Samir Shah, presidente de BBC, ha echado por tierra la posibilidad de introducir publicidad o suscripciones para apuntalar las cuentas de la corporació
Ante el comité de comunicaciones y digital de la Cámara de los Lores apostó por estudiar «diferentes versiones de un canon universal», para después indicar que las dos vías de facturación que actualmente sustentan a muchos medios privados «no funcionan en términos de financiación de servicio público».
En lo que sí vio sentido es en la reciente propuesta de la secretaria de Cultura del Gobierno laborista, Lisa Nandy, que ya en la campaña electoral de 2020 defendía la mutualización como una alternativa real. Ese proceso convertiría a los contribuyentes al sostenimiento de la radiotelevisión pública británica en sus copropietarios.
Esa opción ha sido manejada previamente por gobiernos conservadores y laboristas, pero nunca ha sido considerada con detalle. Y Nandy quiere introducirla en el debate sobre el próximo ciclo de financiación de BBC, que por su cargo le corresponde supervisar.
Lo que está en juego es la estabilidad económica de la corporación, a la que el Gobierno conservador anterior le congeló el canon para los ejercicios 2023 y 2024, y después le habilitó la menor subida de su historia reciente hasta el final del ciclo actual en 2027.
Esa reducción de ingresos coincidente con un escenario de alta inflación ha provocado severos ajustes por parte de BBC, que se han sustanciado en cientos de despidos.
En concreto su director general, Tim Davie, señaló ante el mismo comité que en la década pasada la radiotelevisión pública británica ha tenido que recortar 1.000 millones de libras sobre su actual presupuesto de 6.000 millones debido a que el canon no se ha actualizado con la evolución del coste de la vida. Además el coronavirus afectó negativamente a su facturación.
La situación se ha visto empeorada por la tendencia a la baja en el número de hogares británicos que pagan esa cuota. Solo en 2023 alrededor de 500.000 la cancelaron, lo que dejó la cifra total de contribuyentes en 23,9 millones. Estos últimos abonaron 169,5 libras anuales, insuficientes para hacer frente a un déficit en aumento.
En todo caso el nuevo primer ministro laborista Keir Starmer se comprometió en julio a mantener el canon, tras años de ejecutivos conservadores que se mostraron críticos con él.
Además el brazo comercial de la corporación es un motor de ingresos creciente en el que han aumentado las inversiones de cara a que su aportación sea mayor en el futuro.
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