Por Antonio Lorenzo, en " El Economista" (España)
Telefónica cumplirá en el plazo de cien días con todos los requisitos burocráticos, normativos y técnicos para poder lanzar su televisión de pago en Argentina. Pero una cosa es que pueda hacerlo y otra -muy diferente- que lo haga.
Por lo pronto, el operador estaría habilitado y preparado para estrenar esos servicios a partir del 1 de enero de 2018, pero las incertidumbres regulatorias y del mercado animan al grupo español a reservarse sus planes. Todo depende de cómo se desarrollen los acontecimientos respecto a dos grandes incógnitas.
Por un lado, falta por conocer la actuación del regulador argentino de la Competencia (ENaCom) sobre la megafusión pendiente entre Cablevisión (líder de la televisión de pago en Argentina) y Telecom (controlado por los grupos Clarín y Fintech y referencia de la telefonía fija y móvil).
Y por otra parte, Telefónica también esperará a que se clarifique la futura regulación de la televisión por satélite, tecnología que abarataría los costes de infraestructuras para disfrutar de grandes coberturas y audiencias. Por ahora, la televisión satelital está vetada para las telecos como Telefónica y Claro, pero podría cambiar la situación y autorizarse, según insinuó la semana pasada el presidente ENaCom, Miguel de Godoy. También el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, señaló que el sector precisa una "normativa adecuada y previsible".
Por si lo anterior no fuera bastante, Telefónica también asume su escaso despliegue de fibra en Argentina, lo que dificultaría a corto plazo cualquier plan ambicioso de negocio. Al cierre del pasado junio, el grupo tenía casi 800.000 unidades residenciales pasadas por fibra y 133.000 accesos minoristas a través de esta tecnología.
En cualquier caso, pese a las múltiples incógnitas, Telefónica está promoviendo acuerdos de contenidos con los que alimentar su futura televisión, ya sea a través de fibra o satélite, o ambas a la vez. Por su parte, la compañía Claro también comparte la misma situación que Telefónica y tampoco ha desvelado sus intenciones sobre el negocio de la televisión de pago.
Sea cual sea la tecnología empleada, las dificultades competitivas que deberán asumir Telefónica y Claro serán severas frente al nuevo y reforzado líder del mercado. Como ya informó este periódico, el grupo Cablevisión-Telecom está llamado a convertirse en el campeón nacional de las telecomunicaciones argentinas. A grandes rasgos, un decretazo autoriza a los operadores de cable y televisión a ofrecer servicios de telefonía móvil, pero sin que estos últimas puedan irrumpir en la televisión de pago hasta el 1 de enero de 2018, y únicamente limitado a los distritos de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y las ciudades de Rosario y Córdoba.
El nuevo gigante auspiciado por la reforma sectorial promovida por el presidente de Argentina, Mauricio Macri, acapara el 42% de la telefonía fija del país; el 56% de las líneas de banda ancha fija; el 34% de la telefonía y banda ancha móvil, así como el 60% de la TV de pago y el 90% de los clientes premium de TV. Además, estos porcentajes aumentan en las zonas de mayores rentas y población del país. Asimismo, el Grupo Clarín es el dueño de los mayores periódicos del país (Clarín y La Nación), la televisión líder en abierto ElTrece, las radios de más audiencia en AM (Radio Mitre) y FM (La 100), accionista en Papel Prensa y de la Agencia DyN, entre otros negociados.
El gigante Cablevisión-Telecom también nace con la ventaja de poder brindar servicios de cuádruple play de Argentina (con ofertas conjuntas de telefonía fija, móvil, TV y acceso a Internet por banda ancha), algo por ahora lejos del alcance de Telefónica y Claro.
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