de la crisis era la de un tsunami generado por el terremoto que significó la llegada al poder del nacionalismo en Estados Unidos y Europa.
Buen manejo de crisis y buena suerte porque la independencia constitucional del poder político que tiene el banco central, le permite estar a distancia de las campañas electorales que arrojarán un nuevo presidente de México el próximo primero de julio.
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