Publicado en "DirComfidencial".-
Menos de 24 horas después de que desapareciese voluntariamente de las tiendas de aplicaciones de Google y Apple o dejase de funcionar bien para muchos usuarios, TikTok volvió a estar disponible en EEUU. Para ello fue necesario que Donald Trump garantizase que extenderá 90 días el plazo de cumplimiento de la ley por la que ByteDance debe desinvertir en la plataforma, mediante la que será una de las primeras órdenes ejecutivas de su nuevo mandato.
El giro de los acontecimientos era más o menos previsible en la medida en que el nuevo presidente de EEUU ya pidió hace algunas semanas al Tribunal Supremo que parase ese eventual bloqueo hasta que asumiera el poder. El 19 de enero se cumplía el intervalo fijado por la regulación que impulsó Joe Biden, justo un día antes de que Trump inaugurase su segunda andadura en la Casa Blanca.
Por su parte el máximo organo judicial del país escuchó en un procedimiento de urgencia solicitado por TikTok tanto sus argumentos como los del Gobierno. Pocos días después decidió priorizar la minimización de riesgos de seguridad nacional sobre la que se levantó la ley que forzaría la ausencia de la red social de las tiendas de aplicaciones en EEUU a partir de esa fecha, aunque algunos de sus jueces apreciaban sus reclamaciones en base a la Primera Enmienda.
No ha trascendido demasiado de la estrategia de Trump para salvarla en esos 90 días de tiempo adicional. Todo lo que ha especificado al respecto en su plataforma Truth Social es que «Firmaré una orden ejecutiva el lunes para extender el periodo de tiempo antes de que las prohibiciones de la ley entren en vigor, de modo que podamos llegar a un acuerdo para proteger nuestra seguridad nacional«.
Según esa normativa, el alargamiento del plazo solo es factible en caso de que ByteDance esté haciendo progresos de cara a una venta de sus acciones de TikTok en EEUU. Y precisamente Elon Musk, uno de los colaboradores más cercanos de Trump y propietario de X, ha sonado en las últimas semanas como un posible socio para el Gobierno chino en algún tipo de operación de desinversión que pudiera satisfacer la letra y el espíritu de la ley.
Para Trump esa alternativa se basaría en que el 50% de la plataforma pasara a ser propiedad de una empresa nacional, tal y como señaló recientemente en Truth Social. Sobre el papel eso podría dar una salida satisfactoria a una amenaza de bloqueo cuyo apoyo ha disminuido en los últimos meses entre los ciudadanos de EEUU, de los que 170 millones son usuarios de la plataforma china.
El propio consejero delegado de la compañía china Shou Zi Chew agradeció directamente a Trump su predisposición a «encontrar una solución que mantenga TikTok disponible en EEUU», después de haber comprometido su asistencia a la ceremonia inaugural de su mandato. Y la propia administración Biden dejó en manos de su sucesora la aplicación de la ley que había promovido, ya que el presidente saliente decidió no aplicar esa ampliación de 90 días al plazo inicial.
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