Por María Laura Avignolo, en Clarín
Son siete de un total de doce, disconformes con la dirección.
Fachada. La directora del medio acusó de “golpistas” a los redactores./AFP
PARIS. CORRESPONSAL
La redacción del prestigioso vespertino francés Le Monde implosionó. Siete de sus doce redactores en jefe y adjuntos renunciaron en bloque para protestar contra “la falta de confianza” hacia la dirección, en plena reorganización digital del diario. Pertenecen a la jefatura de redacción y al sitio de Internet.
En
un ambiente explosivo, que se sintió a lo largo de varias semanas, los
siete periodistas jefes enviaron un email colectivo anunciando:
“Nosotros no podemos asegurar más las misiones que se nos han confiado”,
y comunicaron su dimisión colectiva.
Cécile Prieur, Vincent Fagot, Julian Laroche–Joubert, Damien Leloup, Françoise Tovo, François Bougon y Nabil Nakin, entre otros, enviaron un mail a Natalie Nougayrede, la directora del diario y ex corresponsal en Chechenia, y a Louis Dreyfus, el presidente del directorio.
“Después de muchos meses, enviamos mensajes de alerta para señalar disfunciones mayores. La ausencia de confianza y de comunicación con la dirección de la redacción nos impide cumplir nuestros roles en la jefatura de la redacción. Constatamos hoy que no podemos asegurar más las misiones que se nos han confiado y por eso renunciamos a nuestros puestos respectivos”, explicaron en el mail, que filtró el diario Libération, que sufre su propia crisis con sus nuevos dueños. El equipo dimitente se ofrece a continuar en funciones hasta que asuman sus reemplazos.
Los desacuerdos son múltiples y generados por el paso de la edición papel a la edición digital y sus derivados, que la redacción resiste. Cuestionan la falta de comunicación y de coordinación, la amenaza sobre la calidad de edición, la banalización de la información y la puesta en juego del prestigio del diario, un ícono de la prensa.
La nueva edición papel debía haber salido y esos desacuerdos la han postergado hasta septiembre. El otro problema fue la versión tablet del diario, que fue “retocada” por el millonario Xavier Nil, dueño de la empresa telefónica Free y ahora propietario, con otros dos socios, de Le Monde.
Pero lo que volvió inmanejable el mal humor fue el desplazamiento de 57 puestos en la redacción a otros sectores. Un periodista del diario Le Monde fue bien preciso con Clarín: “Se quieren desembarazar de los viejos periodistas, de los que saben escribir.
Los que resisten la trivialización.
Eso genera enormes tensiones internas. También hay otros jóvenes con
contratos de duración determinada, que van a finalizar, y nadie explica
nada. Natalie Nougayrede y Vincent Giret (ex Libération y director delegado de la redacción) se han quedado solos. Nadie más les tiene confianza”, explicó.
Esta versión periodística de “La Guerra del Cerdo” de Adolfo Bioy Casares ya había sido adelantada por el sitio periodístico online Mediapart, cuyo director, Edwy Plenel, es un ex jefe de redacción de Le Monde.
Nathalie Nougayrede, una redactora diplomática de Le Monde
que se autopostuló para la dirección en la última crisis y fue votada
unánimente en el año 2012, acusó a los hoy renunciantes de “golpistas”
en una tensa reunión el domingo pasado, y en otro mail anunció que
tomaba “nota de su decisión”.
En Francia, existe una independencia editorial entre los redactores y los dueños de los diarios, que no pueden incidir sobre los contenidos. La Sociedad de Redactores de Le Monde manifestó en un comunicado “una pérdida global de confianza en el gobierno del diario. Hoy hay un problema de método y de organización que exige una reorganización en la cumbre. Será tiempo de poner en su lugar una dirección colectiva y funcional y que esos que hacen el trabajo sean verdaderamente entendidos”.
La direccion de Le Monde no responde a las preguntas sobre el conflictivo caso.
El mismo día y después de la intervención presidencial de François Hollande para conmemorar su segundo aniversario en el poder, Plantu, el diseñador estrella del diario y equivalente a Hermenegildo Sábat en Clarín, fue censurado. El original del diseño y el que salió en Le Monde tiene diferencias porque la dirección consideró “chocante” la imagen presidencial y borró al presidente de parte del diseño, que lo mostraba en una posición comprometida.
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