Harold Burson, "el padrino" de las RR.PP., según PR
Week
|
A sus 93 años, Harold Burson, fundador de la
marca más fuerte del mundo de la consultoría en PR, es el último gran pope
viviente de las relaciones públicas. Esta semana la revista de origen británico
PR Week publica una extensa entrevista en la que habla de su vida, su carrera en
los inicios en los 40 y 50 y el avance de su consultora a un gigante de las
relaciones públicas que hoy factura más de 500 millones de dólares al año y
tiene 70 sedes esparcidas por el mundo.
Bajo el título de “el padrino de las relaciones públicas”, la nota cita a Burson recordando sus logros, como el asesoramiento a la farmacéutica Johnson & Johnson en la crisis del Tylenol, hoy considerado el “standard de oro” del crisis management moderno, pero también las misiones más controvertidas de la agencia, entre las que está su trabajo para la Argentina durante el gobierno militar de los 70 y que el fundador de Burson-Marsteller recordó como el único trabajo del que se arrepiente en sus 60 años de carrera.
Entre esas misiones controvertidas que Burson considera legítimas están haber comunicado a favor del gobierno rumano de Nicolae Ceaucescu, en los 70 (porque por entonces Rumania no era tan opresiva); haber defendido la imagen de Nigeria en su guerra con la provincia rebelde de Biafra (porque los biafranos tenían buenas RR.PP., según Burson), haber ayudado al gobierno de Indonesia a mejorar su imagen internacional luego de las masacres de Timor, haber comunicado para la familia real saudita o en la catástrofe nuclear de Three Mile Island y la de Union Carbide en Bhopal, en 1979, que, con 15.000 muertos, fue la peor desgracia ambiental de la historia.
¿Por qué Argentina, entre tantos trabajos controvertidos, es de lo único que se arrepiente Harold Burson en toda su carrera de más de 60 años de empresario número uno de las PR? “Le preguntamos al Departamento de Estado, y ellos nos dijeron que, si podíamos ayudarlos a construir una democracia, no había problemas. Nuestra tarea fue meramente económica, se trataba de ayudarlos a pagar sus deudas. No era política. Pero sí, fue un error”, dijo Burson a la revista.
Burson-Marsteller, que no tenía oficinas en Argentina por ese entonces, fue contratada por el ministerio de Economía de José Alfredo Martínez de Hoz con la misión de comunicar la colocación de bonos y difundir las bondades del país en materia económica, luego de la imagen de gran inestabilidad política y económica que dejaron el estatismo del gobierno peronista y los grupos guerrilleros que asolaron el país en los 70. Pero en muchas investigaciones periodísticas se le atribuyó a un presunto empleado de Burson-Marsteller haber imaginado la infame campaña de “Los Argentinos somos Derechos y Humanos” con la que los militares recibieron a los inspectores de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que venían a investigar gravísimas denuncias de desapariciones de personas y torturas. Hoy la consultora niega haber tenido algo que ver con esa campaña puntual.
En la entrevista Burson afirma que también rechazó propuestas para trabajos conflictivos, como el gobierno de Libia, que trataba de que se levanten las sanciones impuestas al régimen de Saddam Hussein en Irak. También le dijeron no a la polémica Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos, que brega por la libre portación de armas.
Burson-Marsteller, la fusión con el publicitario Bill Marsteller, se creó en 1953. Harold Burson empezó a trabajar como agente de prensa independiente no bien terminó la guerra. Sus transcripciones como reportero militar de los juicios de Núremberg, en 1945, pasaron a la historia como gran documento testimonial de ese proceso histórico.
Burson-Marsteller fue la primera consultora norteamericana en salir al exterior, en 1959, junto con su entonces eterna rival, Hill & Knowlton. Hoy el 60 por ciento de sus ingresos proviene del exterior de los Estados Unidos. En 1979 vendió la mayoría accionaria a la agencia de publicidad Young & Rubicam, que a su vez fue comprada en el 2000 por el gigante WPP, que también es dueña de Hill & Knowlton y Ogilvy PR, entre otras grandes agencias de relaciones públicas.
(UpDate Semanal de Revista Imagen)
Bajo el título de “el padrino de las relaciones públicas”, la nota cita a Burson recordando sus logros, como el asesoramiento a la farmacéutica Johnson & Johnson en la crisis del Tylenol, hoy considerado el “standard de oro” del crisis management moderno, pero también las misiones más controvertidas de la agencia, entre las que está su trabajo para la Argentina durante el gobierno militar de los 70 y que el fundador de Burson-Marsteller recordó como el único trabajo del que se arrepiente en sus 60 años de carrera.
Entre esas misiones controvertidas que Burson considera legítimas están haber comunicado a favor del gobierno rumano de Nicolae Ceaucescu, en los 70 (porque por entonces Rumania no era tan opresiva); haber defendido la imagen de Nigeria en su guerra con la provincia rebelde de Biafra (porque los biafranos tenían buenas RR.PP., según Burson), haber ayudado al gobierno de Indonesia a mejorar su imagen internacional luego de las masacres de Timor, haber comunicado para la familia real saudita o en la catástrofe nuclear de Three Mile Island y la de Union Carbide en Bhopal, en 1979, que, con 15.000 muertos, fue la peor desgracia ambiental de la historia.
¿Por qué Argentina, entre tantos trabajos controvertidos, es de lo único que se arrepiente Harold Burson en toda su carrera de más de 60 años de empresario número uno de las PR? “Le preguntamos al Departamento de Estado, y ellos nos dijeron que, si podíamos ayudarlos a construir una democracia, no había problemas. Nuestra tarea fue meramente económica, se trataba de ayudarlos a pagar sus deudas. No era política. Pero sí, fue un error”, dijo Burson a la revista.
Burson-Marsteller, que no tenía oficinas en Argentina por ese entonces, fue contratada por el ministerio de Economía de José Alfredo Martínez de Hoz con la misión de comunicar la colocación de bonos y difundir las bondades del país en materia económica, luego de la imagen de gran inestabilidad política y económica que dejaron el estatismo del gobierno peronista y los grupos guerrilleros que asolaron el país en los 70. Pero en muchas investigaciones periodísticas se le atribuyó a un presunto empleado de Burson-Marsteller haber imaginado la infame campaña de “Los Argentinos somos Derechos y Humanos” con la que los militares recibieron a los inspectores de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que venían a investigar gravísimas denuncias de desapariciones de personas y torturas. Hoy la consultora niega haber tenido algo que ver con esa campaña puntual.
En la entrevista Burson afirma que también rechazó propuestas para trabajos conflictivos, como el gobierno de Libia, que trataba de que se levanten las sanciones impuestas al régimen de Saddam Hussein en Irak. También le dijeron no a la polémica Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos, que brega por la libre portación de armas.
Burson-Marsteller, la fusión con el publicitario Bill Marsteller, se creó en 1953. Harold Burson empezó a trabajar como agente de prensa independiente no bien terminó la guerra. Sus transcripciones como reportero militar de los juicios de Núremberg, en 1945, pasaron a la historia como gran documento testimonial de ese proceso histórico.
Burson-Marsteller fue la primera consultora norteamericana en salir al exterior, en 1959, junto con su entonces eterna rival, Hill & Knowlton. Hoy el 60 por ciento de sus ingresos proviene del exterior de los Estados Unidos. En 1979 vendió la mayoría accionaria a la agencia de publicidad Young & Rubicam, que a su vez fue comprada en el 2000 por el gigante WPP, que también es dueña de Hill & Knowlton y Ogilvy PR, entre otras grandes agencias de relaciones públicas.
(UpDate Semanal de Revista Imagen)
Comentarios
Publicar un comentario