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La devaluación de la actual X sigue su curso, según se deduce de la documentación que publica cada cierto tiempo Fidelity. Si en enero ese fondo de inversión asumía una pérdida del 56% en el valor de su inversión en la plataforma desde su entrada y en junio hablaba de un 67%, ahora nueva documentación obtenida por Axios eleva esa cifra al 71,5%. Según ese porcentaje, los 44.000 millones de dólares pagados por Elon Musk en octubre de 2022 se habrían convertido en alrededor de 12.500 a finales de noviembre de 2023.
No está claro si esa caída reflejaría parte del lucro cesante que ha sufrido la compañía tras la controversia provocada por la validación de una teoría antisemita por parte de su propietario. Esa situación se vio agravada después de que Musk mandara “a la mierda” durante una entrevista en un evento organizado por The New York Times a los anunciantes que estaban levantando planificación de la plataforma. Y ese revés habría contribuido al desplome de los ingresos publicitarios de la red social hasta los 2.500 millones de dólares en 2023, según fuentes conocedoras anticipaban a Bloomberg.
Poco antes de ese éxodo de anunciantes X ya había recibido otro varapalo con el cese de inversión por parte de la Comisión Europea para evitar “riesgos de daño reputacional” por desinformación. Apenas un mes antes el Ejecutivo de la Unión Europea ya había advertido a la antigua Twitter de que estaba ayudando a difundir información exagerada, descontextualizada o falsa sobre el conflicto entre Israel y Hamás. Y previamente la había catalogado como la red social como mayor índice de desinformación.
Esos y otros episodios similares habrían sido determinantes para que el valor de X haya caído en consonancia con su capacidad de atraer presupuestos publicitarios, que hasta la adquisición por parte de Musk componían en torno al 90% de su negocio total. Semanas antes de la controversia por la publicación antisemita validada por el magnate, que luego este reconocería como “literalmente lo peor y lo más estúpido que he hecho”, la propia compañía ya reconocía ante sus empleados la reducción de su valor en un 57% con el cálculo relativo a la entrega de acciones a empleados.
A falta de más información, parece poco probable que X pueda alcanzar la rentabilidad a principios de 2024, tal y como indicó su consejera delegada Linda Yaccarino casi dos meses antes de la última polémica. Si de por sí los anunciantes que estaban volviendo a planificar en la antigua Twitter lo estaban haciendo con menos dinero, lo que se viene observando en las últimas semanas es que plataformas como Instagram o LinkedIn se están beneficiando de la redirección de los presupuestos de algunas marcas.
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