MIGUEL HENRIQUE OTERO | Director de 'El Nacional', de Venezuela
Miguel Henrique Otero, hijo y nieto de periodistas, dirige El Nacional, el único diario independiente de tirada nacional que queda en Venezuela. Fundado en 1943, ha conseguido sobreponerse al control y la presión que, durante los últimos años, ha ejercido el Gobierno chavista sobre los medios de comunicación. De visita en España, Otero alerta de la situación que vive su país, sumido en una crisis económica y la necesidad de un cambio de modelo, que pasa por la salida del Ejecutivo de Maduro y el chavismo, a los que Otero, durante la charla, se refiere constantemente como “ellos”.
Pregunta. ¿Cuál es el mayor riesgo que corre El Nacional?
Respuesta. Que nos quedemos sin papel. Para este año
lo tenemos resuelto, gracias a la solidaridad internacional. Por
supuesto, hemos tenido que reducir la paginación, realizar ajustes
importantes, pero hemos podido sobrevivir. Estamos pendientes de que el
Gobierno, en su línea de estatalizar y controlar las empresas, pueda
actuar contra nosotros o que vaya a criminalizar a nuestros
trabajadores, a los que ha amenazado tantas veces, y empiece a detener a
periodistas.
P. ¿Cómo ha vivido el acoso a la prensa estos años?
R. A nosotros nos asaltaron, dijeron que había sido
el pueblo de forma espontánea, pero venían en autobuses de la alcaldía;
hace unos 10 años nos pusieron una bomba, al tipo lo detuvieron
inmediatamente y lo soltaron en una hora. Es el terrorista al que
agarraron con las manos en la masa que menos tiempo ha pasado preso. Si
hay un organismo que pone publicidad en El Nacional inmediatamente lo
llaman, lo reprimen y lo amenazan desde el Gobierno. Además, hemos sido
víctimas de la descalificación permanente de los medios estatales, que
se dedican a difamarnos constantemente.
P. ¿Está la sociedad venezolana bien informada?
R. El 40% del territorio nacional solo lo cubren
medios oficiales. Las colas [en los supermercados, por el
desabastecimiento de productos] no salen en la televisión, no las pueden
emitir. Los periódicos, salvo excepciones regionales o la nuestra, solo
publican gacetillas del Gobierno. En la Red hay acceso a mucha
información, existen muchos portales, a pesar de que ellos bloquean
algunos. Aun así, siempre hay maneras de verlo, porque se puede cambiar
una IP, pero no todo el mundo sabe hacerlo. Con el teléfono, por
ejemplo, no se puede.
P. Usted y su periódico apoyaron la llegada de Chávez al poder, en 1998. ¿Se arrepiente de ello?
R. La prueba de que nos arrepentimos es lo que
estamos haciendo. El problema de todos estos líderes carismáticos,
populistas, es que no caen en paracaídas, existen porque lo que hay no
es bueno. Después, las promesas que hacen respecto a la realidad están
muy alejadas, son unos grandes mentirosos. Chávez llega al poder con la
idea de implantar la tercera vía de Blair, y cuando se consolida, se
vuelve cubano. No se lo podía imaginar nadie.
P. ¿Qué ha fallado en el chavismo?
R. El modelo. Es totalmente anacrónico. Solo existe
en Corea del Norte y en Cuba, que ahora está viendo a ver cómo lo
cambian. Hace 50 años la mitad del mundo vivía así, pero eso se cayó
aparatosamente.
P. ¿Qué futuro le espera a Venezuela a corto plazo?
R. La situación es insostenible. Estamos ante una
crisis económica de grandísima profundidad, que con la caída del precio
del petróleo se multiplica por 20. La manera de revertirlo pasa por un
cambio de modelo, de la percepción ideológica del país. Hay que buscar
el apoyo del sector privado. Con medidas parciales no se va a salir. Se
necesitan cambios profundos y ellos no lo van a hacer, porque están
entrampados en su ideología.
P. ¿Qué papel desempeña Maduro y cuál Diosdado Cabello, su número dos?
R. La gente tiene en el imaginario que son distintos
y que Cabello puede sustituir a Maduro. Yo no lo creo. Ellos son el
régimen, un régimen que está en las últimas. Tienen que estar unidos. Si
uno actúa contra el otro, se cae el régimen completo. Ellos lo saben,
se necesitan.
P. ¿Va a caer Maduro?
R. La probabilidad es muy alta. Puede suceder
cualquier cosa, una explosión social, una gran revuelta. A la
inseguridad, a la falta de democracia, se junta ahora esta increíble
crisis económica. Y no hay respuesta. En el último mensaje de Maduro al
Congreso, el tema de la inseguridad no apareció por ninguna parte.
Terminó diciendo que sobre la recuperación “Dios proveerá”.
P. ¿A qué se debe ese aumento de la pobreza del que alertan varios organismos?
R. Está vinculado al fracaso del modelo, que se basa
en la dádiva, en el crecimiento de los ingresos externos por el precio
del barril, no porque haya mayor productividad. Ese único producto fue
creciendo año tras año, hasta que dejó de hacerlo. Ahora ha bajado. No
pueden mantener el nivel de consumo ni de ingresos de una gente que no
es productiva. Por eso la pobreza se multiplica. Las colas afectan a
todo el mundo, pobres y ricos. Hay que ir a varios sitios para conseguir
un producto u otro. Si tienes hijos pequeños y necesitan leche, es un
drama. La gente, cuando viajas, te encarga champú, pasta de dientes,
jabón para lavar ropa…
P. ¿Por qué no está unida la oposición?
R. La oposición no tiene diferencias fundamentales.
Están unidos en el programa, en el objetivo, en las cosas importantes.
Hay un problema de protagonismo, ese es el drama de la oposición
venezolana, la falta de unidad por el protagonismo de sus líderes. Me
refiero a [Henrique] Capriles, a Leopoldo López, a María Corina
[Machado], a Antonio Ledesma, a Henry Ramos, Julio Borges, a todos. Cada
uno individualmente es un gran líder, podría ser el líder. No es que
haya unos buenos y otros malos. Pero tienen un problema de protagonismo
entre ellos, que crea unas fricciones personales que les impiden crear
una plataforma unitaria ante esta crisis. Cuando cayó [Marcos] Pérez
Jiménez, en 1957, había una junta patriótica donde estaba todo el mundo;
en Chile, con la Concertación, estaba la derecha democrática y el
Partido Comunista. En España, no hay que irse tan lejos, se unieron
todos…
P. ¿Es posible un cambio si no se logra la unión?
R. Hay una unidad electoral. En asuntos que tienen
que ver con la crisis, con las movilizaciones, no hay un planteamiento
conjunto. En el día a día de la política, que es importante cuando hay
una crisis como esta, están desarticulados.
P. Leopoldo López lleva preso casi un año a la espera de sentencia. ¿Hasta cuándo cree que va a durar esa situación?
R. Lo que el Gobierno quiera que dure, porque eso no
es un juicio. Cuando decidan que haya sentencia, saldrá que es inocente
y lo soltarán porque no tienen pruebas.
P. ¿Qué similitudes ve entre Podemos y Venezuela?
R. Muchas. Estos movimientos de supuestamente gente
nueva que está contra las cúpulas podridas, una frase chavista, que
dicen que hay que cambiarlo todo, son movimientos que nacen dentro de un
sistema donde la élite que gobierna tiene unas fallas muy grandes. Pero
generan una expectativa sobre la gente que no termina en propuestas
concretas. Esta gente de Podemos participó en el Gobierno de Chávez,
eran sus asesores. Monedero tenía oficinas en el palacio de Gobierno y
se le han hecho pagos como asesor. Nunca ha dicho que no estuviese de
acuerdo ni ha hecho ninguna crítica. Trata de distanciarse un poco
porque sabe que le perjudica, pero estuvo comprometido y hay gente que
lo llamaba el gurú español.
P. Diosdado Cabello equiparó el chavismo con Podemos o Syriza, en Grecia.
R. Ellos creen que el proceso se reproduce en otros
países. Consideran que el movimiento bolivariano se extiende a Europa.
Aquí en España se distancian, pero no lo desmienten, porque saben los
compromisos históricos que les atan.
Comentarios
Publicar un comentario