En
estas dos décadas, la competencia digital y en línea ha sido positiva
porque produjo un auge de creatividad en la televisión. La fusión de Fox
con Time Warner conspira contra esto.
Mi primera reacción ante la oferta por u$s
73.000 millones que hiciera 21 Century Fox para Time Warner dando inicio
a una prolongada pelea ahora que Time Warner intenta obstaculizar a Fox
ante sus intentonas de asalto a su consejo administrativo fue
preguntar: ¿qué problema está tratando de resolver Rupert Murdoch?
No es una escasez de televisión de alta calidad. De hecho, el problema actual es todo lo contrario: es difícil encontrar el tiempo suficiente para ver todas las excelentes series que transmiten las cadenas de señal abierta y de cable, tanto por suscripción como gratis: True Detective, Game of Thrones, Orange Is the New Black, The Good Wife, The Americans, House of Cards. Las cadenas tampoco tienen problemas financieros. La competencia entre los operadores de satélite y de cable para atraer espectadores y los esfuerzos de los servicios como Netflix para atraerlos a su programación ha creado un auge de la producción.
Los estudios de Hollywood como Warner Bros y Fox están sintiendo el impacto, pero ésta es una edad de oro para la televisión, en términos creativos y financieros. Es el resultado saludable de una feroz competencia en un mercado en el que se han reducido las barreras de entrada, pero podría verse en riesgo en caso de una ola de megafusiones como la de Fox y Time Warner, y la compra de Time Warner Cable por Comcast.
Aunque estamos acostumbrados a que los dramas y comedias compitan por nuestra atención tanto en EE.UU. como en los canales internacionales y los servicios de streaming vale la pena señalar cuán reciente es este fenómeno. La primera temporada de Los Sopranos, la serie de HBO que dio inicio al auge en la producción de televisión, comenzó hace 15 años.
La serie salió al aire dos años antes de la mal concebida y desastrosa fusión de AOL y Time Warner en 2001.
AOL Time Warner ya no existe, pero el valor de HBO ha crecido enormemente y es la joya que Fox más anhela de la corona de Time Warner. El canal obtuvo su poderío con los operadores de cable gracias a su innovación y no su tamaño. Los canales por suscripción, incluyendo Showtime y los gratuitos como AMC, que produjo Mad Men, siguieron su ejemplo.
Esto sucedió en un mercado extremadamente competitivo, impulsado por las cuatro grandes cadenas de televisión abierta, los seis principales estudios de Hollywood y la fuerza disruptiva del Internet.
Más que cualquier otra persona, Murdoch debería reconocer los beneficios de la competencia ya que él es un innovador. Fue él quien rompió el oligopolio de las tres grandes cadenas de televisión con el lanzamiento de la cadena Fox en 1986. Murdoch ha fundado, o reestructurado, una amplia gama de propiedades de medios, desde el diario The Sun hasta BSkyB, la empresa de radiodifusión por satélite. Éstos no habrían sobrevivido, o existido, sin él.
Murdoch tiene otra cara: la de negociador hábil y despiadado. Él tiene una trayectoria de forzarse un camino en un mercado para luego abalanzarse sobre un activo largamente establecido, a menudo a un alto precio.
Yo prefiero el primer Murdoch, pero la segunda versión está ahora en acción. Atacó justo cuando Jeff Bewkes, presidente ejecutivo de Time Warner, redujo su tamaño por la escisión de Time Warner Cable y Time Inc., pero antes de que su potencial de crecimiento fuese plenamente demostrado.
¿Y de todos nosotros, qué? Nos hemos grandemente beneficiado gracias a la estructura actual de la industria del entretenimiento, y a la intensificación de la competencia en las dos últimas décadas. ¿Por qué el consumidor querría perder todo eso debido a la consolidación y la reconstrucción de los oligopolios mediáticos?
El hecho de que las compañías de cable que una vez dominaron la distribución se enfrentan a una nueva competencia en lí nea y digital es difícil para ellas, pero es bueno para los consumidores, y no puede resolverse con sólo fusionarse
No es una escasez de televisión de alta calidad. De hecho, el problema actual es todo lo contrario: es difícil encontrar el tiempo suficiente para ver todas las excelentes series que transmiten las cadenas de señal abierta y de cable, tanto por suscripción como gratis: True Detective, Game of Thrones, Orange Is the New Black, The Good Wife, The Americans, House of Cards. Las cadenas tampoco tienen problemas financieros. La competencia entre los operadores de satélite y de cable para atraer espectadores y los esfuerzos de los servicios como Netflix para atraerlos a su programación ha creado un auge de la producción.
Los estudios de Hollywood como Warner Bros y Fox están sintiendo el impacto, pero ésta es una edad de oro para la televisión, en términos creativos y financieros. Es el resultado saludable de una feroz competencia en un mercado en el que se han reducido las barreras de entrada, pero podría verse en riesgo en caso de una ola de megafusiones como la de Fox y Time Warner, y la compra de Time Warner Cable por Comcast.
Aunque estamos acostumbrados a que los dramas y comedias compitan por nuestra atención tanto en EE.UU. como en los canales internacionales y los servicios de streaming vale la pena señalar cuán reciente es este fenómeno. La primera temporada de Los Sopranos, la serie de HBO que dio inicio al auge en la producción de televisión, comenzó hace 15 años.
La serie salió al aire dos años antes de la mal concebida y desastrosa fusión de AOL y Time Warner en 2001.
AOL Time Warner ya no existe, pero el valor de HBO ha crecido enormemente y es la joya que Fox más anhela de la corona de Time Warner. El canal obtuvo su poderío con los operadores de cable gracias a su innovación y no su tamaño. Los canales por suscripción, incluyendo Showtime y los gratuitos como AMC, que produjo Mad Men, siguieron su ejemplo.
Esto sucedió en un mercado extremadamente competitivo, impulsado por las cuatro grandes cadenas de televisión abierta, los seis principales estudios de Hollywood y la fuerza disruptiva del Internet.
Más que cualquier otra persona, Murdoch debería reconocer los beneficios de la competencia ya que él es un innovador. Fue él quien rompió el oligopolio de las tres grandes cadenas de televisión con el lanzamiento de la cadena Fox en 1986. Murdoch ha fundado, o reestructurado, una amplia gama de propiedades de medios, desde el diario The Sun hasta BSkyB, la empresa de radiodifusión por satélite. Éstos no habrían sobrevivido, o existido, sin él.
Murdoch tiene otra cara: la de negociador hábil y despiadado. Él tiene una trayectoria de forzarse un camino en un mercado para luego abalanzarse sobre un activo largamente establecido, a menudo a un alto precio.
Yo prefiero el primer Murdoch, pero la segunda versión está ahora en acción. Atacó justo cuando Jeff Bewkes, presidente ejecutivo de Time Warner, redujo su tamaño por la escisión de Time Warner Cable y Time Inc., pero antes de que su potencial de crecimiento fuese plenamente demostrado.
¿Y de todos nosotros, qué? Nos hemos grandemente beneficiado gracias a la estructura actual de la industria del entretenimiento, y a la intensificación de la competencia en las dos últimas décadas. ¿Por qué el consumidor querría perder todo eso debido a la consolidación y la reconstrucción de los oligopolios mediáticos?
El hecho de que las compañías de cable que una vez dominaron la distribución se enfrentan a una nueva competencia en lí nea y digital es difícil para ellas, pero es bueno para los consumidores, y no puede resolverse con sólo fusionarse
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