Apuesta
Donarán casi 1000 millones de dólares para que los republicanos vuelvan al poder
WASHINGTON.-
Se los llama de muchas maneras. Hay quienes hablan de ellos como "el
poder en las sombras". O "el partido político de facto" o, más
duramente, como "la billetera oculta que compra presidentes". Los
apelativos pueden variar pero todos aluden a lo mismo: un poder enorme
para desbancar a los partidos políticos e influir por sí mismos en el
proceso electoral de Estados Unidos.
Así se habla de Charles y
David Koch, más conocidos por aquí como "los hermanos Koch", los
magnates del petróleo y los químicos que destinarán cerca de 1000
millones de dólares para la campaña electoral con la que los
republicanos aspiran a recuperar la Casa Blanca cuando termine el
mandato de Barack Obama , en enero de 2017.
Son
un nuevo fenómeno en política. Uno con capacidad para desbalancear el
escenario tradicional y que, aquí, despierta dos tipos de reacciones. La
indignación más absoluta de unos pocos y la indiferencia de la mayoría.
"Ése es el principal problema que tenemos. Que están comprando al
próximo presidente de los Estados Unidos y nadie reacciona", decía, días
atrás, Bernie Sanders, un senador independiente que suele votar con los
demócratas.
La posición de Sanders, todo un personaje político en
sí mismo, fue reflejada en una magistral crónica de The Washington
Post, en la que se lo describía llamando a una revolución popular contra
la manipulación del voto. Una patriada que tropezaba, sin embargo, con
un problema de fondo: no había quién lo acompañara.
Ese estado de cortés aceptación es la contracara de la nueva danza a la que invitan "los Koch".
Hace
años que los hermanos financian campañas políticas con sumas
astronómicas. Pero ahora decidieron cambiar en dos cosas: por un lado,
elevar la meta de dinero que manejan, al punto de hacerla equivalente a
lo que proyecta por sí mismo cada uno de los partidos tradicionales.
Por
el otro, apartarse del secretismo. El monto de 889 millones de dólares
fue anunciado en un reciente retiro partidario de dos días que ellos
mismos organizaron en California.
Ellos fueron las estrellas y,
por tanto, a nadie sorprendió que omitieran invitar a las principales
autoridades del Partido Republicano. Pero decenas de aspirantes a cargos
políticos acudieron puntuales a la codiciada invitación. "Es casi
imposible que un aspirante republicano deseoso de participar en la
carrera por la Casa Blanca y escaso de fondos de campaña resista al
llamado de los Koch", dijo un analista conservador a LA NACION.
Desde
el costado demócrata, el diagnóstico es coincidente. "No sorprende que
los candidatos aparezcan cuando los llaman los hermanos Koch", admitió
David Axelrod, consejero político del presidente Obama.
"Exponencialmente, tienen más recursos que los que gastará cualquier
organización partidaria. En muchos sentidos, han desbancado a los
partidos políticos tradicionales", añadió.
Los números parecen
darle la razón. La meta de 889 millones de dólares está muy cerca de
igualar el gasto que cada uno de los dos partidos mayoritarios efectuará
en respaldo de sus candidatos.
Desde esa lógica, lo que se
perfila es que habrá una campaña de cerca de 3000 millones de dólares,
un nuevo récord. Pero tan significativo o más que eso es cómo se
aportará ese dinero: los partidos Demócrata y Republicano intentarán
reunir un tercio cada uno de ellos.
Los Koch, con su propio
tercio, tendrán, en los hechos, el mismo poder financiero para orientar
una campaña con la misma fuerza económica que toda la estructura
partidaria. "Es casi como si esta gente estuviese creando su propio
partido político", dijo el ex gobernador de Ohio Ted Strickland, titular
del American Progress Action.
Hay quienes empiezan a preguntarse
abiertamente si el poder de los Koch y de su red de donantes podría
llegar a hacer realidad la "compra" de un presidente, tantas veces
planteada desde el ensayo político y tantas veces relatada en la
ficción. "No, no se puede comprar un presidente", asegura Lloyd Mayer,
profesor de Derecho en la Universidad de Notre Dame, con sede en esta
ciudad. "El dinero no alcanza. Hacen falta los votos", añadió.
Para
muchos, sin embargo, la cuestión es fronteriza. La legislación está
del lado de los Koch. Hace pocos años, la Corte Suprema flexibilizó las
normas para donar dinero de campaña. Bajo ese amparo, es casi imposible
ir contra el fenómeno que ahora impacta en el proceso electoral.
Basada
en el petróleo, pero con ramificaciones en varios negocios, la fortuna
de los Koch se sitúa cómodamente entre las diez primeras de este país.
Dos bolsillos generosos
Charles KochPresidente de Koch Industries
Multimillonario de 79 años, al frente del emporio familiar del petróleo y la química, Charles apoya a políticos y centros de estudios conservadores
David Koch
Vicepresidente
De 74 años, David secunda a su hermano mayor, Charles, en la empresa que heredaron de su padre y es a la vez un conocido filántropo y activista político
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