Publicado en .com [Donde la comunicación es protagonista]
¿Cómo
preparar una entrevista, una comparecencia ante los medios, una ronda de
preguntas tras una clase o una exposición?
Como
en muchos otros ámbitos de la comunicación, la preparación es el aspecto más importante.
No
conocemos las preguntas que nos trasladarán pero sí debemos saber con todo detalle el discurso que queremos trasladar.
El
objetivo ha de ser transformar cada
pregunta en una oportunidad para colocar nuestro mensaje. Una oportunidad, no una amenaza. Así,
podremos adelantarnos a las cuestiones y no tener que reaccionar ante ellas.
Un breve
catálogo de preguntas, a priori, complicadas puede incluir:
- Preguntas cuya respuesta ignoras. En determinados contextos, mostrar tu desconocimiento –más allá de una loable actitud de humildad- puede conllevar una pérdida de credibilidad.
Por ello, es mejor contestar lo que sí
sabemos, contextualizar la pregunta y ofrecer datos que nos avalen.
Es lo que Juan
Quesada describe magistralmente como abrir (ampliar el ámbito de la
pregunta) o cerrar el zoom (limitarte a explicar algún detalle sobre el que sí
tengamos datos).
- Preguntas que plantean hipótesis. Siempre hay que remitirse a hechos; las especulaciones, para la bolsa.
Y en este sentido, qué mejor
oportunidad que reiterar nuestro mensaje clave.
- Preguntas que solicitan una opinión personal. Si eres portavoz o representante de una empresa o institución, no tiene sentido –ni le interesa a nadie- tu opinión particular sobre determinado asunto.
Abstente de hacer comentarios u
ofrecer opiniones que no estén en consonancia con la estrategia de comunicación
de la institución para la que trabajas.
- Yes/no questions. Cuando la respuesta parece muy obvia huye de ella, casi siempre esconde una trampa.
No conviene, casi nunca, cerrar la
respuesta. Si lo hacemos, es casi seguro que una nueva pregunta nos pondrá en
dificultades.
- Preguntas sobre personas ausentes. Sigamos la sabiduría popular y huyamos de críticas. Nueva oportunidad para colocar nuestro mensaje sin caer en descalificaciones; sobre todo si se trata de compañeros de profesión, partido político, institución…
- Preguntas que se repiten una y otra vez. Una de las virtudes periodísticas es la insistencia, nos pueden plantear 20 veces la misma cuestión de diferente forma.
Ante esta situación, hay dos aspectos
clave que siempre hemos de respetar: nunca perder los nervios (responder con
naturalidad y a ser posible con una sonrisa) y remitirse siempre al mensaje
clave, no improvisar en cada ocasión.
De
este modo, cada pregunta puede convertirse en una oportunidad para reforzar
nuestra línea argumental y vender nuestras propuestas, ideas, enseñanzas…
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