Mario Silva, que quedó en medio de una interna oficialista por un audio que denuciaba corrupción.
Por Leandro Dario, en "Perfil"
Contra la corpo y la opo. Como en el 678
kirchnerista, Silva recibía al presidente Chávez para realizarle
“entrevistas” en vivo.
La Hojilla era el programa preferido del ex presidente
Hugo Chávez. Su conductor, Mario Silva, encarnaba como nadie el ideario
del 678 venezolano y se erigía en el amo y señor de la prensa
oficialista en Venezuela. Verdadero azote para la oposición y los
enemigos, el polémico operador político disparaba todas las noches sus
denuncias desde la pantalla del canal estatal Venezolana de Televisión
(VTV), con informes de archivo que ponían en ridículo a dirigentes
opositores, funcionarios invitados –entre ellos el propio Chávez y su
sucesor, Nicolás Maduro– y un léxico vulgar y popular que iba dirigido a
los militantes bolivarianos.
La Hojilla, que como 678 pretendía “desenmascarar” el discurso de los
medios privados de comunicación, promocionaba el eslogan “Rasgando el
velo mediático”. Desde esa tribuna, Silva tildó de “fascista”,
“drogadicto” y “asesino” a Henrique Capriles, líder de la oposición.
“Silva no es un locutor ni un periodista. Es un hombre que llegó a ser candidato a gobernador por el chavismo. Es una persona que el gobierno tiene para descalificar y desacreditar a la oposición”, afirmó a PERFIL el diputado Ismael García, que difundió esta semana el polémico audio que contenía denuncias de corrupción y revelaba una interna dentro del chavismo. Según el legislador, que responde a Capriles, la conversación entre el conductor de La Hojilla y el jefe de inteligencia cubana, Aramís Palacios, informaba a Raúl Castro sobre las intrigas políticas en Caracas.
Tras recibir una denuncia judicial de García y otros legisladores opositores, la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, ordenó ayer indagar sobre la veracidad de las revelaciones contenidas en el audio. Por su parte, la MUD adelantó que tiene en su poder una segunda grabación, que dará a conocer cuando lo considere “oportuno”.
Con la difusión de la grabación de 50 minutos en la que se revelan presuntos “ruidos de sables” en los cuarteles militares y dudas en el recuento de los votos del Colegio Nacional Electoral (CNE), Silva se convirtió en un aliado incómodo e indeseable para la Revolución Bolivariana. Por eso, el lunes anunció que dejaría “momentáneamente” el programa por motivos de salud y que viajaría a Cuba para operarse de la vesícula. Para la prensa venezolana, en cambio, el ex candidato a gobernador por el estado de Carabobo tuvo que dejar el programa porque embistió contra Diosdado Cabello, titular de la Asamblea Nacional (AN) y número dos del Gobierno venezolano.
Silva había criticado con dureza el programa que Jorge Lanata emitió desde Venezuela durante las elecciones del 7 de octubre. “Señor Lanata, por favor, no meta la pata. Usted vino a hacer el ridículo. Esto es un montaje”, aseveró el conductor bolivariano al denostar los supuestos informes de inteligencia que el periodista argentino habría revelado desde Caracas.
Silva, integrante del ala de izquierda radical del chavismo, sólo se
había ausentado de su programa en septiembre de 2008, cuando se apartó
por cuatro meses para embarcarse en la campaña a gobernador de Carabobo.
Tras perder esas elecciones, volvió a La Hojilla. Ahora, luego de la
difusión del audio que sacudió al chavismo, el conductor de TV favorito
del fallecido líder bolivariano buscó asilo en Cuba. Antes de irse, dijo
que no pediría disculpas, que si se tenía que inmolar por la Revolución
lo haría y que volvería el próximo lunes. Silva, el conductor del
programa más amado por Chávez, cayó en desgracia y nadie sabe qué será
de su fugaz carrera mediática.
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