Publicado en "Revista Imagen".-
“Es una cagada, con semejante nivel de inflación… no hay fee que aguante”, explicaba muy gráficamente uno de los 29 consultores encuestados en un panel anónimo bajo el título Consultoría en PR al borde de la híper.
La Argentina se encamina a lo que podría ser su quinta hiperinflación en medio siglo, luego de la devaluación del dólar “oficial” que debió convalidar el gobierno de Alberto Fernández y el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa. Agosto podría ser el primer mes con inflación mensual de dos dígitos desde la última ola hiperinflacionaria de 1991, y la consultoría en PR está entre los sectores seriamente afectados por la inestabilidad de precios.
Y por más que venga un cambio de gobierno a partir de diciembre, lo más probable es que la alta inflación siga por buena parte del año próximo.
“Se ha hecho imposible prever la aceleración inflacionaria, todos los fees nacen desactualizados. Recién hemos podido fijar pautas de actualización a priori desde el mes de mayo. Se compensó un poco por volumen de trabajo, pero la rentabilidad de las cuentas cae mes a mes como nunca antes”, describe otro de los participantes del panel de consultores.
La aceleración inflacionaria es un fenómeno que enfrenta a empleados con empresarios, consumidores con vendedores y proveedores de servicios tercerizados con sus clientes: es un “juego del huevo podrido”, en el que pierde el distraído, y las empresas tienen que pasarles a sus proveedores y empresas tercerizadas los costos que les generan los aumentos salariales, “bonos” y demás compensaciones para trabajadores en relación de dependencia. Ni hablar de las que se deben someter al control de precios y precios “justos”.
No hay “precios cuidados” o “justos” para fees de consultores de PR: saltó de casi 30 a 40 por ciento la proporción de agencias que dicen que no pudieron actualizar sus fees por la inflación, aunque aumentó ligeramente la proporción de consultores que logran que sus clientes actualicen fees en función de la inflación.
El 2022 había cerrado al borde del cien por ciento, y se estima que el alza de precios cuando finalice el año puede superar 150 por ciento.
La solución que le encuentran algunos consultores es acortar cada vez más los plazos de renegociación de fees: “La aceleración en el índice de inflación nos lleva a intentar acortar los periodos de actualización de los fees”, dijo uno de los participantes del panel”.
Otro participante explicó que “para los clientes en Argentina pude instaurar un aumento trimestral automático por inflación del INDEC” (instituto oficial de estadísticas).
Pero otros están tratando de acortar aún más las actualizaciones trimestrales, cuando cada vez que se busca una actualización se produce “mala sangre” en la relación con el cliente, y esto puede llevar a una revisión del servicio, en algunos casos: es malo por donde se lo mire.
Por eso no todos los consultores fueron tan afortunados en trasladar sus costos a los clientes: “Es muy complejo seguir el ritmo inflacionario, gastos, fees, no van al mismo ritmo”.
“Tengo acuerdos de actualización acumulativa trimestral pero ya queda largo ese plazo”, dijo otro consultor.
Otros le encuentran la vuelta por el lado de compensar caída en la rentabilidad con más actividad, aunque el 2023 también trae malas noticias contra la toma del año pasado hecha a mediados de año: casi el 20 por ciento dice que está teniendo menos actividad que en el período anterior, y mientras en el 22 más del 50 por ciento logró aumentar su nivel de cuentas, este año solo el 40 por ciento consiguió más actividad.
Se salvan las consultoras especializadas en comunicación política, que ahora están en “temporada alta”.
Otro capítulo de la alta inflación que termina afectando al sector es la contratación de personal por parte de las agencias. Si el año pasado menos del 10 por ciento reconoció haber reducido su staff contra el año anterior, este año casi 30 por ciento ajustó achicando planteles.
El año pasado, la mitad de las agencias había mantenido el número de empleados, y esa proporción ahora bajó a poco más del 20 por ciento.
De todos modos sigue en cerca del 40 por ciento la proporción de agencias que están contratando o sondean el mercado laboral del sector.
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