Por Pedro Ilarri, en "Blog del Medio"
Técnicamente, la lucha de clases en el gremio de prensa debería estar acabada. Si los medios ya no son intermediarios, entonces no hay ciudadano Kane posible; a lo sumo algún capitalista al que la nostalgia le está jugando una mala pasada. Tampoco hay obreros de prensa posibles si no se necesita de un amo dueño de medios para ejercer la profesión; a lo sumo algún cómodo empleado al que le da igual estar en un banco o en un periódico.
Sin embargo, en el espejo retrovisor de la semana hay varias novedades sobre esta lucha que se presenta como de David vs Goliat aunque no es más que una riña de pollitos de la que el periodismo es el principal perjudicado. Una pelea que como periodista te perjudica y explica en parte por qué te pagan tan poco siendo periodista.
La primera es el acuerdo salarial entre la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (ADIRA). Patrones y Obreros se pusieron de acuerdo en cosas bastante insólitas. Por ejemplo, la mitad de los oficios periodísticos a los que les ponen precio ya no existen más. Otra cosa curiosa es que la persona con más poder en una redacción luego del director (el subdirector o Jefe de Redacción) cobra menos que US$ 2.000 dólares. (descargá el acuerdo y las nuevas escalas)
Otro detalle es un interesante análisis de situación que dio a conocer el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), la alternativa a la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), devenido en la última década en la nada misma. Según sus cifras, unos 1.285 periodistas dejaron sus puestos en forma forzada o con arreglo en 2016 (359 fueron despedidos, 517 se adhirieron a los retiros voluntarios y los restante -409- vieron desintegrarse sus puestos junto con el kirchnerismo).
Lo que no se informa es cuántas personas fueron contratadas por los mismos medios o por otros no incluidos en el listado. Los medios tradicionales expulsan trabajadores porque se les acabó el negocio, no porque los empresarios sean malos y los nuevos periodistas trabajan en medios que crean ellos mismos o responden a nuevas lógicas del negocio. Yo mismo se de al menos 14 personas que en 2016 consiguieron trabajo haciendo periodismo (solo 3 de ellos en medios “tradicionales”, 5 en medios puramente digitales, 2 en negocios propios, 2 como independientes exportando servicios a medios y el resto en uno financiado por una entidad sin fines de lucro).
Excluir de la lista a los nuevos medios, sus contrataciones y a sus periodistas es arbitrario y contraproducente para los mismos intereses de los trabajadores de prensa. Porque un mercado que expulsa trabajo termina justificando despidos, retiros voluntarios y bajos salarios. La otra cara de la moneda es un mundo basado en la reputación, que busca generar contenido como valor estratégico, y para abastecerse toma a periodistas.
Los periodistas ya no necesitamos sindicatos ni dueños de medios a la vieja usanza. Por igual, los chicos del bombo y los flaquitos de traje desconocen por completo cómo hacer dinero con los medios en el mundo de hoy. Pensar que unos u otros nos va a abultar la billetera es absurdo e irreal, porque ninguno de los dos la tiene guardada. La única salida es salir por arriba de la pelea y aprender a generar valor de nuestro trabajo por nosotros mismos.
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