Por José Crettaz | LA NACION
-Uno de sus accionistas.
-¿Página 12 está en venta?
-¿Cómo viste la transformación editorial que Página 12 tuvo estos años?
-¿Qué pensaste cuando el nombre de Lanata fue omitido entre los fundadores de Página 12?
-¿Cuál es tu mirada sobre el tema de la pauta oficial, que estos años fue usada para castigar líneas editoriales, como lo confirmó la Corte en el caso Perfil?
-¿Hay que ser oficialista para hacer cine en la Argentina?
-¿Cuánto cuesta hacer una película en la Argentina?
-Fuiste un militante en los años 70. ¿Te arrepentís de algo?
Fernando Sokolowicz decidió levantar el bajo perfil
que tuvo en la última década y participó del ciclo de web TV
Conversaciones en LA NACION. Allí, de sus respuestas se desprende una
idea general: el 10 de diciembre próximo, de alguna manera, empezará
todo de nuevo, y habrá que estar listo para ese momento. En ese
contexto, parece querer acentuar su perfil de productor de cine: desde
hace tres o cuatro años produce unas diez películas por año con su
productora Aleph, que tiene 30 años en el mercado y casi 80 films en su
haber. Pero sigue siendo accionista de Página 12, aunque dice que no
conduce esa empresa desde 2002. El empresario, que fue socio de Daniel
Hadad en Canal 9, respondió -aunque medido en sus palabras- sobre temas
polémicos: la pauta oficial, los subsidios al cine y los años 70.
-¿Seguís siendo dueño de Página 12?
-El término "dueño" es arcaico.
-Uno de sus accionistas.
-Sí.
En virtud de estos doce o trece años de un gobierno nacional con una
impronta muy fuerte, el tema de los medios ahora pasa por cómo nos vemos
después del 10 de diciembre, porque va a cambiar la agenda y va a haber
una situación totalmente distinta, habrá que repensarse. Creo que
Página 12 debería recorrer un camino de búsqueda de nuevos capitales, de
asociaciones de otros tamaños como lo pudo hacer Clarín con Goldman
Sachs [en referencia a un acuerdo de 1999] o con grupos tecnológicos.
-¿Página 12 está en venta?
-No. Lo que digo debería decirlo cualquier medio que esté ocupado en ver cómo será su redacción en los próximos años.
-¿Cómo viste la transformación editorial que Página 12 tuvo estos años?
-Hubo
dos etapas en la conducción periodística y empresaria. La etapa de
Jorge Lanata, del 87 al 92, con su presencia y apariciones, y luego, a
partir del 92, la de Ernesto Tiffenberg, de perfil más bajo. Y en la
dirección empresaria, yo estuve más activo hasta 2002 y a partir de allí
quienes conducen son Jorge Prim y Tiffenberg. Mi posición ahora es de
un acompañamiento más alejado. Yo no conocí ni a Néstor ni a Cristina
Kirchner ni a casi ninguno de los ministros. Mi relación es con el mundo
del cine y mi crecimiento va hacia América latina.
-¿Qué pensaste cuando el nombre de Lanata fue omitido entre los fundadores de Página 12?
-Yo
no estaba en el escenario en aquel acto [de aniversario del diario] y
me imagino que habrá sido una omisión fruto de algún nerviosismo. En mi
caso, recuerdo aquellos cinco años con mucha impronta personal de
Lanata. No podría omitir lo que viví con él en el día a día.
-¿Cuál es tu mirada sobre el tema de la pauta oficial, que estos años fue usada para castigar líneas editoriales, como lo confirmó la Corte en el caso Perfil?
-Empiezo por Perfil. Cuando salió el diario [en
1998], con todo el entusiasmo de Jorge Fontevecchia, el manual de estilo
y el modelo de lo que para él es el librepensamiento del periodismo, en
realidad no hubo un problema con la pauta oficial. Lo que pasó es que
las empresas que querían pautar con él eran de alguna forma impedidas de
hacerlo obteniendo descuentos especiales en medios donde ya tenían
pauta. También tuvimos ese problema en Página 12.
Que el estilo de
gestión de este gobierno haya cambiado los paradigmas de la pauta es
algo que puede volver a ocurrir en 2016 y son medidas que duran lo que
cada gobierno quiere. Lo más probable es que haya gente que esté
quejándose en 2016 de otras formas de pautar.
-¿Hay que ser oficialista para hacer cine en la Argentina?
-No,
no es así. El sistema de selección de los proyectos tiene comités de
preclasificación que están compuestos por cinco gremios (actores,
técnicos, autores, alguna de las asociaciones de productores y alguna de
directores). Esas cinco personas seleccionan el producto entre 80 y 100
presentados por año, de los cuales -en ficción- entre 60 y 70 se
terminan filmando.
-¿Cuánto cuesta hacer una película en la Argentina?
-Según
el tamaño de la productora y el tipo de cine, está en un millón de
dólares, aproximadamente. En nuestro caso, el aporte del Incaa está
alrededor del 45% de los ingresos. El resto viene de los coproductores,
los sponsors y el bordereau. Originalmente, hace ocho o diez años. Estábamos en un 70, lo llevamos al 40 y esperamos estar en el 35
-Fuiste un militante en los años 70. ¿Te arrepentís de algo?
-Me
arrepiento de no haberme dado cuenta de que existía una Operación
Cóndor y de que habían caído Uruguay, Chile y Brasil [en referencia a
los golpes militares]. Uno pensaba que todavía podía generar sistemas de
justicia o redistribución -para usar términos actuales- más
equitativos. Muchas vidas cayeron y si lo hubiese tenido en cuenta hoy
tendría muchos amigos vivos..
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