La empresa liderada por Mark Zuckerberg está librando una batalla con Google no sólo por control del mercado de las redes sociales, sino de Internet como un todo. Independientemente de quién gane, el peligro para los usuarios subsiste: poco a poco están perdiendo el control tanto de sus perfiles digitales como de su propia libertad.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La empresa liderada por Mark Zukerberg está librando una batalla con Google no sólo por control del mercado de las redes sociales, sino de Internet como un todo. Independientemente de quién gane, el peligro para los usuarios subsiste: poco a poco están perdiendo el control tanto de sus perfiles digitales como de su propia libertad. Nos lo cuenta Johannes Kuhn en una nota de Süddeutsche Zeitung que traducimos para nuestros lectores.
“¿Te gustan las carreras de caballos? Nosotros los observadores del sector tecnológico las amamos, siempre que los caballos sean Apple, Google, Facebook y Microsoft. ¿Quién está a la cabeza? ¿Quién está cada vez quedándose con más cuotas de mercado? ¿Quién tiene las mejores características? Y en este mundo periodístico de ganadores y perdedores, innovaciones como las presentadas por el fundador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, en su conferencia anual puede rápidamente ser relegadas a una u otra categoría.
Algunos consideran que las nuevas funciones de Facebook le otorgan una ventaja aún mayor en comparación con Google Plus. Otros consideran que el portal de Zuckerberg ya ha tocado en el pasado su punto máximo y se encuentra en el camino descendente. Algunos predicen que dentro de pocos años, Google Plus podrá dejar atrás al actual gigante de la red social.
Sin embargo, concentrarse en el debate sobre la competencia entre estos 2 gigantes hace que se pierda el punto importante: las últimas modificaciones incorporadas por Facebook nos han dado una comprensión más clara que nunca acerca de la visión del Zuckerberg respecto al futuro.
Con su botón de "me gusta", Facebook es una red social detrás de la red de redes. Pero con la nueva orientación del portal, los usuarios de Facebook ya no necesitaran el resto de internet.
¿Quieres escuchar música, ver una película? Todo eso será posible en el nuevo Facebook. Y aún más, podrás compartir la actividad con tus “amigos”. ¿La noticia? Los usuarios podrán ponerse al día también es eso, sin salir de Facebook.
A esto se añade una línea de tiempo -timeline- (una meticulosa biografía digital ordenada cronológicamente) y la transformación de las cosas que hacemos en la vida real en aplicaciones de Facebook. A modo de ejemplo, Zuckerberg mostró una aplicación de Nike que registra la ruta que hemos corrido a través del GPS del teléfono móvil para luego recrearla digitalmente en forma de mapa.
Dejemos por unos instantes cuestiones de privacidad y asumamos el mejor de los escenarios posibles que es que cada usuario de Facebook entiende lo que significa cada registro de ese tipo de información en los servidores de Facebook (con la esperanza, por supuesto, de que la gestión de datos del gigante informático pronto se verá obligada a ser más transparente en cuanto a las formas que utiliza la información). También vamos a dejar cuestiones morales fuera del análisis. El meollo del asunto es que tanto Facebook como Google están en el mercado, sencillamente, por la información que puedan comercializar que hará que el valor de sus empresas se vayan para arriba.
El mundo como interfaz de Facebook
Echemos un vistazo a las consecuencias que una página de Facebook o Google tendría para la Internet. Un desarrollador web sé expresó de la siguiente manera: “Estoy seguro que no querría estar en la posición de sólo tener Google o las API de Facebook para programar" (API son las interfaces de programación a través del cual los desarrolladores pueden crear software para los servicios de Internet).
Cuanto más potentes son las monoculturas, mayor su fuerza de arrastre. Eso está más que claro en la web social: casi no existe una empresa, un artista o usuario que no esté en Facebook, y hay muy pocas plataformas que no utilizan el botón de “me gusta” de Facebook.
Los planes de Zuckerberg incluyen evidentemente crear un universo en Facebook del que nadie tenga que irse, porque todo está ya en él, incluyendo lo que sucede en la vida real.
Pero la verdad del asunto es que la medida está destinada a aumentar el poder de marketing de su compañía. Lo que está diciendo es: si todos los usuarios sólo usaran Facebook, entonces todos y cada uno los sectores que hacen dinero en el mundo de Internet tendrán que ser parte de Facebook también. Y no sólo en las páginas de fans y los botones de "me gusta", sino con clones de Facebook de sus propios sitios web - con Facebook dictando los términos, obvio.
El sentido común, por su parte, suele dictar que dichos planes arrogantes están condenados al fracaso. ¿Realmente necesito una crónica completa de mi vida en los servidores de Facebook? ¿Realmente quiero que mis rutas de footing sean registradas y puestas a disposición de los demás? ¿Es “todo” absolutamente "social", como parece imaginar Mark Zuckerberg? Todo lo que realmente queríamos hacer era mantenerse en contacto con amigos, relazar algunos inocentes intercambios de archivos y subir alguna que otra foto cada tanto.
Facebook busca 2 cosas. Primero, quiere una imagen completa de nuestro comportamiento como usuarios digitales. Segundo, la compañía cuenta con que nosotros registremos nuestras actividades diarias a través de varias aplicaciones de Facebook para que estén disponibles a través de su plataforma. Están apostando a un cambio fundamental en el comportamiento del usuario -al igual que Google apostó en su momento a las búsquedas como ancla de la navegación web.
Si Facebook no se equivoca, será difícil para las personas optar por salirse de Facebook o abandonar su identidad digital. Una red abierta, descentralizada, perdería mucho de su importancia, y los usuarios tendrían menos opciones. Lo mismo ocurre si Google Plus "gana:" Seamos realistas, nuestras búsquedas, y con frecuencia nuestros contactos, e-mails, agendas y documentos, ya se encuentran almacenados en los servidores del gigante de las búsquedas.
Sin embargo, la hermosa verdad es que nosotros, los usuarios de Internet, tenemos la opción. Por un lado está la vía adecuada -la de los monopolistas de la identidad- que podría causar un daño permanente a nuestro ecosistema digital. La otra vía no es tan cómoda: es la que pretende que parcelemos nuestros datos en diferentes servicios o, incluso, que los gestionemos nosotros mismos desde nuestro propio servidor en casa.
Si somos de la idea de que la Internet se mantendrá tan abierta y variada como lo ha venido sido hasta ahora, debemos optar por la ruta menos conveniente".
“¿Te gustan las carreras de caballos? Nosotros los observadores del sector tecnológico las amamos, siempre que los caballos sean Apple, Google, Facebook y Microsoft. ¿Quién está a la cabeza? ¿Quién está cada vez quedándose con más cuotas de mercado? ¿Quién tiene las mejores características? Y en este mundo periodístico de ganadores y perdedores, innovaciones como las presentadas por el fundador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, en su conferencia anual puede rápidamente ser relegadas a una u otra categoría.
Algunos consideran que las nuevas funciones de Facebook le otorgan una ventaja aún mayor en comparación con Google Plus. Otros consideran que el portal de Zuckerberg ya ha tocado en el pasado su punto máximo y se encuentra en el camino descendente. Algunos predicen que dentro de pocos años, Google Plus podrá dejar atrás al actual gigante de la red social.
Sin embargo, concentrarse en el debate sobre la competencia entre estos 2 gigantes hace que se pierda el punto importante: las últimas modificaciones incorporadas por Facebook nos han dado una comprensión más clara que nunca acerca de la visión del Zuckerberg respecto al futuro.
Con su botón de "me gusta", Facebook es una red social detrás de la red de redes. Pero con la nueva orientación del portal, los usuarios de Facebook ya no necesitaran el resto de internet.
¿Quieres escuchar música, ver una película? Todo eso será posible en el nuevo Facebook. Y aún más, podrás compartir la actividad con tus “amigos”. ¿La noticia? Los usuarios podrán ponerse al día también es eso, sin salir de Facebook.
A esto se añade una línea de tiempo -timeline- (una meticulosa biografía digital ordenada cronológicamente) y la transformación de las cosas que hacemos en la vida real en aplicaciones de Facebook. A modo de ejemplo, Zuckerberg mostró una aplicación de Nike que registra la ruta que hemos corrido a través del GPS del teléfono móvil para luego recrearla digitalmente en forma de mapa.
Dejemos por unos instantes cuestiones de privacidad y asumamos el mejor de los escenarios posibles que es que cada usuario de Facebook entiende lo que significa cada registro de ese tipo de información en los servidores de Facebook (con la esperanza, por supuesto, de que la gestión de datos del gigante informático pronto se verá obligada a ser más transparente en cuanto a las formas que utiliza la información). También vamos a dejar cuestiones morales fuera del análisis. El meollo del asunto es que tanto Facebook como Google están en el mercado, sencillamente, por la información que puedan comercializar que hará que el valor de sus empresas se vayan para arriba.
El mundo como interfaz de Facebook
Echemos un vistazo a las consecuencias que una página de Facebook o Google tendría para la Internet. Un desarrollador web sé expresó de la siguiente manera: “Estoy seguro que no querría estar en la posición de sólo tener Google o las API de Facebook para programar" (API son las interfaces de programación a través del cual los desarrolladores pueden crear software para los servicios de Internet).
Cuanto más potentes son las monoculturas, mayor su fuerza de arrastre. Eso está más que claro en la web social: casi no existe una empresa, un artista o usuario que no esté en Facebook, y hay muy pocas plataformas que no utilizan el botón de “me gusta” de Facebook.
Los planes de Zuckerberg incluyen evidentemente crear un universo en Facebook del que nadie tenga que irse, porque todo está ya en él, incluyendo lo que sucede en la vida real.
Pero la verdad del asunto es que la medida está destinada a aumentar el poder de marketing de su compañía. Lo que está diciendo es: si todos los usuarios sólo usaran Facebook, entonces todos y cada uno los sectores que hacen dinero en el mundo de Internet tendrán que ser parte de Facebook también. Y no sólo en las páginas de fans y los botones de "me gusta", sino con clones de Facebook de sus propios sitios web - con Facebook dictando los términos, obvio.
El sentido común, por su parte, suele dictar que dichos planes arrogantes están condenados al fracaso. ¿Realmente necesito una crónica completa de mi vida en los servidores de Facebook? ¿Realmente quiero que mis rutas de footing sean registradas y puestas a disposición de los demás? ¿Es “todo” absolutamente "social", como parece imaginar Mark Zuckerberg? Todo lo que realmente queríamos hacer era mantenerse en contacto con amigos, relazar algunos inocentes intercambios de archivos y subir alguna que otra foto cada tanto.
Facebook busca 2 cosas. Primero, quiere una imagen completa de nuestro comportamiento como usuarios digitales. Segundo, la compañía cuenta con que nosotros registremos nuestras actividades diarias a través de varias aplicaciones de Facebook para que estén disponibles a través de su plataforma. Están apostando a un cambio fundamental en el comportamiento del usuario -al igual que Google apostó en su momento a las búsquedas como ancla de la navegación web.
Si Facebook no se equivoca, será difícil para las personas optar por salirse de Facebook o abandonar su identidad digital. Una red abierta, descentralizada, perdería mucho de su importancia, y los usuarios tendrían menos opciones. Lo mismo ocurre si Google Plus "gana:" Seamos realistas, nuestras búsquedas, y con frecuencia nuestros contactos, e-mails, agendas y documentos, ya se encuentran almacenados en los servidores del gigante de las búsquedas.
Sin embargo, la hermosa verdad es que nosotros, los usuarios de Internet, tenemos la opción. Por un lado está la vía adecuada -la de los monopolistas de la identidad- que podría causar un daño permanente a nuestro ecosistema digital. La otra vía no es tan cómoda: es la que pretende que parcelemos nuestros datos en diferentes servicios o, incluso, que los gestionemos nosotros mismos desde nuestro propio servidor en casa.
Si somos de la idea de que la Internet se mantendrá tan abierta y variada como lo ha venido sido hasta ahora, debemos optar por la ruta menos conveniente".
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