Con el auge de las criptomonedas y la tecnología blockchain han aparecido redes sociales descentralizadas. Su objetivo es democratizar las plataformas para interacción entre usuarios, pero su complejidad hace que todavía no se hayan popularizado.
Actualmente, las redes sociales tradicionales como Facebook y Twitter permiten al usuario comunicarse e intercambiar información, enlaces y archivos audiovisuales. Pero los que realmente controlan lo que se puede compartir y cómo, son los accionistas y dueños de cada plataforma. En el corazón de las redes sociales descentralizadas está la democratización del proceso social a través de dispositivos digitales. La construcción de redes para comunicarse sin barreras.
¿Qué es la descentralización?
Entre los entusiastas de las criptomonedas y los NFT, el concepto de descentralización ya es habitual. Se trata de una tecnología especialmente diseñada para hacer más seguras, transparentes y justas las redes. Ninguno de los componentes de la red posee toda la información junta. Se crean nodos y puntos de conexión entre diferentes dispositivos, y allí se alojan pequeñas porciones de la información a compartir.
Al tratarse de una estructura más compleja, las redes sociales descentralizadas son más difíciles de piratear ya que no hay un único servidor maestro. Además, se busca crear una comunidad virtual democrática y colaborativa para seguir mejorando y añadiendo funciones y herramientas en la red. La tecnología blockchain ayuda a la identidad de marca en productos, pero tiene otras funciones. Es indispensable para poder expandir este tipo de redes sociales con gobernanza democrática.
¿Cómo funciona una red social descentralizada?
A diferencia de una red social tradicional, donde un servidor centrar es clave para el funcionamiento integral de la plataforma, en las redes descentralizadas hay pequeños nodos y múltiples redes que existen interconectadas. El usuario puede escoger en que red quiere unirse, pudiendo crear redes a partir de intereses e ideas encomún.
El sistema de gobernanza de las redes sociales descentralizadas permite que los usuarios voten los cambios y modificaciones a aplicar. Desde políticas de uso hasta incorporación de nuevas funciones. El usuario tiene el poder de manera democrática, en vez de las autoridades centrales que hoy definen como se actualiza Facebook, Instagram o Twitter sin ningún tipo de consulta.
Beneficios de una red social descentralizada
Principalmente, encontramos en este nuevo modelo de redes sociales un mayor poder de control para el usuario, así como más seguridad frente a ataques externos. Al no existir un único servidor central, es más complejo que un hacker filtre información o se haga con el control total de la plataforma.
En la teoría, las redes sociales descentralizadas suenan muy bien. La idea de mayor libertad, democratización y protección de la información hacen que los usuarios se interesen rápidamente por la iniciativa. Pero existen algunos aspectos negativos a considerar. Por ejemplo, la posibilidad de que los discursos de odio y el contenido ilegal se expandan amparados en la creación de redes intermedias sin ningún tipo de restricción.
Un usuario que promueve ideas de odio puede crear su propia red intermedia y contará con una herramienta para llegar a nuevo público relativamente fácil. Las redes sociales descentralizadas con trayectoria, como Mastodon que inició en 2016, tienen un código de ética muy estricto. Pero los propagadores de odio podrían aprovecharse de redes más pequeñas y nuevas, para fomentar sus mensajes. El otro aspecto a considerar, es que usuarios malintencionados se hagan con el control de la gobernanza a través de maniobras fraudulentas para cambiar el rumbo de cada red.
El futuro de las Redes sociales descentralizadas
Hoy existen algunos proyectos bastante sólidos de redes sociales descentralizadas, siendo el más reconocido el de Mastodon. Pero lo cierto es que la propuesta todavía tiene aspectos a mejorar. La configuración y el desarrollo de estas iniciativas requiere tiempo y un análisis cuidadoso de los mecanismos y las estrategias para evitar un uso negativo de todo lo que las redes descentralizadas y la blockchain tienen para aportar al mundo tecnológico.
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