Por Gastón Roitberg (La Nación Revista)
Mientras las rutinas productivas y la relación con las audiencias atraviesan un proceso de cambio, las fábricas de noticias invaden las redes sociales
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Medio de medios
Mientras las rutinas productivas y la relación con las audiencias atraviesan un proceso de cambio, las fábricas de noticias invaden las redes sociales
La audiencia no tiene más poder que antes. Ya tiene el poder. Esta afirmación da cuenta de un movimiento irreversible en la historia de los medios. Durante mucho tiempo, las riendas para producir y transmitir la información las manejaban unos pocos actores, pero en los últimos años el esquema lineal y automático cambió por un circuito más horizontal, basado en el arte de escuchar, aprender y colaborar, cuyo eje no son los medios tradicionales, sino las redes sociales.
"Con similares herramientas y tecnologías de las que disponen los publishers, la audiencia se vuelve invencible en la batalla de la escala", afirma Pablo Mancini ( @mancini ) en su libro Hackear el periodismo. Un manual de laboratorio (La Crujía Ediciones, 2011). Y completa una idea que sirve para graficar el contexto en el que periodistas y medios deben interactuar: "Las audiencias son los sindicatos de distribución porque controlan los flujos de circulación de contenidos. La empresa de medios más poderosa del mundo no podría de ninguna forma competir con esa capacidad y escala."
El cambio más radical de los medios de comunicación en los últimos años es que ahora existe un núcleo central de producción, publicación y distribución que está por fuera de ellos. Twitter -definido por sus propios creadores, Biz Stone ( @biz ), Evan Williams ( @ev ) y Jack Dorsey ( @jack ), como una red de información en tiempo real-, y en cierta medida Facebook y YouTube, son ventanas que permiten este flujo de conversaciones y la posibilidad de crear nuestra propia cadena de broadcasting. Los medios están aprendiendo a conversar con las audiencias de una manera franca y directa, con lo cual un gran desafío para los próximos años es gestionar mejor esos intercambios dominantes (trending topics).
"Twitter es una plataforma polivalente a la que no debemos percibir sólo ni principalmente en términos mediáticos. Culturalmente es una red social de relaciones asimétricas centradas principalmente en la publicación y en el acceso a información textual de hasta 140 caracteres de extensión", explica José Luis Orihuela ( @jlori ), profesor de Comunicación Multimedia en la Universidad de Navarra y autor del libro Mundo Twitter. Para el especialista en nuevos medios y cibercultura, esta red fue adoptada rápidamente por los medios de comunicación porque "es una excelente plataforma para la difusión y viralización de contenidos periodísticos, una extraordinaria herramienta de monitorización de fuentes y tendencias, y un estupendo taller en línea de la escritura breve".
La red social -supera los 200 millones de usuarios en el mundo- se convirtió, además, en un instrumento de fuerte interpelación de la labor periodística, en los aciertos como en los errores. Florencia Coelho ( @fcoel ), jefa de Investigación y Desarrollo Multimedia de lanacion.digital, afirma que en Twitter la información vuela y no sólo por el impulso de su pájaro ícono: "La información precisa se mueve a la misma velocidad que los rumores y datos no verificados, pero ahí está la inteligencia del periodista para pescar, seleccionar y después hacer el trabajo profesional de chequeo".
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"Mientras las noticias se mueven con lentitud -decía en 1959 el teórico de la comunicación y docente Marshall McLuhan- hay tiempo de proporcionar perspectivas, establecer el contexto, relacionarlo con las últimas noticias; es decir, que el lector recibe un package completo. Pero cuando la velocidad se impone, desaparece cualquier posibilidad de tratamiento literario, y el lector recibe un kit para que él lo componga."
Como toda nueva plataforma tecnológica, Twitter requiere una mínima curva de aprendizaje y, una vez superada, se adquieren códigos socialmente legitimados y se pasa a la instancia profesional: se convierte en una herramienta de trabajo clave como fuente de información dinámica, interacción con la audiencia y promoción de los contenidos periodísticos.
La interacción en Twitter obliga al usuario (periodista o un simple entusiasta amateur) a desligarse de experiencias anteriores para embarcarse en un nuevo hábitat, con códigos, jergas y mecanismos ad hoc. Por eso, hay que dejar de mirar el presente a través de un retrovisor, evitar el hecho de caminar marcha atrás hacia el futuro, como dijo alguna vez el mismo McLuhan, el primero en considerar un medio como experiencia personal más que como contenido.
Sin la interacción y el intercambio de saberes, estas plataformas son una cáscara vacía. El medioambiente no es la tecnología, es el contenido, de la mano del componente del vivo y directo, que lo hace más actualizado, relevante y cercano a los usuarios. "Como en el mundo analógico, un papel en blanco es simplemente un soporte. Lo que cuenta es quién o qué se publique para hacer la diferencia y otorgar ese valor de servicio tan apreciado por las audiencias de hoy", completa Coelho.
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Roberto Igarza ( @robertoigarza ), docente e investigador en nuevas formas de consumo cultural y autor de Burbujas de ocio. Nuevas formas de consumo cultural, sostiene que todos los medios tienden a enfriarse frente a Twitter. "Antes la pregunta era cómo establecer y continuar el diálogo con los lectores, oyentes o televidentes. Ahora se trata de comenzar la relación antes de la nota. Podría ser incluso, como sucede en la mayoría de los casos, que un tweet no alcance nunca el estadio de nota periodística. Pero aun así habrá generado un contacto con algunos de los potenciales lectores que la nota."
Para el investigador, estamos en una transición de la convergencia de las tecnologías de la información y comunicación "en el que ya casi no se distingue el evento de la intervención periodística, y ésta de los comentarios. Las fronteras entre ellos se han hecho borrosas, todo parece acontecer simultáneamente". Es posible que por eso estemos como periodistas tan entreverados con otras personas que mantienen una relación con el evento. "Ninguna de las otras plataformas de medios sociales había promovido tanto el contacto entre unos y otros", dice Igarza. ¿Qué tienen para aprender los medios de Twitter y viceversa? "Ser un buen jugador de tenis no implica que puedas llegar a las finales olímpicas en la disciplina ping-pong. Hay una red que los separa, una pelota que sirve a la relación entre ambos y que debe en cada oportunidad superar una red. Nada de todo eso asimila a unos jugadores con otros", asegura el investigador. Y sigue: "Jugar al tenis de mesa implica reglas diferentes, una práctica y un entrenamiento que los jugadores de tenis no tienen. No son dos categorías de jugadores del mismo juego. Son dos juegos diferentes. Twitter se asemeja más al ping-pong que al tenis. Las barreras, tal vez, existan en sentido inverso también. Simplemente que no nos hemos dado cuenta porque aún no vemos la necesidad ni sentimos la obligación de ensayar".
¿Puede considerarse Twitter un medio de comunicación en sí? Tal vez se trate de algo más amplio que eso. Podría ser también considerado el emblema del espíritu de lo unívoco que queda en las prácticas sociales de la comunicación en la actualidad, remanente de la era en que el objetivo era tomar la palabra para decir, sin escuchar", analiza Igarza. Podría ser un regreso a las formas más clásicas de propalar, pregonar y difundir. "¿Acaso los flujos de intercambios no son más bien esporádicos, breves? ¿No estaremos frente a uno de los tantos componentes residuales de una época que creíamos pasada?", se pregunta el investigador.
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