Publicado en "DosTextoCero"
Tu trabajo como community manager no empieza cuando te contratan, sino mucho antes. Tienes que saber venderte
y hacerlo bien, hablándole a tu interlocutor en un idioma que pueda
entender. Es más probable que un cliente te escuche cuando le hables de
cómo vas a optimizar su inversión que cuando le expliques qué es el storytelling.
Ojalá pudiéramos estar todo el día delante de la pantalla buscando, pensando, escribiendo. O creando comunidad. O poniéndonos al día sobre aquel nuevo desarrollo sobre el que leímos y que sabemos puede aportar mucho a nuestra estrategia online. Pero no. Hay que comer, y a ser posible todos los días. Así que se impone buscar clientes, y hay que hacerlo bien.
¿Nos abrimos un Facebook?
Hace tiempo acudí a una reunión de trabajo con empresarios turísticos de una zona del interior
de Andalucía. Uno de los puntos centrales en el orden del día era la
presentación por parte de una empresa especializada de una plataforma de
comercialización en la que tenían gran importancia los medios sociales.
La mayoría de aquellos empresarios no sabía nada de posicionamiento y
comunicación online; además, por aquel entonces, este tipo de estrategia era aún novedosa para el sector del turismo rural de interior.
La presentación no fue muy brillante. El encargado de hacerla era extranjero y, aunque su español era más que correctísimo, el acento daba a su intervención un cierto aire cómico totalmente inintencionado pero no por ello menos evidente. Yo noté cómo poco a poco el ambiente derivaba desde una atención cortés a un desinterés rayano en la suspicacia. Todo esto pese a que el producto era muy interesante y además novedoso en la zona: un servicio integral de marketing online para pequeñas empresas turísticas en forma de paquete único de manera que compartieran gastos comunes.
Y claro, en el debate que siguió después pasó lo que tenía que pasar. Tras muchos dimes y diretes, llegó el comentario chusco que puso fin a todo el debate: “Resumiendo, (“chaval”, le faltó decirle) “que nos abramos un Facebook, ¿no?” Las risas se extendieron por la mesa y la conversación siguió por esos derroteros.
Todos decían que ya tenían cuenta abierta, pero que “no servía de nada” porque no llegaban más clientes. Con eso fue suficiente para que la propuesta quedara aparcada.
Puede parecer que de esto hace muchos años, pero no hace más de dos. El trabajo con los medios sociales ha avanzado considerablemente desde entonces, pero esta cortedad de miras sigue presente hoy en muchos de estos pequeños empresarios. Siguen pensando que esto de las redes sociales consiste en abrirse un Facebook y sentarse a ver qué pasa.
Por eso hay que explicarles, y hacerlo bien, que incluso sus pequeños negocios se beneficiarán mucho de una buena estrategia de comunicación. Que nosotros les vamos a ayudar, porque estamos de su parte, a conseguir esos clientes que les faltan. Y que nos necesitan, porque en esa labor tendrán que hacer frente a problemas técnicos, éticos e incluso legales para los que nosotros tendremos la solución adecuada.
Consejos para convencer a una empresa de que nos necesita
- Prepárate bien. Lo primero que debes hacer es saber exactamente lo que tú puedes ofrecer y a qué precios. Sé realista.
- Planifica tu estrategia. Haz un poco de trabajo de campo: recopila información sobre tu posible cliente y averigua cómo está posicionado su negocio en internet.
- Contacta previamente. No te presentes espontáneamente con tu carpeta debajo del brazo: llama por teléfono y concierta una cita, a ser posible con el director, gerente o dueño del negocio.
- Muestra buenos ejemplos. Prepárate unos cuantos ejemplos de empresas parecidas a las de tu cliente potencial para las que las redes funcionaron bien y exponlos con claridad. También puedes usar el posicionamiento actual de su propia empresa y mostrarle cómo puede mejorar gracias a tus servicios.
- Sé cortés, persuasivo pero no insistente. No intentes convencer a nadie de lo bueno que eres y de que debe contratarte sí o sí. Confía en la solidez de tus argumentos y deja que piensen en ellos con calma.
Después tocará tener paciencia. Quizás
tengas suerte y decidan contar contigo, pero si pasados unos días sigues
sin tener noticias, llama para interesarte. Deja
siempre claro que pueden contar contigo para lo que necesiten, y poco a
poco ve sembrando una buena impresión entre tus contactos. Seguro que
alguno fructificará.
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