De nuevo se ha hablado más de los fallos de protocolo en la visita de Obama al Reino Unido que de los supuestos aciertos de su estancia. No es la primera vez que los Obama son criticados por su escasez de conocimientos en esta materia, en especial cuando tratan con la realeza. Nadie nace adiestrado en estas lides pero resulta extraño que un Jefe de Estado cometa tantos fallos relacionadas con las formas de ser y “actuar”.
Desde los Estados Unidos, muy especialmente desde el Partido Republicano, se critica duramente la escasa preparación que tiene la familia presidencial para representar adecuadamente a su nación fuera de sus fronteras. Varias han sido las ocasiones en las que, tanto el Presidente como su esposa, han sido señalados por el dedo acusador en relación con sus pocos conocimientos de los modos, usos y costumbres exigibles a un responsable de su altura. Entre sus fallos podría destacar el abrazo de Michel Obama a la Reina de Inglaterra o las exageradas inclinaciones, interpretadas como gesto explícito de sumisión, de Obama al rey de Arabia Saudí y al emperador del Japón.
En el caso de Michel Obama, sabido es, que el saludo correcto a la Reina de Inglaterra de una Jefa de Estado no va más allá de estrechar la mano, naturalmente cuando de Her Majesty parte el saludo. En cualquier otro caso – entiéndase “pueblo llano”- hay que remitirse a la página web de la Casa Real Británica en la que se sugiere, como forma correcta de saludar a la Reina “…women do a small courtesy” y “…for men a neck bow”.
En relación con el Presidente Obama, no parece muy acertado ofrecer una imagen de sumisión ejecutando un saludo que en USA ha sido calificado de “pérdida de dignidad presidencial”. Recordemos que los gestos tienen, en determinados contextos, más valor comunicativo que las palabras.
Desconozco si, antes del brindis que ejecuta Obama con tanto desacierto, debería haber sonado el “God save the Queen”. Si así hubiese ocurrido, es obligación de los asesores de Obama haber explicado la secuencia del acto correctamente a Obama. Fallo sería, entonces, de organización pura y dura. Pero, por romper una lanza en favor de Obama, no parece lógico que un himno suene antes de haber finalizado el brindis, en cuyo caso el fallo es de la organización británica. Alguien dio al botón “play” antes de tiempo. El error no sería, entonces, de la parte USA sino de la parte UK. Por otro lado, si Obama hubiese reconocido el himno británico – circunstancia que parece no se dió- debería haber interrumpido su discurso para, una vez finalizado, continuar con el brindis.
Como primera conclusión creo que, pese a la tan manida idea de que el protocolo no sirve para nada, los hechos que anteriormente he citado corroboran que las formalidades, la adecuación y la adaptación a los modos ajenos son de especial importancia si se desea tener éxito en cualquier tipo de relación.
En segundo lugar es manifiesto que la inmensa mayoría de los miembros de una nación desean que sus dirigentes sepan representarles correctamente fuera de las fronteras, proyectando una imagen de credibilidad. Las faltas de los dirigentes son faltas de toda una nación.
Finalmente: Ensayo, ensayo, ensayo y ¡¡¡¡ PROFESIONALES QUE SEPAN HACER LAS COSAS BIEN Y ASESORAR A SUS SEÑORITOS!!!.
Digo yo. ¿Tú qué piensas?
© Juan de Dios Orozco López
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