Publicado en .COM (Donde la comunicación es protagonista)
¿Demasiado burdo? Pues parece que funciona. Y, de momento, ya ha captado tu atención.
No hay muchas oportunidades de captar la atención de nuestra
audiencia. Y cada vez menos. En una presentación o charla es más sencillo,
sobre todo si se trata de un curso que ha supuesto desembolso económico o existe
un interés manifiesto de los presentes.
Pero en el campo abierto de un blog, noticia, artículo… la oferta es tan amplia que hay que medir
cuidadosamente algunos detalles para conseguir, al menos, que el lector vaya
más allá del titular y se decida a pasar de página o a hacer clic. El prestigio
del autor siempre ayuda pero es solo una ilusión temporal, si el texto no
engancha, rápidamente nos olvidamos de ello.
Ahora que el modelo periodístico está en crisis, conviene aplicar algunas de sus enseñanzas básicas, esas que nunca fallan:
Titular
Qué supone. El 80% del éxito de nuestro artículo,
según David Ogilvy. La primera y quizá la única oportunidad de invitar
al lector a que pase y lea el resto del texto, según el autor de este blog.
Cómo redactarlo. Ha de ser directo, sencillo, corto,
claro y con fuerza. Ahí es ná!
Otras claves. A veces se tarda más en encontrar un
buen titular, en el supuesto de que lo logres, que en escribir una historia.
Pero merece la pena el esfuerzo.
Entradilla (primer párrafo)
Qué supone. Permite generar expectativa, llamar la atención y crear el interés necesario para seguir leyendo la historia.
Cómo redactarla. Hay que marcar el tono y seguir ofreciendo alicientes para las siguientes líneas.
Texto
Qué nos queda. Si ya hemos sido capaces de atraer la atención del lector, que ha aceptado nuestra invitación y que nos ha demostrado su interés, es el momento de no defraudarle.
Algunas pautas que siempre funcionan:
- Tener claro a quién nos dirigimos, para quién escribimos, cómo piensa nuestra audiencia y qué necesita.
- Optar por historias y anécdotas que otorguen credibilidad y acerquen el texto al lector, que pueda percibirlo como cercano y real.
- Párrafos cortos y estructura sencilla. [Qué aburrido dirán algunos, qué agradecido dirá el resto y qué difícil dirá el autor].
- Humor. Un condimento aconsejable pero no obligatorio. Es siempre mejor pecar por defecto que por exceso, salvo que trabajemos en el Club de la Comedia!
- Originalidad. Un aspecto cada día más difícil de encontrar. Tendemos a mimetizarnos y abandonamos algunas de nuestras señas de identidad. Y hay que ser uno mismo, con nuestros defectos y virtudes pero sobre todo con nuestra personalidad, única. La diferenciación es clave y, a veces, está tan cerca.
Y si lo que escribimos es interesante, entonces lo hemos
bordado ;-)
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