El director del diario ‘El País’, Javier Moreno, inauguró ayer jueves la XII edición del Congreso de Periodismo Digital, que se celebra en Huesca, con una frase contundente y sorprendente, sobre todo si tenemos en cuenta quién es este señor: estoy convencido de que en unos años, pocos o muchos, dejará de haber periódicos impresos en papel.
Desde hace una década, las cosas en materia de comunicación e información han ido cambiando. Al principio, de forma sigilosa, pero en los últimos años, digamos que hemos pisado el acelerador de la revolución digital: ¿quién no tiene cuenta en Facebook? ¿cuánta gente tiene un blog? ¿qué me decís de Twitter, la mejor plataforma para conseguir información en tiempo real, muchas veces, de los propios usuarios? ¿y los periódicos digitales?
La tecnología permite que pueda haber un cambio, pero somos las personas las que decidimos hacia dónde queremos que vaya, y parece que estamos muy cómodas en Internet. Nos gusta que nos dejen opinar, que los medios nos pregunten, que nos contesten, que nos tengan en cuenta, y esto sólo sucede en la Red. Y, muchas veces, nos da igual que la información que necesitamos nos la proporcione un medio de comunicación, un tuitero friki, o un experto en el tema a través de su blog.
Evidentemente hay temas para los que sí preferimos un medio de comunicación, por la forma en que el periodista trata la información y porque tienen más medios para acceder a ella, pero, claramente, a los medios de comunicación les ha salido una dura competencia: Internet. No visto como una plataforma, sino como un enorme sitio lleno de contenidos de cualquier tema (también de cualquier calidad, por eso hay que saber dónde y cómo buscarlos).
El caso es que llevamos unos años inmersos en un eterno debate sobre si el periodismo en formato papel morirá o perdurará. En el marco del Congreso de Periodismo Digital, Marcelino Iglesias, Presidente de Aragón, afirmó: “toda la sociedad necesita el periodismo y a los periodistas... Una sociedad que se gobierna a sí misma, que tiene que tomar sus propias decisiones, necesita una información sólida, rigurosa, contrastada y plural, que permita a los ciudadanos formarse su propio criterio y articular su opinión personal para, sobre ella, actuar en su vida cotidiana”.
Vale, ya tenemos claro que el periodismo no se acaba, que se está reinventando, buscando nuevos modelos de negocio, formatos y contenidos. Pero lo que es innegable es que el formato digital ofrece una serie de características con las que no puede competir el papel: actualizaciones constantes e inmediatas, la comodidad de no tener que salir de casa, nos permite ver vídeos que enriquezcan la noticias, no hay que pagar, podemos acceder desde cualquier sitio, elimina barreras geográficas, nos dejan opinar e incluso compartir contenidos con nuestros amigos en las redes sociales…
Volviendo a Javier Moreno, que tras asegurar en su discurso del Congreso de Periodismo Digital que el formato papel desaparecerá, añadió: “A medio plazo sobrevivirán los mejores (periódicos), pero me parece evidente que el futuro de todos ellos se encuentra en la Red. No quiero yo decir que deje de haber demanda de periódicos impresos de un día para el siguiente, que la gente abandone de forma súbita y masiva el hábito o el interés por la letra impresa en hojas de periódicos, distribuidas por el conjunto de un territorio y colocadas a la venta en una red de quioscos. Quiero decir que, aunque siga habiendo demanda, esta no será suficiente para sostener los costes crecientes de un proceso industrial que, como todos los procesos industriales, han requerido un mercado masivo para su sostén.”
La conclusión, entonces, parece ser esta: si parte de los lectores habituales del periódico en papel dejan de comprarlo, este se vuelve insostenible (por tanto, los que quieran seguir comprándolo, no podrán hacerlo). El formato digital es la alternativa, pues además de tener muchas ventajas frente al papel, es más barato.
Al fin y al cabo, esto es un negocio, precioso, vocacional y al servicio de la sociedad, pero negocio, y los números tienen que cuadrar.
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