Su dueño dijo que es una mentira que Abramson fuera blanco de discriminación
NUEVA YORK.- Golpeado por acusaciones de discriminación, el propietario de The New York
Times, Arthur Sulzberger, buscó ayer nuevamente defender su imagen y la
del poderoso diario con su primera entrevista a un medio, luego de que
la semana pasada estallara el escándalo por el inesperado despido de
Jill Abramson, jefa de redacción del periódico.
En su conversación con Vanity Fair, Sulzberger desmintió que el sueldo de Abramson -uno de los ejes del escándalo que tiene en vilo al mundo de los medios norteamericanos- fuera en realidad inferior al de su antecesor, Bill Keller, como se difundió poco después del despido.
"Realmente
quisiera asegurarme de que se sepa que mucho de lo que circula allá
afuera [en refrencia a las versiones] es mentira", dijo.
El empresario también se mostró arrepentido de haberle ofrecido a Abramson el cargo de jefa de redacción de uno de los diarios más prestigiosos del mundo, y dijo que "por supuesto habría actuado de otra forma" si en aquel momento hubiera conocido mejor a la periodista.
"Claro que [si yo hubiese sabido que sería así] habría tomado otras decisión", advirtió Sulzberger.
La
entrevista es la segunda ofensiva directa de Sulzberger contra
Abramson, luego de que el sábado pasado, agobiado por las acusaciones
sobre la supuesta discriminación y por la forma en que se realizó el
despido, difundiera un comunicado en el que cuestionó severamente las
cualidades de administradora de Abramson. El escándalo estalló hace una
semana cuando Abramson, la primera mujer que llegó al máximo cargo periodístico de la publicación en sus 160 años de vida, fue despedida de forma abrupta.
Sulzberger
nombró a Dean Baquet, un periodista de raza negra, el segundo de
Abramson, como su sucesor, tres años después de haberla elegido a ella
para dirigir el periódico.
Tras el despido, la periodista mantuvo
el silencio hasta anteayer, cuando habló en una disertación en la
Universidad Wake Forest, en Carolina del Norte,
para encuadrar su alejamiento en el marco de la discriminación laboral
de las mujeres e insinuar que ella ganaba menos que sus pares
masculinos.
Abramson hizo referencia a otras periodistas que
fueron discriminadas en su condición de mujer "en una industria dominada
por hombres". Y agregó: "Perder un empleo que amas, duele". Vanity Fair
señaló que Abramson rechazó hacer cualquier comentario específico sobre las
declaraciones de Sulzberger. Pero la revista informó que un antiguo
directivo del Times había revelado que, durante sus tres años en el
cargo, Abramson había reclamado que su compensación era menor al salario
de Keller y que contrató a un abogado para que inquiriese en la empresa sobre este asunto.
Adicionalmente, la revista The New Yorker dio números más precisos sobre la polémica salarial entre Abramson y The New York Times, que sacudió a todo el gremio periodístico norteamericano.
En una serie de artículos, el especialista en medios de la revista, Ken Auletta, detalló que el salario inicial
de Abramson como directora ejecutiva al asumir el cargo en 2011 "fue de
475.000 dólares anuales, comparados con los 559.000 dólares" de su
predecesor, "Su salario fue elevado a 503.000 dólares, y luego de que
ella protestase fue subido nuevamente a 525.000 dólares".
Pero la
empresa puso el acento en el paquete total de beneficios que tenía
Abramson, que incluían bonos, acciones y otros incentivos de largo plazo, y de esa forma su remuneración era superior a la de Keller.
Según
Sulzberger, los motivos reales para el despido de Abramson fueron que
los periodistas acudieron a él "preocupados" por su forma de dirigir el
diario y que la relación de Abramson con Baquet y el resto de los
directores estaba "crispada". Sin embargo, destacó que en un principio
habían decidido redactar un comunicado cuidado sobre el despido.
"Originalmente lo redactamos todo para que fuera muy amistoso (...),
pero Jill dijo no" a ese borrador, porque no quería disimular con
palabras amables una situación conflictiva. "No es que quisiéramos
herirla. No... Mi esperanza era que Jill pudiera hacer que esto pasara tan pacíficamente como fuera posible", señaló.
Comentarios
Publicar un comentario