@hugomorenomv3
El próximo año, los mexicanos no sólo estarán expuestos a las radiaciones solares peligrosas, la alta contaminación atmosférica y la inseguridad, entre otros fenómenos nocivos, sino que ahora, quizá como nunca antes, corren el riesgo de quedar prácticamente anestesiados por las excesivas dosis de comunicación política a las que se les expondrá a lo largo de las precampañas y campañas políticas de la elección federal de 2012.
Tan sólo en radio y televisión, de manera oficial, el Instituto Federal Electoral (IFE) pautará 39.2 millones de spots, esto, por supuesto es sin considerar las informaciones de noticiarios televisivos y radiofónicos que a diario cubrirán y difundirán dentro de su programación habitual, por lo menos, las actividades de los candidatos a la Primera Magistratura del país.
Miles de millones de mensajes más se lanzarán en las diversas plataformas que forman parte de la infraestructura de comunicación de la que dispondrán candidatos y partidos políticos para intentar convencer, en medio del bullicio y el ruido que se podría generar por los propios protagonistas de la elección, a los electores de sufragar a su favor.
Nada más para darse una idea, los mensajes llegarán a través de cientos de periódicos y pasquines, decenas de revistas, miles de salas de cine, incontables folletos, lonas, bardas, calcomanías, millones de teléfonos móviles y fijos, páginas web, redes sociales, eventos en vivo, espectaculares, banderines, promocionales como playeras, plumas, bolsas de mandado, mandiles… etcétera, etcétera, etcétera.
Nadie escapará de ser alcanzado por varios cientos de mensajes, por decir lo menos, independientemente de sexo, edad, posición social, condición cultural, situación geográfica ni nada. Mire tan sólo la siguiente tabla, que por supuesto no incluye el total de posibilidades mediáticas que se utilizarán, según los recursos, por partidos y candidatos.
Plataformas de comunicación disponibles para las elecciones federales de México, 2012
Medio | Número | Medio | Número | Medio | Número |
Periódicos | 207 (13 nacionales, 194 locales) | Usuarios de telefonía móvil | 85,782,100 | Cartel | ¿? |
Radio | 1,501 concesiones y permisos | Usuarios de internet | 34.9 millones (77% participan en redes sociales) | Folleto | ¿? |
Televisión | 691 concesiones y permisos | Redes sociales (principales) | 4 | Bardas | ¿? |
Revistas | 96 | Líneas de telefonía fija | 19,336,533 | Promocionales | ¿? |
Salas de cine | 3,892 | Dominios mx | 434,506 | Avioneta | ¿? |
Lonas | ¿? | Espectaculares | 128,000 | Eventos | ¿? |
Calcomanías | ¿? | Banderines | ¿? | Otros | ¿? |
Nota: En la casilla ¿? se cuentan, por lo regular, por miles o millones de piezas, según el caso.
Elaboración: Media Virus 3.0, 15 de junio de 2012.
Fuentes: Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Censo de Población y Vivienda 2010; www.directorio.com.mx; www.geomedios.com; www.directorio.gob.mx; www.conexionejecutiva.com; Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI).
En la elección federal de 2012 estarán en juego más de dos mil cargos de elección popular, entre ellos, los integrantes del Congreso de la Unión: 500 diputados federales, 128 senadores; además de la Presidencia de la República Mexicana.
En el caso de los candidatos a la Presidencia jugarán a obtener el pedazo más grande de un pastel hecho con la voluntad para sufragar de aproximadamente más de 40 millones de ciudadanos, como se puede observar en la siguiente tabla.
Datos de las últimas 3 elecciones presidenciales y del padrón y lista nominal para 2012 en México
Elección | Lista Nominal | Número de votos | Porcentaje total |
1994 | 45,729,057 | 35,285,291 | 77.16% |
2000 | 58,782,737 | 37,601,618 | 63.97% |
2006 | 71,374,373 | 41,791,322 | 58.55% |
2012 | 76,287,288 | ¿? | ¿? |
Fuente: Sistema de Consulta Estadística de las Elecciones Federales, México, IFE, junio 2011.
¿Pero qué hacer ante tal situación de riesgo de hipercomunicación que podría anestesiar al elector y desmotivar, en el peor de los escenarios, el sufragio, si más de seis mil candidatos, aproximadamente, quieren ganar? Además que las instituciones buscarán legitimar su actuación como jueces, observadores, garantes, etcétera, son los casos del IFE y el Tribunal Federal Electoral, los Institutos y Tribunales Electorales de algunos estados, así como organizaciones ciudadanas de observación, partidos políticos, fundaciones y empresas de medios y encuestadoras interesadas en promover su información, claro, sin faltar también los posicionamientos de gobiernos locales, estatales y federales.
Primero, decirles a los participantes como principales productores de mensajes que existe el riesgo de abrumar a los electores y con ello derivar su actuación y acción para sufragar de manera poco racional o bien, desestimular el voto como efecto de la propia hipercomunicación.
Segundo, candidatos, partidos, instituciones y demás protagonistas de las contiendas electorales, tendrán la responsabilidad social y por conveniencia propia, de construir planes de comunicación que contribuyan a darle nitidez y efectividad a sus mensajes, utilizar los medios disponibles con inteligencia, las condiciones en la segunda década del siglo han cambiado, y considerar que, de triunfar, deberán contar con la mínima legitimidad como base de la gobernabilidad requerida para el ejercicio del rol que les toca jugar de acuerdo a su cargo público.
Tercero; para los ciudadanos también representará un reto evitar bloquearse y rechazar la abundante oferta informativa y de persuasión que se plantará prácticamente frente a su cama y la puerta de su hogar, además de las calles y la mayoría de los sitios a los que acuda, así como por todos los medios posibles. En ese sentido, conservar un poco de sensatez para tomar los datos necesarios, ser más selectivo, como es deseable, le permitirá sufragar de manera informada y razonada, con lo cual propiciará un clima de participación democrática a prueba de fallos.
Cuarto; empresas y operadores de medios, verán disminuidas sus posibilidades de negocio si se exceden también en sus esquemas de producción y distribución, ya que, por ejemplo, los candidatos pueden percatarse de cómo el material que debería servir a la difusión de sus mensajes se va a la basura por el rechazo del mismo ciudadano, ya expuesto y saturado por otros medios.
Quinto; quizá el mayor de los desafíos, lo tendrán los estrategas de las campañas para definir sus planes, en cuanto a comunicación se refiere, que atiendan una realidad que se les impone y logren articular iniciativas que los lleven a la victoria final de sus candidatos.
El reto para todos, finalmente, es analizar, previo a la elección, las mejores maneras de lograr que el proceso arroje las satisfacciones necesarias para candidatos, ciudadanos, instituciones, organizaciones, partidos políticos, entre otros, y no existan elementos que, por falta de comprensión y previsión de fenómenos indeseables como la hipercomunicación, pudieran enrarecer el clima poselectoral. Así, prever y actuar con mesura, inteligencia y bajo la premisa del bien superior de todos, son conductas deseables en todos los ámbitos y frente a todas las ambiciones que concurren en un proceso como el que se avecina, por el bien de todos, en especial, del país.
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