Por Diego Cabot | LA NACION Si algo faltaba hasta hace 15 días era calma en el mercado de las telecomunicaciones argentinas. Una licitación de urgencia, la aparición de nuevos jugadores, una discusión por un pago en dólares, en pesos o en bonos e impugnaciones administrativas. Todo condimentado con la ya añeja pelea entre el Grupo Clarín y el Gobierno y con enormes deficiencias en la prestación de servicios, especialmente, de telefonía celular. Así estaba la cosa cuando desde la Casa Rosada anunciaron que se enviaba al Congreso un proyecto de ley llamado Argentina digital. Y, entonces, la cosa se puso peor. El Congreso será caja de resonancia de palabras como convergencia, autoridad de aplicación, triple play, cableoperadores y telefónicas. Una segunda parte de aquella discusión de hace cinco años cuando se aprobó la ley de servicios de comunicación audiovisual o ley de medios. El negocio y los jugadores de un mercado tan dinámic