El valor de la plataforma de vídeo más importante del mundo era hasta hace poco tiempo algo difícil de estimar, ya que Google no segregaba su facturación comercial. Pero con la información actual el analista especializado Michael Nathanson considera que como negocio independiente YouTube podría valer en torno a 400.000 millones de dólares.
Ese cálculo parte de la asunción de que en 2023 generó beneficios operativos de 5.500 millones sobre ingresos de 45.000, así como que las suscripciones a servicios como YouTube TV, YouTube Premium o YouTube Music aportarán cada vez más en un contexto de ralentización del incremento de la facturación derivada de la publicidad.
Esto último viene avalado por el hecho de que, en cuatro años, Alphabet ha multiplicado por cinco la facturación asociada a pago recurrente por servicios hasta alcanzar los 15.000 millones de dólares el año pasado. La cifra, revelada en la presentación de resultados correspondiente al último trimestre de ese ejercicio, englobaba suscripciones a las diferentes modalidades de YouTube y el almacenamiento en la nube que proporciona Google One sin concretar lo que sumaba cada una al conjunto. Pero el consejero delegado del gigante tecnológico, Sundar Pichai, señaló en ese mismo evento que su servicio de vídeo es el “motor clave” de los ingresos por suscripciones.
En concreto ese negocio rondaría los 11.000 millones de dólares, según reveló en mayo de 2023 el consejero delegado de la plataforma, Neal Mohan, al ofrecer datos globales sobre los 12 meses anteriores en una conferencia organizada precisamente por la compañía de investigación de mercados cofundada por Nathanson. Alphabet desagrega la facturación comercial de YouTube desde 2020 pero lo que obtiene por suscripciones queda subsumido en una partida más amplia, con lo que la pista facilitada por el ejecutivo mostraba por primera vez que ese último negocio ya supondría más de la cuarta parte del total.
La apuesta de la plataforma por esta vía se sustancia en las pérdidas de 1.200 millones de dólares que Morgan Stanley le estimaba en noviembre en su incursión con el fútbol americano a pesar de sumar para entonces en torno a 1,5 millones de suscriptores. Esa inversión en consolidar un flujo de ingresos recurrentes para aislar en lo posible las cuentas de la empresa de los vaivenes de planificación publicitaria se entiende mejor en el contexto de los tres trimestres seguidos a la baja registrados recientemente por YouTube.
Las medidas tomadas para impulsar el crecimiento en los últimos tiempos incluyen el bloqueo en pruebas del consumo consecutivo de vídeos con bloqueadores o la rebaja de condiciones para monetización comercial. Todo ello en el contexto de una competencia creciente por presupuestos publicitarios de la mano de TikTok e Instagram en el ámbito de los vídeos más largos.
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