Los premios Ortega y Gasset reconocen el rigor, el valor y el compromiso con los desprotegidos. Elena Ochoa: “La figura del periodista es más necesaria que nunca”
Rosario G. Gómez /
Rocío García , en "El País" (España)
Periodismo comprometido, riguroso y valiente en todos los soportes.
Desde el viejo papel hasta el innovador Twitter. El buen periodismo, ese
que distingue los Premios Ortega y Gasset,
ha aflorado esta tarde en la gala de entrega de los galardones que
concede desde hace 29 años el diario EL PAÍS. En esta edición, el jurado
ha reconocido la labor de los informadores que, en cualquier soporte,
pulsan el latido de la calle. Es el periodismo que no está pendiente de
las élites políticas o económicas sino el que refleja el día a día de la
gente corriente, de aquellos que carecen de título, como apunta el
reportero mexicano Humberto Padgett, ganador en la categoría de
periodismo impreso.
Los muchachos perdidos, publicado en la revista Emeequis,
se adentra justamente en desvelar el nombre, el rostro, las voces de
tantos y tantos adolescentes mexicanos que a falta de futuro abrazaron
la violencia que les ha conducido a las cárceles.
Fue entre la gente que salió de manera espontánea a las calles de Madrid donde Carmela Ríos encontró una nueva manera de hacer periodismo. La redactora de Cuatro, ganadora del Ortega en la modalidad de periodismo digital por el relato a través de Twitter del Movimiento 15-M, defiende esta herramienta como un instrumento útil para profesionales con formación y experiencia.
También el 15-M es protagonista del galardón al mejor trabajo fotográfico, que se publicó en la portada del 21 de mayo de 2011 en EL PAÍS después de miles de visitas en Twitter. Fue en la red social donde Jacobo Méndez colgó una imagen de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia en la que un grupo de manifestantes sustituyen la placa por otra alusiva a este movimiento, que estos días en su primer aniversario revive en las calles de las ciudades españolas. La imagen de Méndez se convirtió en portada y en un símbolo de los indignados españoles.
Harold Evans sí que es un símbolo del gran periodismo mundial. El
británico, con una larga carrera como reportero y periodista de
investigación, ha sido galardonado con el premio a la mejor trayectoria
profesional como “icono de la independencia y referente global del
periodismo”, según el fallo del jurado, presidido por Elena Foster.
En la ceremonia de entrega, celebrada en CaixaForum Madrid, el centro cultural de la Obra Social de La Caixa en la capital, y que ha reunido a personalidades del mundo de la política, la economía y la cultura, el director del periódico, Javier Moreno, dio la bienvenida a los premiados e invitados, entre los que se encontraban el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros. Moreno, que ha recordado en su discurso al gran pensador Isaiah Berlin, ha destacado que en estos años azarosos EL PAÍS tiene el deber de escuchar a la sociedad, favorecer el diálogo, impulsar los consensos y sosegar los enfrentamientos. El espíritu de Berlin, asentado en la libertad, la tolerancia y el diálogo, es el que, aseguró Moreno, “irradia el trabajo y el empeño moral de los premiados en su búsqueda de la verdad, la justicia y la defensa de los más desprotegidos”. Valores con los que, agregó, está comprometido este periódico y el grupo editorial que lo sustenta.
Elena Ochoa Foster, como presidenta del jurado en esta edición, ha
contrastado el mundo del periodismo y del libro en papel y las enormes
oportunidades que se abren con Internet y las redes sociales. “Internet y
las redes sociales suponen una total transparencia de nuestras vidas y
también de lo que somos. Nuestras huellas quedarán para siempre en el
espacio digital”, ha asegurado la editora, que ha añadido: “Internet no
es bueno ni es malo, será lo que nosotros queramos que sea. Como el
acero con el que se puede hacer un bisturí o una pistola”. Elena Ochoa
ha dudado del futuro del papel, pero se ha mostrado convencida de que la
información no desaparecerá en ningún caso y de que en el futuro será
más necesaria que nunca la figura del periodista para evaluar la
información de manera independiente. “Ese es su gran reto”.
El acto lo ha cerrado el presidente de EL PAÍS y consejero delegado del grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, que ha subrayado que el diario que se fundó hace 35 años es un diario liberal en el más recto y evidente sentido del término, “partidario acérrimo de la libertad y practicante de una tolerancia sin más límites que el recurso a la violencia en la defensa de las propias ideas e intereses”. Cebrián ha añadido que EL PAÍS fue y es un “periódico socialmente solidario, defensor de los más débiles, de las minorias sojuzgadas o amenazadas, y empeñado en la democratización y modernización de la sociedad”.
Con un recuerdo al Nobel de literatura Gabriel García Márquez se ha cerrado la fiesta del mejor periodismo en español. Cebrián ha tenido un reconocimiento para todos aquellos informadores “desconocidos alejados del oropel, del dinero y la fama, que siguen haciendo posible que exista lo que el maestro García Márquez definió en su día como el mejor oficio del mundo. El nuestro”.
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