La autoridad británica que vela por la competencia (CMA) ha anunciado la apertura de una investigación antimonopolio sobre Google por su posición preeminente en el segmento de las búsquedas y los anuncios vinculados a ellas. El regulador quiere determinar si la compañía tecnológica tiene «situación estratégica de mercado» (SMS), tal y como establece la nueva legislación Digital Markets, Competition and Consumers Act (DMCC).
Según esa ley diseñada para prevenir comportamientos anticompetitivos, una compañía reconocida como estratégica podría ser objeto de cambios impuestos por CMA para evitar prácticas que socaven las posibilidades de otros competidores. Al regulador le preocupa «nivelar el terreno de juego», en palabras de su consejera delegada Sarah Cardell, sobre todo en un contexto de cambios crecientes en los hábitos de búsqueda por efecto de la inteligencia artificial.
Esta investigación es la primera que CMA abre bajo el paraguas de la nueva normativa, que entró en vigor el 1 de enero de este año. Y Google es el primer objetivo del regulador en la medida en que su cuota de mercado en búsquedas supera el 90% y más de 200.000 anunciantes del país utilizan sus servicios publicitarios asociados.
Además el regulador señaló en el comunicado de apertura de la investigación que un escenario con competencia efectiva en búsquedas es imprescindible para garantizar que los medios sean tratados de forma justa en torno al uso de sus contenidos. En general CMA considera que las búsquedas son «vitales para el crecimiento económico» y que su capacidad para conectar negocios con consumidores hace necesario que haya competencia real.
Google ha pedido que la evaluación se realice desde una perspectiva «favorable a la innovación y basada en la evidencia», y ha señalado que si las reglas de competencia digital son demasiado estrictas «terminarían sofocando la elección y la oportunidad para consumidores y empresas». La eventual designación como SMS podría abrir un nuevo frente de petición de desinversiones forzosas para la compañía, como ya sucede en EEUU o Canadá.
En el primero de esos mercados el Departamento de Justicia del Gobierno ha solicitado al juez que se le fuerce a vender Chrome como parte de las medidas para restaurar la competencia en búsquedas después de que fallara que opera como un monopolio; y en el segundo la autoridad antimonopolio la ha demandado por prácticas anticompetencia en publicidad digital y pide su segregación forzosa.
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