A fondo Muchos gobiernos aprendieron a esquivar los efectos liberadores de Internet y se las ingenian para acallar noticias críticas y diseñar estrategias más sutiles contra los periodistas Por Moisés Naím y Philip Bennett | El País WASHINGTON.- Dos convicciones se asentaron en el pensamiento contemporáneo sobre el periodismo. Una es que Internet es la fuerza que más convulsiona los medios. Otra, que las herramientas que generó, como Twitter, desplazan el poder desde los gobiernos a la sociedad civil y los "periodistas ciudadanos". Es difícil no estar de acuerdo. Sin embargo, estas afirmaciones esconden el hecho de que los gobiernos tienen el mismo éxito que Internet a la hora de irrumpir en los medios y condicionar la información que llega a la sociedad. Es más, en muchos países pobres o en los que tienen regímenes autocráticos las acciones gubernamentales pesan más que Internet a la hora de definir cómo y quién produce