Por Déborah de Urieta, en "El Cronista"
El CEO y presidente
de Perfil Network, Jorge Fontevecchia, acaba de publicar su último libro:
Periodismo y verdad. Conversaciones con los que mandan en los medios. A lo
largo de treinta y cinco entrevistas a quienes condujeron las redacciones más
numerosas de la Argentina (salvo de los diarios populares), y a los
responsables de los principales medios del país, el autor indaga sobre el
presente y futuro de los medios, los efectos de la grieta y su estado de
situación tras el periodismo de "guerra" de la década kirchernista.
Entre los 35 nombres elegidos por Fontevecchia se encuentran Martín Caparrós,
Daniel Hadad, Marcelo Longobardi, Horacio Verbitsky, Robert Cox y José Claudio
Escribano. También los de José del Río y Fernando Gonzalez, quienes dirigieron
la revista Apertura y el diario El Cronista, respectivamente. Y con ellos
aborda cuestiones como la objetividad, la posverdad, el periodismo militante,
las redes sociales, la valoración -o sobrevaloración- que hacen los políticos
sobre la prensa, entre muchos otros temas. En un mano a mano con 3Días, desde
su oficina en la redacción de Perfil, ubicada en el barrio de Barracas,
Fontevecchia habla sobre cómo ve a los medios hoy; cómo imagina que serán los
diarios en el futuro y sobre cómo afectó la grieta a las audiencias, a la hora
de elegir cómo informarse. También explica por qué Macri está
"perdido" y el accionar del juez Claudio Bonadio sobre la ex
presidenta Cristina Kirchner en la causa de los cuadernos. "Tiene más
posibilidades Macri de ser reelecto que ella", estima.
¿Cómo ves al
periodismo hoy?
-El cómo implicaría algún grado de comparación con algo. Por
ejemplo, con el periodismo argentino en el pasado, mucho mejor. ¿No tenés una
visión "nostálgica" de los años 70? En el libro hacés mucha alusión a
esa época. -No. Hay toda una generación de periodistas educados por la dictadura,
cuando no se podía hacer periodismo de calidad. De hecho, llega la democracia y
Clarín y La Nación tardaron 20 años en hacer periodismo de investigación,
porque todavía les quedaba toda una generación educada en que había temas que
no se podían publicar. Entonces, hay un efecto de arrastre que es como una
estela que dejó la dictadura que hizo que el periodismo de investigación fuera
tímidamente comenzando en los 90. Tiene una explicación también en el 83,
cuando asume Alfonsín, indudablemente, criticar al gobierno electo, después de
tantos años de dictadura, generaba inhibición porque parecía que había una
necesidad de todos de contribuir a que ese gobierno pudiese hacer pie.
Entonces, recién el periodismo de investigación empieza en los 90, yo te diría
fuertemente con Noticias y Página 12, y se irradia a todos los medios recién en
el siglo XXI.
¿Y respecto de otros países?
-La Argentina tiene un periodismo
más mediterráneo, más italiano, más español, ibérico. Lo que quiere decir es
que somos mucho mejores que los sajones en todo aquello que asocie al
periodismo con creatividad, interpretaciones, hermenéutica, opiniones,
editoriales, columnas. Y tenemos menos calidad que el periodismo sajón en todo
aquello que haga falta esa actitud de reflejar exactamente los hechos, la
explicación en medidas. Somos muy malos en matemáticas, nos cuesta mucho
representar la realidad en forma de números. Entonces, el periodismo argentino
tiene, como cualquier actividad, claros y oscuros.
En el libro planteás que las
audiencias suelen valorar más a los medios subjetivos, que expresan su postura,
que a los que intentan mostrarse objetivos -Lo digo críticamente. Hay una
excesiva emocionalización en los medios, que es causa y consecuencia de la
grieta, en la que las audiencias se sienten más cómodas si reciben
informaciones que confirmen sus prejuicios. Eso fue construyendo que los medios
de comunicación, para obtener rating y audiencia, percibieran que si tenían una
mirada sesgada de realidad, en consonancia con su audiencia, su audiencia
aumentaba, y la valoración de su audiencia, también crecía. Entonces, hubo una
interacción que no es solo por las redes sociales, comienza con el rating
minuto a minuto, en el cual el sesgo se va sesgando. Y, cada vez más, hay una
retroalimentación. Hay más adjetivos, más confirmación de prejuicios, más
retroalimentación de la grieta.
Hoy no es rentable ser de "Corea del
Centro"...
-Para nada. Es la posición menos cómoda y es la mejor de las
posiciones. La más valorada. En líneas generales, podríamos decir que siempre
lo más fácil rara vez es lo mejor. De acá a diez años, ¿cómo imaginás a la
prensa escrita?
¿Seguirá habiendo diarios en papel?
-Sí, creo que va a seguir
habiendo papel. Creo que cada plataforma encuentra su mayor nivel de
eficiencia. Y hay determinados temas que van a ser para el papel, otros para lo
audiovisual, otros para broadcasting y otros para on demand. Todo tiene que ver
con la relación que tiene la sociedad con el tiempo. Fijate que, por ejemplo,
es muy común que la gente lea aproximadamente un libro por año: lee o compra un
libro para las vacaciones. Es decir, cuando tiene tiempo, la persona se dedica
a la lectura en papel. Esto, que te lo llevo al extremo, de una vez por año en
un libro en las vacaciones, pasa en la vida cotidiana con la diferencia entre
sábado y domingo, que son como las pequeñas vacaciones que uno tiene. El menú
de lectura de lunes a viernes tiene menos papel. El menú de lectura de sábado y
domingo tiene más papel. No es lo mismo para la persona que tiene un trabajo
intelectual de lunes a viernes que para el que tiene un trabajo rutinario. Es
probable que una persona tenga una necesidad de lectura de lunes a viernes por
su trabajo intelectual, como podría ser un diario económico, por eso los
diarios económicos son de lunes a viernes, y no el sábado y domingo. Entonces,
la relación con cada plataforma está determinada por la tarea que uno realiza y
el tiempo disponible.
¿Qué pasa con la radio, la televisión...?
-La televisión,
la radio e incluso Internet, bajan su audiencia sábado y domingo. Y el papel
sube su audiencia sábado y domingo. Lo que indica es que va más allá de la
oferta, tiene que ver con la demanda. Cuando me preguntan cómo se les ocurrió
hacer un diario generalista sábado y domingo, yo digo que no encontramos la
piedra Rosetta, es la demanda la que indica que el domingo se lee el doble de
diarios que de lunes a viernes. Ya la mitad de la población mundial decidió que
lee diarios solo el fin de semana. No fue la decisión de la oferta, si no de la
demanda. Una pregunta que le hacés mucho a tus entrevistados en el libro es si
no creen que los políticos sobrevaloran a los medios o a la prensa.
¿Vos qué
creés?
-La mayoría de las respuestas de los entrevistados es que sí, que los
políticos sobrevaloran a los medios. Incluso, alguno hasta dice, con cierta
ironía, "mejor así, que no se den cuenta, y que nos sobrevaloren". Yo
creo que el error de los políticos al valorar a los medios es que confunden el
establecimiento de la agenda con la opinión pública. Los medios, sin ninguna
duda, tienen el poder de establecer la agenda. Es decir, poder decir qué temas
hoy la sociedad va a debatir. Los temas que la sociedad debate los eligen los
medios, pero los medios no tienen ningún poder luego en poder predeterminar qué
va a decidir la opinión pública de esos temas. Es decir, instala los temas,
pero no la opinión sobre los temas. La opinión sobre los temas trasciende al
poder de los medios, por eso te encontrás con que muchas veces personas como
Trump o Bolsonaro, o en una época, como Perón que decía: "Yo gané en
contra de los medios". Ganó en contra de los medios, pero no en contra de
la agenda setting. Porque Bolsonaro o Trump eran el tema principal de agenda de
los medios, los medios no se daban cuenta que, criticándolos, los ensalzaban,
porque los ponían en la agenda. Entonces, los medios son dueños de la agenda,
pero no de lo que hacen los medios con la audiencia.
¿Cómo afectó al periodismo
la "guerra" entre Clarín y el kirchnerismo?
-Como todo, tiene claros
y oscuros, y ambivalencias. En un sentido, fue grave porque incentivó o impulsó
a muchos medios a hacer una respuesta al periodismo militante, a veces, que se
le parecía bastante. Entonces, en el corto plazo, produjo, si vos querés, una
pérdida de calidad del periodismo profesional, convertido en periodismo de
guerra. Es decir, el periodismo de guerra es, sin ninguna duda, un deterioro,
una pérdida, respecto del periodismo clásico y profesional. A largo plazo, pudo
haber sido bueno, porque nos obliga a reflexionar sobre la objetividad, la
subjetividad, la independencia, la dependencia, entonces, probablemente,
termine mejorando al periodismo, independientemente que en el corto plazo lo
haya empeorado. Hace poco dijiste, en otra entrevista, que Macri está
"perdido".
¿Qué significa?
-Sí, es una linda palabra.Me gustaría
profundizar sobre ella. "Perdido" no quiere decir que no vaya a
llegar a ningún lado, es un estado, en un momento. Evidentemente, el segundo y
tercer trimestre de este año el Gobierno perdió su rumbo. De hecho, el rumbo en
el que venía lo tuvo que cambiar enormemente. Entonces, objetivamente, está
perdido. Si uno interpreta "está perdido", que no pueda ser reelecto,
yo no quise decir eso. Estoy diciendo que estuvo perdido respecto del destino
en los últimos meses. No creo que esté perdido, para nada, electoralmente. Y
creo que tiene más chances de ser reelecto que de no serlo. Más, no quiere
decir que tenga asegurada su reelección, ni mucho menos. Me parece que todos,
efectivamente, coincidiremos en que hay más posibilidades de que Macri sea
reelecto que Cristina vuelva a ser presidente. Lo que no quiere decir que
Cristina no tenga pocas posibilidades. Es totalmente posible, pero no probable.
Parecía que Macri iba tener más cintura económica que política. Hasta ahora,
fue al revés.
¿Te sorprendió que se haya perdido el rumbo en la economía?
-Yo
siempre dudé de la posibilidad del pase de la actividad privada a la pública
sin una curva de aprendizaje. Le costó a Fox en México, que también venía de
ser presidente de Coca Cola y llegó a su gobierno con mucha cantidad de CEOs.
Le costó a Piñera en Chile, en su primer gobierno. Siempre pensé que pasar a
administrar lo público con técnicas de los privados requería un tiempo de
aprendizaje.
¿No le alcanzaron los ocho años como jefe de gobierno de la
Ciudad?
-No, y te voy a explicar por qué. La Ciudad no tiene Poder Judicial, el
Poder Judicial de la Ciudad es nacional. La Ciudad no tenía ni policía en ese
momento, ni subte, ni puerto. Entonces, desde el punto de vista de la división
de poderes, Macri no tuvo que lidiar, aprender, ejecutar, gobernar con un
sistema de división de poderes. Porque la Ciudad, a diferencia de los
gobernadores, que sí tienen justicia federal local, Congreso, policía, la
educación, todas las áreas que tiene el poder nacional en un espacio más
pequeño. La ciudad de Buenos Aires es un distrito autónomo sui generis, y
todavía en formación. Entonces, las habilidades que requiere la administración
de una ciudad como Buenos Aires son más del orden de lo físico. Un país
requiere capacidades del orden de lo físico y de lo metafísico, que la Ciudad
no. O sea, la cultura, la macroeconomía, la Justicia, en la Ciudad, no existía.
Entonces, si fuéramos a lo que dicen los headhunters, las skills que hacen
falta para administrar una ciudad como Buenos Aires, o una gran empresa como
Coca Cola, pueden ser distintas a las que hacen falta para manejar un
ministerio o un país. Esto no quiere decir que no se puedan aprender, pero hay
una curva de aprendizaje. Siempre pensé que esa curva de aprendizaje iba a
demandar algún tiempo. Nunca imaginé que al tercer año iban a tener un colapso
tan marcado, sí me sorprendió eso. No esperaba, inicialmente, ningún milagro,
aunque sí esperaba una mejor performance. En otra entrevista dijiste que
Bonadio tiene como principal intensión meter presa a Cristina Kirchner.
¿A qué
le atribuís esta intención?
-Debe ser multicausal. Primero, porque debe tener
la convicción de que es culpable. Segundo, debe querer que el efecto
aleccionador social tenga que ser, si así fuera, fuera la organizadora de la
asociación ilícita. Pero creo que, además de eso, mi queja, vos me escuchaste
en un reportaje de Pagni, yo dije que no es que está mal que Bonadio tenga como
objetivo probar la culpabilidad de la ex Presidenta al punto de que tenga
cumplir con prisión, sino que no haga lo mismo con los demás. Me parece
inverosímil que Paolo Rocca diga que no sabe que un funcionario suyo decidió
pagar una coima en una operación de una empresa de más de u$s 1000 millones que
aun para una empresa grande como Techint es bien representativo. Y también dije
que tengo el mayor de los respetos por una empresa como Techint, y me gustaría
que hubiera diez empresas como Techint en la Argentina. Y mi consejo es que
cuando uno comete un error, pida disculpas, diga "me equivoqué y no lo voy
a hacer más", o sea, que el arrepentimiento jurídico se corresponda con un
arrepentimiento en las costumbres y en las prácticas. Y que siendo así, me
parecía que había que preservar a Techint y no herirla, pero que no debíamos
ser hipócritas, porque si éramos hipócritas, afectamos incluso la condena de
Cristina.
¿Coincidís con los que dicen que Macri maneja la Justicia?
-No. Me
parece que Macri, por economía cognitiva, es liberal. Ser liberal da menos
trabajo.
¿Imaginás a Cristina como candidata el año que viene?
-Supongo que sí.
Pero, hay que tener en cuenta que tiene más posibilidades Macri de ser reelecto
que ella. Pero es importante aclarar que la prospectiva de todas las técnicas y
disciplinas es la más frágil, porque el futuro siempre es impredecible. El
futuro siempre nos muestra que los cisnes son negros.
¿Creés que con el foco
puesto en la corrupción en la campaña 2019, Macri puede ganar las elecciones o
tiene que repuntar de una buena vez la economía? -Supongo que deben aspirar a
que mejore la economía. Quizás la mejora sea tan tibia que, aunque haya una
mejora, la herramienta electoral más importante que van a tener es la
corrupción de Cristina Kirchner, siendo ella candidata. "Los periodistas
tienen el monopolio de la comunicación con lenguaje verista.
Es a los únicos a
los que se les reclama que lo que comunican tenga un correlato con alguna forma
de sustento epistémico", dice Fontevecchia sobre el periodismo, para luego
diferenciarlo de los distintos grados de periodismo militante. "Hay
periodismo militante que trata de cumplir parámetros de sustento de lo que
dicen con la realidad, y de otros que, directamente, se emancipan de la
realidad y mienten; de cualquier forma, que lo que se publique tenga un
correlato con la realidad, no quiere decir que sea periodístico". Así
concluye: "El error más común es confundir periodismo con contenido y a
periodismo con comunicación."
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