Por Washington Uranga, en Página/12
Denuncia el asesinato de cinco
periodistas en Paraguay en menos de un año y recoge declaraciones de
dirigentes de aquel país, responsabilizando de esas muertes al gobierno
del presidente Horacio Cartes.
Cinco
periodistas fueron asesinados en Paraguay en menos de un año. Lo
anterior significa que si se toma en cuenta que desde el final de la
dictadura de Alfredo Stroessner (1989) hasta la fecha el total de
comunicadores que cayeron violentamente fue de 17, aproximadamente el 30
por ciento de ellos perdió su vida durante el gobierno del actual
presidente Horacio Cartes, quien asumió el cargo el 15 de agosto de
2013. La última de las víctimas fue Gerardo Servián, periodista radial
de Zanja Pytâ: recibió seis balazos en el cuerpo el pasado jueves 5 de
marzo en Ponta Porâ (Brasil), a doscientos metros de la frontera con
Paraguay.
Todos los asesinatos denunciados han ocurrido en el interior del
país en zonas que los medios periodísticos paraguayos de diferentes
orientaciones califican de “liberadas” por el Estado y donde se denuncia
la presencia de grupos criminales y del narcotráfico. Según lo escribió
el periodista Julio Benegas en el diario digital E’a, “esta pesadilla
para comunicadores en zonas de narcotráfico y la narcoganadería comenzó,
oficialmente, el 26 de abril de 1991, con la muerte a cara descubierta,
en pleno centro de Pedro Juan Caballero, del entonces director de Radio
Mburucuyá, Santiago Leguizamón. Era presidente entonces el general
Andrés Rodríguez, vinculado en informes confidenciales y algunos
periodísticos con carteles de la droga en su tiempo”.
En declaraciones al mismo medio periodístico el secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), Santiago Ortiz, afirmó que “el crimen organizado se siente parte del gobierno (de Cartes), siente que es su gobierno” y esto “hace que se dispare la barbarie”.
El 16 de mayo del año pasado fue asesinado a balazos en el frente de su casa, en la localidad de Pedro Juan Caballero, el periodista y abogado Fausto Gabriel Alcaraz (28 años), conductor de un programa periodístico radial en Amanbay 570 AM. Al mes siguiente, el 19 de junio, Edgar Fernández Fleitas (43 años) se encontró con la muerte en su propia casa en la ciudad de Concepción: recibió seis balazos en la cabeza y en el cuello. El muerto tenía un programa radial titulado Ciudad de la furia.
Pablo Medina y Antonia Almada, periodistas del diario ABC Color, uno de los medios gráficos de mayor circulación en Paraguay, regresaban de Villa Ygatimi, en Canindeyú, donde habían realizado una entrevista cuando fueron interceptados en un camino vecinal y asesinados con disparos de escopeta y balas de calibre nueve milímetros.
Si bien todos los asesinatos permanecen aún impunes, el miércoles anterior fue detenido en la ciudad brasileña de Naviraí, en Mato Grosso do Sul, el ex intendente de Ypehú, Vilmar “Neneco” Acosta, tras haber pasado cinco meses prófugo de la Justicia paraguaya buscado como autor intelectual del asesinato de Medina y Almada. En principio se pidió la deportación de Acosta a Paraguay, algo que fue denegado por las autoridades brasileñas y ahora se está pendiente del trámite de extradición para ser llevado ante la Justicia.
En declaraciones a los medios paraguayos, el secretario general del SPP, Santiago Ortiz, calificó de “significativa” la detención de Acosta y “una conquista de toda la ciudadanía y particularmente de los trabajadores de prensa, de los periodistas, que se han movilizado para exigir justicia”. Pero dijo también que “la entrega de Acosta es una operación mediante la cual se sacrificó un peón para proteger a los máximos exponentes de la narcopolítica, entre ellos el propio presidente Horacio Cartes”.
Para Ortiz “hay que seguir luchando por la extradición, el enjuiciamiento y la condena” de Acosta, pero sin perder de vista que “es solo un peón dentro del tablero de la narcopolítica en Paraguay”. El mismo dirigente sindical asegura que “de este tablero forman parte altos integrantes de este gobierno”, porque “la narcopolítica está instalada y, más allá de esta detención, continúa instalada en el Ejecutivo y también en los otros poderes del Estado”.
Al encabezar manifestaciones callejeras en la capital paraguaya para denunciar los asesinatos de periodistas Santiago Ortiz dijo también que “protestamos contra el gobierno de la narcopolítica, que es quien ha segado la vida de cinco compañeros en poco más de un año y medio, porque desde que asumió Horacio Cartes la Presidencia, la mafia asesina de forma impune”. Y al expresar su preocupación por la situación, el representante sindical aseguró que “los mafiosos se sienten con absoluta libertad para actuar, se sienten parte de este gobierno, de los que hoy están destrozando el poder público en Paraguay. Porque ahora en este país gobierna el crimen organizado”.
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