Por Paula Lugones (Clarín)
Es un sector crucial para ganar la elección. En 2008, Barack Obama los conquistó. Pero hoy los gana el desaliento.
“¡Facebookeame!” La chica, sentada unas filas detrás de Mark
Zuckerberg y su socio, buscaba una cita y usó la palabra de moda. Fue
como un estilete: los muchachos empezaron a tener allí consciencia de lo
que tenían entre manos. Habían fundado una poderosa red social de la
que todos hablaban, que podría convertirse en un arma de comunicación
masiva. La escena sucedió en 2003, en un auditorio de la Universidad de
Harvard, donde Zuckerberg, el fundador de Facebook, escuchaba una
conferencia del gurú Bill Gates. Pero en la película Red Social, que
cuenta la creación de Facebook, fue rodada aquí, en el Santa Monica
Women´s Club, Los Angeles.
Este salón vacío y de aire retro es
visitado por fans de Zuckerberg, de la película y de Facebook, que lejos
de las aspiraciones que tenían sus fundadores en aquel momento, hoy
supera los 1.000 millones de seguidores en el mundo y se ha convertido
en una herramienta poderosa no sólo para hacer amigos sino para comprar y
vender.
Incluso candidatos.
Barack Obama revolucionó la campañas en 2008 con el uso de las redes sociales. En un país donde el voto no es obligatorio, impulsó a votar masivamente, sobre todo a los jóvenes. Hoy, los chicos ya no están tan motivados como antes, muchos están desilusionados. Por eso, captar otra vez a la Generación 3.0 se ha vuelto indispensable.
“Hace algunos años, los políticos se burlaban de Internet”, dice a Clarín Micah Sifry de Personal Democracy Media. “Ahora todos bloggean, twittean, buscan mostrar que son interactivos.” En esta campaña, Obama sigue llevando la delantera en el mundo web: tiene más de 30 millones de “likes” en Facebook, que triplican a los de Mitt Romney, y 21 millones de seguidores en Twitter frente a cerca de 1,5 del republicano. Pero también los candidatos “atacan” desde otras plataformas: Pinterest, Instagram, Tumblr, Spotify y otras redes. Y también las usan para “espiar” los gustos de los votantes.
En un cuartel demócrata de Los Angeles, se ve a los voluntarios que llaman por teléfono a la gente en los Estados indecisos, a la vieja usanza, pero también postean a sus amigos y les sugieren páginas para visitar. Los voluntarios llevan sus propias notebooks al cuartel. El mensaje es más eficiente cuando viene recomendado por un amigo, coinciden los expertos.
Sifry, experto en Internet y marketing político, señala que “las campañas se están transformando en una maquinaria multimillonaria que usa la última tecnología”. Agrega que “Obama tiene en su equipo más de 100 analistas de datos que trabajan en secreto. Pero tienen decenas de millones de direcciones de correos electrónicos, más de 25 millones de “likes” en Facebook, millones de seguidores de Twitter, de diferentes webs y otros datos de los que están registrados para votar”. Por ejemplo, pueden encontrar en Facebook a votantes indecisos a los que les gusta la película “Ocean’s Eleven”, y enviarles un mensaje de su protagonista, George Clooney, un famoso partidario de Obama.
La campaña de Romney también está activa. En uno de sus bunkers de Los Angeles, Adam Cesar, voluntario de 17 años, muestra en su Iphone a esta enviada cómo el candidato republicano se multiplica en Internet. “Yo lo sigo en Instagram y todos los jóvenes pueden seguirlo por las redes sociales”, dice. Poco antes del debate, por ejemplo, la campaña subió a Twitter una foto de Romney jugando al Jenga con su familia, para mostrarlo relajado. En el área digital de Romney hay 120 expertos trabajando.
En una disco en el dowtown de Los Angeles, donde Sean Parker, el fundador de Napster, predijo a Zuckerberg el enorme éxito que tendría Facebook, los jóvenes hacen una larga fila, muchos de ellos disfrazados por la cercanía de Halloween. Todos juguetean con sus teléfonos de última generación.
Un sondeo reciente del Pew Internet American Life Project constató que un 16% de los consultados cambió de opinión sobre a quién votar debido a comentarios de amigos o temas que leyeron en las redes sociales. Por eso las campañas apuntan a los jóvenes, un sector que está desanimado.
Tessa Roberts, una recién graduada de 23 años, señala. “No estoy muy entusiasmada esta vez...no me gustan mucho los candidatos”, dice, aunque asegura que igual votará por Obama porque “ayuda más a las minorías”.
“Mis hijos no están tan entusiasmados como hace cuatro años,” dice Barbara Rawleys, militante demócrata. “Van a votar, pero están desilusionados con la economía ”.
Una década después de la invención de su revolucionaria red social, Zuckerberg es hoy un multimillonario de bajo perfil a quien seguramente le importará bastante poco lo que suceda en las elecciones. Pero en las campañas están enfocados en el tesoro que creó el jovencito pelirrojo: el día de las elecciones bombardearán a todos por las redes sociales, especialmente a los jóvenes, recordándoles que tienen que salir a votar.
Aunque
hay quien reniega del peso de estos nuevos medios: “Si Facebook y
Twitter decidieran las elecciones, Justin Bieber sería presidente”, dijo
un estratega republicano sobre el ídolo musical juvenil que tiene
millones de seguidores. Rápido de reflejos, Joe Trippi, el gurú de la
campaña de Obama en 2008, le respondió con una ironía: “Justin Bieber no
se postula”.
Comentarios
Publicar un comentario