Una comisión de ética examina una “entrevista imaginaria” a doña Letizia
El organismo de la federación de periodistas estudia la conversación ficticia de 'Diez Minutos'
La Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del periodismo estudiará a fondo la conversación ficticia a la princesa de Asturias difundida por la revista Diez Minutos en la edición del 28 de mayo. Con una gran foto, esta publicación anunciaba en portada una “entrevista imaginaria” a doña Letizia
con motivo del décimo aniversario de su matrimonio. Y añadía:
“Recreamos con datos contrastados y testimonios fiables la conversación
que podría haber tenido con nuestra revista”. A continuación, se suceden
tres páginas con el clásico formato de pregunta / respuesta donde doña
Letizia contesta en primera persona. Diez Minutos incluso
entrecomilla este titular: “El Príncipe y yo tenemos caracteres
distintos, pero nos admiramos”, que no deja de ser mera fabulación.
El organismo que vela por la ética profesional ha recibido una
solicitud del Colegio de Periodistas de Murcia para que emita un
informe-resolución sobre la polémica entrevista. Considera que
contenidos de este tipo son un “descrédito” para el periodismo y
vulneran “los principios generales de la deontología profesional”. Y
especialmente, remarcan, los que refieren al respeto a la verdad y el
deber de difundir con honestidad la información. La propia revista
calificaba de “ejercicio de osadía” entrevistar “de manera figurada” a
la princesa de Asturias. E intentaba aclarar: “Hemos imaginado una charla con ella, una entrevista improbable con respuestas reales”.
Sin embargo, los periodistas murcianos dudan de la conveniencia de que publicaciones de naturaleza informativa utilicen géneros periodísticos para “la elaboración de ficciones”.
El presidente de la Comisión de Quejas de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Manuel Núñez Encabo, asegura que el organismo no ha recibido ninguna indicación desde el palacio de la Zarzuela y remarca que este caso se analizará “con el mismo rigor de siempre”. No obstante, es consciente de que despierta interés y tiene relevancia publica. “Tenemos que ver si este contenido, aunque sea una entrevista imaginaria, desnaturaliza un medio de información y su identidad. Eso podría tener consecuencias deontológicas y jurídicas”, sostiene Núñez Encabo.
Para este catedrático de la Universidad Complutense, lo fundamental es dilucidar la veracidad de la información, si ha habido autorización de la protagonista para publicar la entrevista —aunque sea ficticia— y si se ha podido vulnerar el derecho al honor y a la intimidad de la persona afectada. La Comisión de Quejas dará pautas teniendo en cuenta que “la libertad de información debe ser compatible con la veracidad”.
Una de las últimas resoluciones de este organismo analizaba un falso-documental: el que elaboró Jordi Évole sobre el 23-F, emitido en La Sexta. La Comisón de Quejas determinó que el programa, “fundamentado en mentiras”, era una patraña que pretendía experimentar y transgredir. Añadía que su objetivo no era engañar al público, sino llamar la atención y obtener audiencia. Aunque al tratarse de un hecho trascendencia histórica para la democracia “los objetivos del programa podrían haberse intentado con procedimientos periodísticos ajustados a sus principios deontológicos”.
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