El kirchnerismo aportó una novedad y siguió una tradición en cuanto al manejo de los medios públicos. En el plano disruptivo, sacó a las emisoras estatales del ostracismo; les dio relieve, recursos y repercusión. La continuidad, con diferentes grados, está marcada por la concepción partidista que prefiere dar el mensaje ya digerido a las audiencias, antes que herramientas para debatir. Con diez años de vigencia, la tendencia del proyecto mediático del Gobierno parece irreversible. Por: Martín Becerra, en "Ambito Financiero" Si la televisión argentina pudiera psicoanalizarse y tuviera que narrar su infancia, destacaría como marcas de origen el uso gubernamental del canal estatal (Canal 7), el temprano protagonismo del fútbol en la pantalla, la relación directa entre anunciantes privados y programación, así como la tercerización de contenidos en productoras ligadas al mercado publicitario y al aparato estatal. Todo esto, a p