La desinformación es una amenaza acuciante en tiempos de incertidumbre y de pandemia. En el último mes, los estudios más relevantes señalan la tendencia hacia el consumo de fuentes informativas más confiables.
Publicado en "BAE Negocios"
En este momento, un tercio del planeta se encuentra confinado en sus hogares, recibiendo una cantidad inusitada y permanente de información y noticias vinculadas al avance de la pandemia, que influyen en hábitos y decisiones cotidianas. En este marco inusual de conexión continua, la tendencia que prima en las búsquedas, se vincula directamente a la necesidad de obtener información confiable y verídica para prevenir el impacto del COVID-19.
Sin embargo, el Coronavirus no es la única pandemia a combatir. La viralización de noticias falsas o fake news ha puesto de relieve el trabajo indispensable para poner punto final a la infodemia, neologismo que acuñó la OMS hacia fines de febrero, para referirse a la explosión potencialmente mortal de desinformación a nivel global.
La difusión de noticias falsas, está al alcance de la mano. El bombardeo proveniente de sitios no verificados (que simulan ser reales) sumado a la cantidad de publicaciones en redes sociales o cadenas de WhatsApp, no sólo influyen en las decisiones individuales de la ciudadanía, sino también a nivel general en aspectos culturales, sociales y políticos.
El fenómeno de la infodemia no sólo se amplificó ante el brote mundial de Coronavirus, sino que tuvo un alcance de tal magnitud, que el acceso a información verificada y segura, se conviritió en una necesidad esencial para garantizar la correcta implementación de las medidas preventivas ante la pandemia.
Ante la urgencia de detener la circulación de fake news, es necesario comprender que no sólo se transmiten a través de sitios no verificados, sino que se multiplican con el formato de memes virales, mensajes en cadena en aplicaciones de mensajerías e incluso a través de políticos mal informados.
Las fake news hacen hincapié sobre todo en cuatro aspectos claves vinculados al Coronavirus: posibles conspiraciones sobre el origen del virus; información falsa respecto a cómo el virus se expande y contagia; desinformación sobre los síntomas y tratamientos y por último generan rumores sobre cómo los políticos internacionales y la ciudadanía en general está respondiendo al avance de la pandemia. Es por esta razón que el trabajo periodístico responsable, cobra un papel principal. Es indispensable aumentar las defensas informativas de la ciudadanía, demostrando el fact-cheking aún cuando parezca imposible a través de la red.
En sintonía con estas claves y ante la crisis actual, los usuarios muestran preferencia a su vez, por plataformas periodísticas confiables. Al mismo tiempo que los medios de comunicación redoblamos esfuerzos para producir contenido detallado que brinde herramientas para combatir los datos contaminados que se viralizan desde fuentes apócrifas. Se fortalece así un compromiso a nuestra audiencia y un compromiso para combatir la mencionada infodemia.
El peligro de las redes sociales como fuentes informativas
Es parte de la naturaleza humana dar sentido al mundo, a través de procesos deductivos que parte de conocimientos previos, para recibir nueva información. Por este motivo no es de extrañar que las redes sociales sean las plataformas elegidas, para la propagación de noticias falsas, teorías conspirativas e información inexacta.
Tras los paulatinos anuncios de cuarentena obligatoria por los gobiernos locales en todo el mundo, más de tres mil millones de personas se encuentran a diario conectadas, navegando en redes y compartiendo publicaciones, como forma de sobrellevar el aislamiento, combinando el entretenimiento con la búsqueda de noticias. Para dimensionar lo que ésto significa a nivel local, Argentina se encuentra entre los veinte países que más usuarios registra en todo el mundo en Facebook, con una penetración del 82% entre la población mayor a 13 años (Informe Digital 2019, We Are Social + Hootsuite).
En relación al brote de Coronavirus, Argentina en comparación a Alemania, Reino Unido, Corea del Sur, España y EE.UU, es el país que registra mayor cantidad de usuarios que utilizan plataformas sociales como fuentes de información sobre el COVID-19: el 53% de los argentinos, acceden a noticias desde Facebook, el 50% en Whatsapp, el 46% desde Youtube y el 31% en Instagram. (Navigating the ‘infodemic’, Reuters. Abril 2020).
El crecimiento de la conectividad y consumo de información a través de redes sociales, es una tendencia que se afirma pero también exige un análisis crítico sobre cómo las personas consumen la información que reciben. En los últimos años, las plataformas sociales se convirtieron en sitios no sólo de entretenimiento sino también de divulgación (voluntaria o bien intencionada) de fake news.
Justamente la propagación de información falsa tuvo su alza al comienzo de la pandemia y si bien en Argentina la mitad de la población se informa a través de redes sociales y mensajería, la percepción de confianza del contenido tiene una respuesta crítica. El 45% de los encuestados por el Instituto Reuters afirma haber visto contenido falso en plataformas de mensajería y el 43% en redes sociales (Navigating the ‘infodemic’, Reuters Oxford Institute, Abril 2020).
El peligro al momento de consumir información mediante plataformas no confiables, tiene varios precedentes recientes en diferentes países del mundo. Tal es el ejemplo de Irán, en donde 300 personas murieron intoxicadas al consumir metanol, a raíz de una fake news que aseguraba que dicha sustancia era la cura.
Las fuentes confiables ante el impacto de fake news
La propagación de la infodemia y sus consecuencias, no es el único caso para ejemplificar el alcance y el impacto social, político y económico de las fake news. Sin ir más lejos en el tiempo, el precedente de las últimas elecciones en Estados Unidos pusieron al descubierto el manejo ilegal de datos, al conocerse que Cambridge Analytica utilizó sin permiso, información privada sobre el comportamiento de 50 millones de usuarios en Facebook para realizar campaña en beneficio de Donald Trump. “El escándalo de Cambridge Analytica da el ejemplo concreto: una empresa que utilizó información que usuarios (y sus contactos) de redes sociales no sabían que habían otorgado sin restricciones para generar un bombardeo de publicidad y noticias inventadas con el fin de intentar moldear sus posiciones ideológicas” subrayó Lizzie McKee, directora de la Unidad de Ciencias del Comportamiento del Foreign Office del Reino Unido para BAE Negocios.
El caso del proceso electoral norteamericano, es sólo una muestra de cómo la difusión de la desinformación tiene un sentido clave, que apunta directamente a un tipo de usuario específico según su comportamiento. Y este hecho toma magnitud internacional, invadiendo la arena política y democrática con disputas que se dan por fuera del marco legal.
En el contexto de la pandemia, la propagación de la desinformación no se trata sólo de un hecho de responsabilidad individual. La infodemia también se propaga en discursos de dirigentes políticos, impactando en el derecho a la información de toda la ciudadanía. Tal es el caso de las acusaciones cruzadas entre Estados Unidos y China apelando a descalificativos que normalizan información incorrecta.
¿Cómo se previenen las noticias falsas?
Varios anticuerpos deben ponerse en funcionamiento ante la presencia de una noticia falsa. El primer filtro para evitar su propagación es buscar su veracidad, es decir, el hecho fáctico. Los datos contaminados suelen corresponder a creencias u opiniones que una persona tiene. Este punto es clave, ya que nuestra vivencia en las plataformas virtuales, está condicionada por el historial de nuestras búsquedas y reacciones.
Las personas que generalmente comparten fake news no lo hacen con la voluntad explícita de propagar datos falsos, sino con la intención de ayudar o alertar a otros. A su vez cuando el conocimiento sobre un tema en particular, no es suficiente, se tiende a evaluar la fuente. En este sentido, según el informe realizado por el Instituto Reuters durante este mes, el 90% de los argentinos entrevistados confía en las recomendaciones sobre el coronavirus brindadas por expertos (médicos o científicos) y en organizaciones internacionales de salud. Aunque también expresan poco conocimiento sobre el COVID-19. Por ejemplo, según la misma encuesta, el 64% de los entrevistados consideró la efectividad de antibióticos para tratar al virus, el 72% mencionó que comer ajo ayuda a prevenir el contagio y el 31% afirma que el virus fue fabricado en un laboratorio. Estas respuestas, que son consideradas incorrectas por los expertos, demuestran que aún falta generar mayores herramientas de información.
La búsqueda de información confiable en tiempos de Pandemia
En este contexto de incertidumbre y cambios significativos en los hábitos de consumo de las audiencias, los medios periodísticos renovaron su protagonismo. Según los análisis recientes de ComScore, la medidora de medios digitales de referencia en la industria, los medios de comunicación recuperaron la credibilidad al comienzo de la pandemia provocada por el Coronavirus “La prensa hoy reafirma su autoridad como fuente confiable de información y opinión. En tiempos de coronavirus, fake news en WhatsApp y cuarentenas los medios golpean la mesa para recuperar ese terreno aparentemente perdido.” (From Viral to Tribal, ComScore).
La pandemia del coronavirus generó un fuerte impacto en el consumo de medios de noticias e información. El número de páginas visitadas en la categoría “Sitios de Noticias” se incrementó en Argentina un 34% en marzo, donde los usuarios observaron 17 millones de páginas diarias más, en comparación al mes anterior y en gran diferencia al mismo periodo de 2019, donde el crecimiento fue sólo del 5.7%. (El consumo en tiempos de cuarentena, ComScore).
Ante la propagación de contenido falso o no comprobable, se observa una contracara, que es el incremento de la interacción de los usuarios con los medios periodísticos digitales por sobre otras plataformas. En el caso de Argentina, esta tendencia fue en aumento a partir del anuncio del aislamiento obligatorio por parte del presidente Alberto Fernández. Mientras que la búsqueda de información verificada, sirvió para amortiguar la propagación de fake news en redes sociales.
El comportamiento de los usuarios durante las últimas semanas, estuvo vinculado según ComScore a la búsqueda de información confiable relacionada con acciones preventivas para evitar el contagio, medidas y decretos gubernamentales. También se incrementó el interés por las noticias políticas y económicas con el fin de analizar el impacto de la pandemia en el ámbito local.
La mayor proporción de población entrevistada por el Instituto Reuters, se informa con diarios y sitios de noticias. En el caso de Argentina, se evidencia que el 77% lo hace a través de la televisión y el 78% ingresa mediante redes sociales. A su vez, el 67% considera que los medios periodísticos ayudan a entender el desarrollo de la pandemia.
La tendencia de mediciones de los últimos 30 días estuvo marcada por la búsqueda de “ Coronavirus” o “Covid - 19”. Lo que señala en dónde está puesta la mirada de la audiencia. A su vez, el crecimiento de la visita diaria a plataformas de medios periodísticos tuvo un aumento considerable en todos los dispositivos.
En este sentido, los medios argentinos registraron más de 100 millones de páginas vistas el 19 de marzo, día en el que Alberto Fernández decretó la cuarentena obligatoria sin distinción de ingresos entre dispositivos móviles y de escritorio. (El consumo en tiempos de cuarentena, ComScore).
Pero no todos los medios de comunicación crecieron en este periodo. Y en este sentido es destacable que aquellos que mantienen tradición de brindar información confiable y precisa, son los que han tomado protagonismo.
Medios al servicio de la información
El informe del Instituto Reuters afirma que Argentina muestra un porcentaje alto de acceso a plataformas periodísticas en comparación a España, Alemania, Corea del Sur, Gran Bretaña y Estados Unidos. Nueve de cada diez argentinos consultan las plataformas de medios online (incluso a través de redes sociales), mientras que ocho de cada diez lo hacen a través de la televisión. Sólo tres de cada diez consultan diarios impresos.
En la escala de confiabilidad informativa, los medios periodísticos se encuentran tan sólo por detrás de la palabra de los especialistas (científicos, médicos y expertos en salud) y casi a la par de la confiabilidad en las medidas gubernamentales: el 64% afirma que los medios de comunicación son confiables y el 70% menciona confiar en el gobierno como fuente de información sobre el coronavirus.
Los encuestados argentinos son quienes más aprecian el rol informativo de los medios entre los seis países analizados, expresando en un 67% que los medios de noticias ayudan a entender la pandemia y en un 75% que los medios periodísticos explican qué hacer como respuesta a la pandemia.
Ante este renovado protagonismo de los medios de comunicación en nuestro país, nosotros seguimos trabajando bajo las mismas premisas de compromiso con nuestros lectores ejerciendo la confiabilidad periodística. Es por eso que durante marzo de 2020 aumentamos y renovamos la cantidad de usuarios que eligen informarse con nosotros, sobre la realidad política y económica de nuestro país. Y ese aumento no sólo rige para nuestra plataforma web, sino en todos los soportes, como gráfico y nuestras redes sociales como amplificadoras de la información.
La pandemia causada por el Coronavirus, reafirma la necesidad mundial y nacional, de elaborar material informativo que no se base en la escala de noticiabilidad y consumo rentable de contenido, sino en transmitir información confiable para superar tiempos de crisis. Esta es una respuesta que también determina nuestra forma de seguir informando: contando siempre la realidad sin vueltas y sin especulaciones
Ante las fake news nosotros difundimos contenido confiable. Ante momentos de pandemia te seguimos contando lo que pasa. Ante momentos de crisis nos quedamos del mismo lado, atendiendo a las preguntas más importantes de la economía y la política local e internacional.
Comentarios
Publicar un comentario