Otro desafío de la era digital Empezarán a hacer notas sobre balances de empresas. ¿Y si los números son falsos?
Por Miguel Wiñazki, en "Clarín"
A primera vista, parecería existir una fórmula infalible para volver loco a un robot periodístico: ponerlo a investigar el desbarajuste argentino, desde Boudou y Ciccone, hasta Lázaro Baez y la ruta del dinero.
Los robots ya llegan, ya llegaron y asustan con su ominosa presencia posperiodística. Ayer, la poderosa agencia global de noticias Associated Press, AP, anunció que este mes automatizará la generación de notas relativas a los balances trimestrales de las empresas.
Las confeccionarán las máquinas. La redacción humana de AP, las mujeres y los hombres que allí trabajan, pueden producir 300 notas por trimestre relativas a esos temas en particular. Los robots producen 4.400, multiplican por más de 14 la capacidad de las personas.
Esas máquinas capturan las cifras de los archivos y escriben por sí mismas artículos de 300 caracteres en promedio. No son piezas literarias, pero no tienen errores matemáticos.
Los robots son calculadoras, en un sentido amplio del término, con la capacidad de almacenar y procesar cifras, y de transcribir los resultados en palabras.
El vicepresidente y director gerente de AP, Lou Ferrara, considera que de este modo, los periodistas tendrán más tiempo para cultivar sus fuentes y cubrir temas en profundidad, y –a la vez– enfatiza que multiplicará por más de diez el volumen de información sobre resultados corporativos.
Lo resumió en una fórmula: habrá “más periodismo y menos procesamiento de datos”.
La cuestión es que muchos profesionales evalúan que la automatización implicará probablemente más periodismo, pero con menos periodistas.
Hay otro tema y no es menor: ¿Cómo procesan los robots las mentiras?
Las declaraciones juradas falsas, los balances trastocados, los números manipulados. ¿Qué pasa con el periodismo cuando la cultura política dominante indica que “la mentira es la verdad”? En el país en el que se impuso el INDEC de Moreno, ¿cuál sería el futuro de los robots que sacan cuentas y escriben cables de noticias?
Hace dos meses le preguntaron a Arthur Sulzberger, el dueño de The New York Times: “¿Qué pretende hacer ante la revolución digital de los medios?”. Él contestó seguro: “Contratar a más ingenieros”.
Por lo tanto, agregó que habrá un ahorro enorme en las futuras
redacciones, que estarán totalmente automatizadas. Profetizó que los
líderes serán los periodistas geeks (sumergidos en la
tecnología) que entienden de medios y saben cómo usar la prospección de
datos y cómo agregar valor a lo que los periodistas-robots hagan. “Todo
será muy eficiente.” La afirmación es inquietante, y la conclusión de
Sulzberger lo es más aún: “ Creo que el nuevo líder de la redacción no
será un periodista veterano, sino un ingeniero de computación”.
Una hipótesis más afín tal vez a lo que acontece en éstas latitudes podría proponer que los nuevos líderes de las redacciones sigan siendo, como hasta ahora, jugadores de truco, tal vez más aptos para decodificar guiños, muecas y mensajes apócrifos. Está en juego el perfil de los nuevos periodistas y las derivaciones son apasionantes.
Aún no hay autómatas desarrollados para detectar balances falsos.
Cabe proponer una definción de periodista: es quien descubre la No Ficción, ante aquello que se presenta como ficción.
Hasta ahora no hay robots capacitados para eso.
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