Google es una empresa que está acostumbrada a bregar con las demandas (que son, de hecho, para ella casi el pan nuestro de cada día). En el viejo continente el gigante de internet deberá enfrentarse ahora a una demanda colectiva presentada por una alianza de 30 medios europeos procedentes de 17 países diferentes.
Los demandantes, entre los cuales figuran el poderoso grupo mediático alemán Axel Springer, la multinacional de origen noruego Schibsted y Prensa Ibérica y Grupo Godó por parte de España, exigen a la compañía de Mountain View una indemnización de alrededor de 2.100 millones de euros por sus prácticas contrarias a la competencia en el ramo de la publicidad online.
«Las empresas de medios involucradas en la demanda han incurrido en cuantiosas pérdidas en los últimos años por desenvolverse en un mercado menos competitivo, lo cual es resultado directo de la mala conducta de Google«, aseveran Geradin Partners y Stek, los bufetes de abogados que representan a los demandantes.
«Sin el abuso de posición dominante de Google las empresas de medios que han consignado la demanda habrían percibido ingresos emanados de la publicidad considerablemente más elevados y habrían pagado asimismo tarifas más bajas por servicios de ‘ad tech’. Además, el dinero que habrían ingresado en sus arcas sin las prácticas anticompetitivas de Google podría haber sido reinvertido en el robustecimiento del paisaje mediático europeo», subrayan los abogados.
La demanda colectiva contra Google se consignará en Países Bajos, una importante jurisdicción para las denuncias por prácticas anticompetitivas en el viejo continente. El enfoque centralizado escogido por los demandantes elimina la necesidad de presentar múltiples demandas en diferentes países europeos.
En su denuncia los demandantes citan una multa de 220 millones de euros que la autoridad francesa de la competencia impuso al negocio publicitario de Google en 2021 y también los cargos que la Comisión Europea imputó el año pasado a la multinacional estadounidense, la que acusó de abuso de posición dominante.
«Muchos ‘publishers’ han sufrido importantes daños como consecuencia de las prácticas de naturaleza ilegal de Google. Es importante pasar a la acción y garantizar que los daños infligidos a los medios sean no solo adecuadamente compensados sino también que el comportamiento contrario a la competencia de Google sea prevenido en el futuro», enfatiza Jan Bart van de Hel, socio del bufete de abogados Stek, con sede en Ámsterdam.
El eje central de la demanda pivota en torno al rol de Google en el ramo de publicidad online. Según los demandantes, la compañía domina fases claves en los procesos directamente involucrados en la publicidad online. Google es el «ad server» dominante, opera además la plataforma más importante de pujas y dispone en su catálogo de herramientas que son utilizadas tanto por los anunciantes como por los «publishers».
«Si comparáramos las pujas de la publicidad online con los mercados bursátiles, Google representaría simultáneamente a compradores y vendedores y sería simultáneamente dueño de la bolsa donde tienen lugar las transacciones, lo cual crea claramente un conflicto de interés», recalcan los demandantes.
La demanda colectiva contra Google tiene lugar en un momento en el que el negocio publicitario de Google afronta potencialmente una amenaza existencial por la transición de las buscadores convencionales a los chatbots con IA generativa.
Google se han pronunciado ya sobre la demanda y la ha tildado de «especulativa y oportunista». «Google trabaja de manera constructiva con ‘publishers’ de toda Europa. Y nuestras herramientas publicitarias se adaptan y evolucionan en colaboración con esos ‘publishers'», argumenta la empresa liderada por Sundar Pichai.
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