Por María Valls Arnau (Blog)
Hoy en día existe mucha facilidad de acceso a la red, ya sea a través de los ordenadores, portátiles, tablets, móviles y esa facilidad de acceso ha de ser aprovechada por las empresas
para mejorar sus productos, ofrecer mayor calidad en las ventas, dar
mejores servicios y, en general, acercarse más a los clientes y poder obtener mayor rentabilidad.
Las empresas han de ser conscientes de la importancia de la comunicación, donde “lo que se dice” forma parte del producto que se vende; la comunicación es como un valor añadido al propio producto.
La red ofrece infinidad de recursos para que las
empresas puedan acercarse a sus potenciales clientes, ya sea a través de
la gestión de sus propias páginas web o blogs o de su presencia en
plataformas específicas, de videos o de presentaciones, en redes sociales generales o sectoriales o en portales temáticos especializados. Así pues, con todos estos recursos bien aprovechados cualquier
persona puede acceder a los productos de una empresa y puede preguntar
sobre ellos, sugerir ideas, alabar o criticar lo que considere o aportar
sugerencias para mejoras o posibles cambios.
De esta forma se obtiene una información muy valiosa y
a la que en muchas ocasiones no se le presta la suficiente atención y
puede aportar muchísimo a la empresa. Toda esta información y la
relativa a las cuestiones que se establezcan con productos de la
competencia puede ser aprovechada para mejorar nuestros
propios productos, la calidad de los mismos o cualquier aspecto
relacionado con ellos, para acercarnos a los clientes o para reelaborar
los productos de manera que se adecuen más a sus necesidades, y, en
general, para obtener una mayor rentabilidad.
Por ello es necesario que las empresas cuenten con profesionales de la comunicación a su servicio, ya sean propios o externos, que sepan gestionar adecuadamente toda esta información y la sepan aprovechar para lograr mayores beneficios.
Estos profesionales de la comunicación deben conocer muy bien la empresa,
todos sus entresijos, qué es lo que se puede hacer o no, desde la
empresa, en cada circunstancia y hasta dónde puede llegar. Así, cuando
cualquier cliente plantee alguna sugerencia o modificación o emita críticas desde el entono digital, el profesional de comunicación de la empresa
puede explicar rápidamente si las sugerencias que aportan los clientes
se pueden llevar a cabo o no, si lo que se critica se puede mejorar o
por qué se ha hecho algo de una determinada manera y no de otra.
El profesional de la comunicación de una empresa, además de ser buen conocedor de la misma, debe tener una relación estrecha con los directivos de
cada área para poder ofrecer soluciones, conjuntamente, a las
necesidades de los clientes, respondiendo siempre con humildad,
sinceridad y de forma clara, directa e inteligible, manteniéndoles
actualizados de todas las novedades que se vayan realizando, pues esto favorece que los clientes se sientan más identificados con la empresa y con sus productos.
Los profesionales de la comunicación son cada vez más necesarios en
las empresas para gestionar toda la información que circula en la red,
tanto de la empresa como de la competencia, gustos y preferencias de los
consumidores, tendencias, evolución de los mercados, entre otros.
Aquellas empresas que opten por prescindir de este tipo de profesionales
y trabajen de espaldas a las posibilidades que ofrece todo el entorno digital y de las tecnologías de la comunicación, serán menos competitivas y tendrán muchas más dificultades para alcanzar unos objetivos deseables.
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