, en "Mentes no Convencionales"
Cuando un periodista quiere informar sobre los eventos en su región, corre el riesgo de ser amenazado y la policía local no ofrece protección, ni ayuda de ninguna forma. En los cuatro primeros meses de este año, tres periodistas que viven y trabajan en regiones provinciales de Colombia donde bandas narcotraficantes cultivan y trasportan drogas, fueron amenazados y tuvieron que huir de sus ciudades y hogares.
En un caso, lo de Jesús Antonio Pareja, el periodista de radio “recibió amenazas de muerte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC),” el grupo narcotraficante armado ilegal más grande en el país, por sus informes sobre una represa hidroeléctrica y sobre una ley de tierras que restituye a los campesinos sus terrenos perdidos durante los muchos años de guerra civil en el departamento de Tolima. Las FARC percibieron los informes de Pareja como difusión de propaganda gubernamental y una amenaza directa a sus actividades en la región.
Justo esta semana las FARC secuestraron a un periodista francés, Roméo Langlois, quien desapareció durante una confrontación entre el militar colombiano y las FARC el sábado pasado, según el gobierno francés, aunque el gobierno colombiano sólo dice que Langlois está desaparecido. En Colombia, tanto los periodistas colombianos como los periodistas extranjeros corren riesgos por hacer su trabajo.
A pesar de los problemas graves en Colombia, Lauría de CPJ considera que los problemas en México están cada vez peores. Mientras los problemas de narcotráfico y con las bandas armadas ilegales, como los Zetas, continúan a empeorarse, el oficio de informar sobre las acciones de ellos pone los reporteros en peligro cada vez mayor.
Los Zetas utilizan cualquier forma de presión para lograr sus objetivos los cuales son silenciar la prensa, extorsionan a los medios de comunicación, y manipular las leyes a su favor. Y lo hacen con éxito completo y la complicidad pasiva de los gobiernos locales mexicanos. Según Artículo 19, una organización que lucha por la libertad de expresión y de la prensa, “uno de cada tres abusos contra la prensa fue responsabilidad de las agencias encargadas de resguardar el orden público tales como policía estatal, federal, municipal así como las fuerzas armadas.”
De allí emane el desafío más grande para la protección de los periodistas: los vínculos entre los gobiernos y las bandas criminales. Según Carlos Lauría, coordinador del programa de las Américas del CPJ, en Colombia y México, los gobiernos locales son más corruptos y tienen mas conexiones con las bandas criminales locales y los gobiernos nacionales, mientras aún son corruptos, son menos corruptos que los gobiernos locales, pero tienen menos recursos en la forma de jueces y recursos legales para enfrentar las amenazas en contra de los periodistas.
Sin embargo, en marzo de este año, el gobierno federal mexicano aprobó legislación para darles protección federal a los periodistas y para otorgarles “jurisdicción a las autoridades federales sobre delitos contra la libertad de la prensa.” Es un paso en la dirección correcta para que puedan mejorar la situación de los periodistas en su país pero no significa que el peligro se desaparecerá tan pronto. Quienes controlan la información controlan el país y en Mexico los narcotraficante controlan todo.
¿En el fin, no hay respuestas fáciles porque si los gobiernos sean corruptos e involucrados en la violencia contra los periodistas y los grupos armados ilegales controlen el flujo de información, pues, en quienes pueden los periodistas contar para su protección? Ni siquiera la Comité para la Protección de los Periodistas tiene una respuesta eficaz.
La libertad de la prensa se queda en estado precario y los periodistas se quedan sin ayuda y bajo presión, amenazas, chantajes, y al riesgo de muerte por hacer su trabajo. Y todavía no tenemos información veras en la mayoría de los medios de comunicación.
© 2012 Sasha A. Rae. Todos los derechos reservados.
Fotos usadas a través de una licencia de uso libre de Creative Commons:
Foto de la marcha contra las FARC por medea_material en Flickr
Foto de hombre militar mexicano por Eneas de Troya en Flickr
Periodistas están en peligro alrededor del mundo. Arriesgan sus vidas
para que puedan informarnos de los incidentes y actuaciones de los
ricos y poderosos. Los riesgos incluyen encarcelación, amenazas al
periodista y sus familia, asesinatos, desapariciones, y exilio de sus
países. Una crítica del gobierno chino puede resultar en la desaparición
del periodista. Un programa de radio sobre la corrupción gubernamental
local en Colombia puede resultar en la muerte del periodista. Un
artículo sobre las bandas locales de criminales que manejan el
transporte de las drogas en México puede resultar en el asesinato del
escritor.
De hecho, los dos países latinoamericanos más peligrosos para los periodistas son Colombia y México,
los cuales tienen los puestos 5 y 8 en el Índice de Impunidad del
Comité para la Protección de los Periodistas, CPJ según sus siglas en
inglés.
Cuando un periodista quiere informar sobre los eventos en su región, corre el riesgo de ser amenazado y la policía local no ofrece protección, ni ayuda de ninguna forma. En los cuatro primeros meses de este año, tres periodistas que viven y trabajan en regiones provinciales de Colombia donde bandas narcotraficantes cultivan y trasportan drogas, fueron amenazados y tuvieron que huir de sus ciudades y hogares.
En un caso, lo de Jesús Antonio Pareja, el periodista de radio “recibió amenazas de muerte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC),” el grupo narcotraficante armado ilegal más grande en el país, por sus informes sobre una represa hidroeléctrica y sobre una ley de tierras que restituye a los campesinos sus terrenos perdidos durante los muchos años de guerra civil en el departamento de Tolima. Las FARC percibieron los informes de Pareja como difusión de propaganda gubernamental y una amenaza directa a sus actividades en la región.
Justo esta semana las FARC secuestraron a un periodista francés, Roméo Langlois, quien desapareció durante una confrontación entre el militar colombiano y las FARC el sábado pasado, según el gobierno francés, aunque el gobierno colombiano sólo dice que Langlois está desaparecido. En Colombia, tanto los periodistas colombianos como los periodistas extranjeros corren riesgos por hacer su trabajo.
A pesar de los problemas graves en Colombia, Lauría de CPJ considera que los problemas en México están cada vez peores. Mientras los problemas de narcotráfico y con las bandas armadas ilegales, como los Zetas, continúan a empeorarse, el oficio de informar sobre las acciones de ellos pone los reporteros en peligro cada vez mayor.
Los Zetas utilizan cualquier forma de presión para lograr sus objetivos los cuales son silenciar la prensa, extorsionan a los medios de comunicación, y manipular las leyes a su favor. Y lo hacen con éxito completo y la complicidad pasiva de los gobiernos locales mexicanos. Según Artículo 19, una organización que lucha por la libertad de expresión y de la prensa, “uno de cada tres abusos contra la prensa fue responsabilidad de las agencias encargadas de resguardar el orden público tales como policía estatal, federal, municipal así como las fuerzas armadas.”
De allí emane el desafío más grande para la protección de los periodistas: los vínculos entre los gobiernos y las bandas criminales. Según Carlos Lauría, coordinador del programa de las Américas del CPJ, en Colombia y México, los gobiernos locales son más corruptos y tienen mas conexiones con las bandas criminales locales y los gobiernos nacionales, mientras aún son corruptos, son menos corruptos que los gobiernos locales, pero tienen menos recursos en la forma de jueces y recursos legales para enfrentar las amenazas en contra de los periodistas.
Sin embargo, en marzo de este año, el gobierno federal mexicano aprobó legislación para darles protección federal a los periodistas y para otorgarles “jurisdicción a las autoridades federales sobre delitos contra la libertad de la prensa.” Es un paso en la dirección correcta para que puedan mejorar la situación de los periodistas en su país pero no significa que el peligro se desaparecerá tan pronto. Quienes controlan la información controlan el país y en Mexico los narcotraficante controlan todo.
¿En el fin, no hay respuestas fáciles porque si los gobiernos sean corruptos e involucrados en la violencia contra los periodistas y los grupos armados ilegales controlen el flujo de información, pues, en quienes pueden los periodistas contar para su protección? Ni siquiera la Comité para la Protección de los Periodistas tiene una respuesta eficaz.
La libertad de la prensa se queda en estado precario y los periodistas se quedan sin ayuda y bajo presión, amenazas, chantajes, y al riesgo de muerte por hacer su trabajo. Y todavía no tenemos información veras en la mayoría de los medios de comunicación.
© 2012 Sasha A. Rae. Todos los derechos reservados.
Fotos usadas a través de una licencia de uso libre de Creative Commons:
Foto de la marcha contra las FARC por medea_material en Flickr
Foto de hombre militar mexicano por Eneas de Troya en Flickr
Comentarios
Publicar un comentario