¿Carrefour, convertida en heroína de las redes sociales? La “nube”
de palabras, según SolcialEyez
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“Carrefour perdió el miedo, vos cuándo
perdés el miedo”, preguntaba @Lanataenel13, una cuenta extraoficial que
difunde las denuncias del programa Periodismo Para Todos, con casi 350 mil
seguidores.
El ex fiscal Pablo Lanusse elogiaba ante sus 9.000 seguidores en la red del pajarito “Destaco publicidad d Carrefour hoy en La Nación!! Ojalá + empresarios imiten esa decisión rompiendo #cepopublcitario. Libertad de expresion!”
El periodista y ex editor radial Jorge Santos decía en su cuenta en Twitter: “Carrefour desobedeció a Moreno y volvió a publicar en La Nación y Clarín”.
En total 1.500 “twiteros” comentaron elogiosamente la decisión de la cadena de supermercados Carrefour de interrumpir unilateralmente la veda que les había impuesto tácitamente en febrero a supermercadistas y cadenas de electrodomésticos el polémico secretario de Comercio argentino, Guillermo Moreno, de que no publiquen más sus ofertas en los diarios críticos del Gobierno: Clarín, La Nación y Perfil.
Según el relevamiento de la auditora de medios sociales SocialEyez, todas las menciones fueron neutras o positivas, salvo una del periodista kirchnerista Javier Romero, analista del programa oficialista Duro de Domar.
Además de provocar confusión y malhumor en los lectores y consumidores, el llamado “cepo publicitario” significó un grave daño económico para esos medios, ya que los privaba de uno de sus principales flujos de publicidad. Si bien el retorno de las ofertas de Carrefour fue esta vez en formato insert (más económico) y no en las páginas del diario, como hasta ahora, muchos twitteros enojados con el gobierno kirchnerista vivieron el regreso de la publicidad de Carrefour a los principales diarios masivos argentinos como una suerte de “rebeldía” ante un intento de censurar y destruir la libertad de prensa en Argentina y llamaron a sus seguidores a premiar a Carrefour yendo a comprar inmediatamente a la cadena francesa. De hecho fuentes cercanas a la empresa aseguran que la campaña tuvo resultados inmediatos en las ventas.
“No contábamos con una reacción tan favorable. Salimos con los inserts porque se nos estaban cayendo las ventas por falta de publicidad”, explicó en off the record una fuente de la empresa que dijo que hasta el lunes no habían recibido ningún llamado del temible secretario de Comercio Moreno.
“Evaluamos el riesgo del enojo del gobierno, pero esta vez privilegiamos el aspecto comercial”, dijo la fuente, que admitió que el refrescante decreto que emitió el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en defensa de la intangibilidad de los medios en la Capital, al que se sumó la provincia de Córdoba –y que apunta a defender a Clarín ante una intervención del gobierno- habría contribuido a alentar a la decisión de Carrefour de volver a pautar en los diarios críticos. El lunes en Carrefour no se había recibido el temido “telefonazo” del supersecretario que, en la práctica, cumple las funciones de ministro de Economía.
Los directivos de Carrefour también se habrían sentido respaldados por el fuerte rechazo internacional que recogió la prohibición de Moreno, que no fue publicada como resolución, sino, simplemente, de palabra. Su publicación podría haber llevado a un planteo ante la Justicia por censura y violación a derechos constitucionales.
También influyó en la decisión que el “congelamiento” de precios había quedado reducido finalmente a tan solo 500 productos, ya que el gobierno había argumentado en febrero que la prohibición tácita se debía a que el “congelamiento” anterior debía llevar a que las empresas no pauten más ofertas o promociones en medios gráficos y, de paso, se ahorren el dinero. No así en TV, radio o Internet. Más tarde el propio Moreno les había dado luz verde para pautar en gráfica, pero solo en los medios afines al gobierno.
El “cepo publicitario” no solo fue criticado por los principales organismos defensores de los medios y la libertad de prensa, como ADEPA, sino también por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y otras organizaciones internacionales y gobiernos preocupados por la descomposición de las garantías constitucionales en Argentina. La prohibición tácita de pautar para empresas privadas se enmarca en una ofensiva mayor por parte del gobierno para silenciar a medios críticos y es inédita incluso dentro de la órbita de los países “bolivarianos”, ya que ni el difunto coronel Hugo Chávez se entrometió en la pauta publicitaria de las empresas privadas.
(UpDate semanal de Revista Imagen)
El ex fiscal Pablo Lanusse elogiaba ante sus 9.000 seguidores en la red del pajarito “Destaco publicidad d Carrefour hoy en La Nación!! Ojalá + empresarios imiten esa decisión rompiendo #cepopublcitario. Libertad de expresion!”
El periodista y ex editor radial Jorge Santos decía en su cuenta en Twitter: “Carrefour desobedeció a Moreno y volvió a publicar en La Nación y Clarín”.
En total 1.500 “twiteros” comentaron elogiosamente la decisión de la cadena de supermercados Carrefour de interrumpir unilateralmente la veda que les había impuesto tácitamente en febrero a supermercadistas y cadenas de electrodomésticos el polémico secretario de Comercio argentino, Guillermo Moreno, de que no publiquen más sus ofertas en los diarios críticos del Gobierno: Clarín, La Nación y Perfil.
Según el relevamiento de la auditora de medios sociales SocialEyez, todas las menciones fueron neutras o positivas, salvo una del periodista kirchnerista Javier Romero, analista del programa oficialista Duro de Domar.
Además de provocar confusión y malhumor en los lectores y consumidores, el llamado “cepo publicitario” significó un grave daño económico para esos medios, ya que los privaba de uno de sus principales flujos de publicidad. Si bien el retorno de las ofertas de Carrefour fue esta vez en formato insert (más económico) y no en las páginas del diario, como hasta ahora, muchos twitteros enojados con el gobierno kirchnerista vivieron el regreso de la publicidad de Carrefour a los principales diarios masivos argentinos como una suerte de “rebeldía” ante un intento de censurar y destruir la libertad de prensa en Argentina y llamaron a sus seguidores a premiar a Carrefour yendo a comprar inmediatamente a la cadena francesa. De hecho fuentes cercanas a la empresa aseguran que la campaña tuvo resultados inmediatos en las ventas.
“No contábamos con una reacción tan favorable. Salimos con los inserts porque se nos estaban cayendo las ventas por falta de publicidad”, explicó en off the record una fuente de la empresa que dijo que hasta el lunes no habían recibido ningún llamado del temible secretario de Comercio Moreno.
“Evaluamos el riesgo del enojo del gobierno, pero esta vez privilegiamos el aspecto comercial”, dijo la fuente, que admitió que el refrescante decreto que emitió el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en defensa de la intangibilidad de los medios en la Capital, al que se sumó la provincia de Córdoba –y que apunta a defender a Clarín ante una intervención del gobierno- habría contribuido a alentar a la decisión de Carrefour de volver a pautar en los diarios críticos. El lunes en Carrefour no se había recibido el temido “telefonazo” del supersecretario que, en la práctica, cumple las funciones de ministro de Economía.
Los directivos de Carrefour también se habrían sentido respaldados por el fuerte rechazo internacional que recogió la prohibición de Moreno, que no fue publicada como resolución, sino, simplemente, de palabra. Su publicación podría haber llevado a un planteo ante la Justicia por censura y violación a derechos constitucionales.
También influyó en la decisión que el “congelamiento” de precios había quedado reducido finalmente a tan solo 500 productos, ya que el gobierno había argumentado en febrero que la prohibición tácita se debía a que el “congelamiento” anterior debía llevar a que las empresas no pauten más ofertas o promociones en medios gráficos y, de paso, se ahorren el dinero. No así en TV, radio o Internet. Más tarde el propio Moreno les había dado luz verde para pautar en gráfica, pero solo en los medios afines al gobierno.
El “cepo publicitario” no solo fue criticado por los principales organismos defensores de los medios y la libertad de prensa, como ADEPA, sino también por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y otras organizaciones internacionales y gobiernos preocupados por la descomposición de las garantías constitucionales en Argentina. La prohibición tácita de pautar para empresas privadas se enmarca en una ofensiva mayor por parte del gobierno para silenciar a medios críticos y es inédita incluso dentro de la órbita de los países “bolivarianos”, ya que ni el difunto coronel Hugo Chávez se entrometió en la pauta publicitaria de las empresas privadas.
(UpDate semanal de Revista Imagen)
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