Una de las reglas principales de la red de microblogs más grande del mundo es tener cuidado con las suplantaciones, algo que no todos los periodistas toman en cuenta. ¿Qué hacer para no ser engañado?
Cuando una operación quirúrgica practicada en La Habana desató una serie de rumores sobre la salud del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, muchas personas, sobre todo periodistas, buscaron información sobre su situación en su cuenta de Twitter.Chávez se había convertido en una estrella tuitera hace algo más de un año, cuando abrió su cuenta @chavezcandanga, que ahora tiene más de 1.600.000 seguidores.
Luego de la operación, desde @chavezcadanga salieron mensajes negativos, que hablaban sobre el supuesto mal estado de salud de Chávez, algunos incluso tenían un tono de despedida.
No. No fue que Chávez informó sobre algún problema grave. La diferencia la hace una sola letra.
Entre @chavezcandanga y @chavezcadanga la única diferencia es la primera “n” que tiene la primera y de la que carece la segunda, pero la información es muy diferente. La foto, el color del fondo, el estilo de la escritura, su jerga, sus saludos a los seguidores, casi todo es similar. Pero la primera es la oficial y la segunda es una falsa.
¡Cayeron!
Un periodista y una presentadora de televisión ecuatorianos cayeron en esa trampa en estos días.
Juan Carlos Calderón (@jc_calderonviv), un reconocido periodista de investigación de Ecuador, retuiteó uno de los mensajes del falso Chávez: “Mi enfermedad es más complicada de lo pensado, pronto tendrán más noticias de mi mal. Gracias por su preocupación”.
Ma. Mercedes Cuesta (@mmcuesta), presentadora de TV, hizo lo mismo con otro tuit: “Si no salgo de esta quiero que sepan que di todo por mi pueblo. No me arrepiento de nada de lo que hice!VIVA LA REVOLUCION!”.
Si esto le pasa a un periodista investigativo y a una presentadora de noticias, ¿qué le puede pasar a los ciudadanos que no están obligados a investigar, verificar, confirmar y contrastar la información?
Consejitos
¿Acaso porque es Twitter y porque solamente es un retuit se debe obviar las obligaciones de todo periodista? No. El rigor periodístico es una condena que deben sufrir los periodistas en todo momento y en cualquier lugar.
Por eso, acá recomendamos unas cuantas cosas que se pueden hacer antes de caer en el retuiteo fácil y precipitado:
- Vea si es una cuenta verificada. Twitter tiene la política poco practicada de comprobar si una cuenta es oficial. Estas se reconocen por el signo de visto bueno o verificación dentro de una figura celeste junto al nombre del tuitero. Por ejemplo: @chavezcandanga lo tiene, @chavezcadanga no. Ojo: se determina si la cuenta es oficial, pero no se confirma si es usada por quien dice ser su propietario.
- Vaya al sitio en Internet del tuitero y busque ahí el enlace a la cuenta de Twitter. Si es una cuenta oficial, lo más seguro es que esté en la página oficial, blog, Facebook, Linkedin o cualquier otra red social que sepamos que es la auténtica.
- Use el teléfono o el correo electrónico. Llame a las oficinas o envíele un correo al supuesto dueño de la cuenta para saber si usa el nombre de usuario del que tenemos dudas.
- Fíjese en los detalles. ¿Quién, además del cantante Juanes, puede tener una foto o video casero de Juanes grabado en su casa, en un hotel o en un carro? Muy pocos, por eso este dato puede dar pistas sobre la veracidad de la cuenta aunque no es definitivo, es solamente una pista, pues ahora, aparte de Juanes, son muchos quienes pueden tener esa foto o video.
- Vea con quién conversa y el tono que usa. Si alguien cuya cuenta sabemos que es real conversa con confianza y seguridad con alguna persona de quien no tenemos la certeza, nos da el mensaje de que esa cuenta puede ser verdadera. Ejemplo: las conversaciones que el futbolista Antonio Valencia mantiene con sus amigos futbolistas, como Jefferson Montero.
- ¿Alguien habla barbaridades? Dude. Si todo un gobierno niega que el Presidente sufre una enfermedad grave y después, desde su supuesta cuenta, el mismo Presidente dice lo contrario (como sucedió con Chávez) es posible que estemos ante una cuenta falsa. Ah, y si el candidato presidencial español Alfredo Pérez Rubalcaba se ofrece como Hombre del Saco para que los niños coman su papilla, también dude.
- Leer la bio puede ayudar. Si ve un tuit sorprendente de algún personaje conocido, ¿qué hace usted? No lo retuitee. Primero vea su biografía en Twitter porque ahí puede haber alguna clave, como las que dicen parodia, cuenta falsa, fake, etc. Y si, por ejemplo, el rey de España dice en su bio que es “roántico, soñaor, campechano, friki de la series”, pues dude.
- Vea si tiene muchos o pocos seguidores. Si se escribe Ollanta Humala en el buscador de Twitter, aparecen varias cuentas como @Ollanta_HumalaT, @OllantaHumalaT_, @ollantahumala, @humala, @OLLANTAHUMALA1, @OllantaHumalaTs, @humalaollanta, @HumalaOfficial… ¿Cuál es la real? Puede ayudar saber que la primera tiene más de 43.000 seguidores y la segunda cifra más alta es la de una cuenta con cerca de 9.000 seguidores. Sin embargo, no confíe a ciegas en las mayorías. Hay ocasiones en que una cuenta puede engañar a muchos, por eso no vale fiarse de otros tuiteros (así sean periodistas).
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