Caja de resonancia de reclamos colectivos, el sitio que privilegia la inmediatez y el ingenio se afianza en su influencia, no del todo entendida ni aprovechada por los políticos Por Lorena Oliva | LA NACION El lema de la multitudinaria marcha del miércoles último -#NiUnaMenos- no podría haber graficado mejor el nivel de importancia que hoy tiene Twitter en términos políticos y sociales para los argentinos. Transformado en hashtag , el clamor de toda una sociedad por el cese definitivo de la violencia contra la mujer es una clara síntesis de lo legitimada que está esa red social en los usos y costumbres de nuestra sociedad. Territorio más poblado que cualquier provincia argentina -al menos, al decir del economista Lucas Llach, flamante compañero de fórmula de Ernesto Sanz, con casi 34.000 seguidores en la red social-, Twitter es hoy, al menos en la Argentina, un canal de comunicación de doble vía. Sumamente eficaz para que políticos y persona