La
gran conversación de la web 2.0 supone, sobre todo, un escaparate para
el diálogo y el intercambio de ideas. Cada vez más, las marcas se dan
cuenta de la oportunidad y enorme ventaja competitiva que puede
significar participar en la conversación, identificando embajadores para
sus productos y servicios y teniendo la posibilidad de “una segunda
oportunidad” con los detractores descontentos.
Las marcas quieren ser virales y notorias. En el mundo del “compartir”, son egocéntricas en cuanto a que buscan ganarse un lugar privilegiado en el top of mind del consumidor que navega por la red y que está construyendo su personalidad en redes sociales. Todas persiguen el mismo macro-objetivo: la prescripción, que es la que mueve o impulsa la compra o el cambio de conducta en favor de sus objetivos.
Como parte del proceso de consecución de este
objetivo, las empresas descubren, un buen día, que existen bloggers
influyentes en su sector, con amplias comunidades de seguidores que leen
y respaldan sus contenidos. En ese momento les sobrevienen tentaciones
como la avaricia –también como el síndrome de la “comunidad vacía”– o la soberbia 2.0 de quien espera recibir sin aportar valor, que pueden redundar en prácticas de blogmarketing desafortunadas que rematen, incluso, en inesperadas crisis de reputación.
El mundo de la web 2.0 no es el de la tecnología sino el del diálogo
entre personas. El éxito de la relación con bloggers pasa,
precisamente, por una alineación estratégica de tus activos y de tu valor como marca con la filosofía y línea de pensamiento de los bloggers. Asimismo, pasa por el desarrollo de un tacto
exquisito para la empatía y la relación interpersonal en el largo
plazo, basada en el conocimiento vertical de nichos y en la habilidad
para aportar valor añadido real.
Diviértelo, conmuévelo, anticípale información, proponle un desafío…
¡pero, sobre todo, demuestra al blogger que lo conoces en profundidad y
que tu información le interesa! Ése sí es el camino para la prescripción, y en el mundo de los medios sociales, tampoco se consigue de un día para otro.
Los bloggers son egos influyentes que conocen su status en la blogosfera y que no regalan su esfuerzo, dedicación, sabiduría y expertise al primero que llama a su puerta dispuesto a regalar una barra de labios o un capacho para bebé. En principio.
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