Hay coincidencia: es esencial informar al público interno, a la gente que trabaja en una empresa. No solamente de los acontecimientos sociales o de los logros de la organización. También, y fundamentalmente de los principios, convicciones y objetivos que la inspiran. Es la manera de construir una cultura común.
Revista "Mercado"
Si se trata de estar en contacto con todos los que trabajan en una
empresa, parece cantado que el tema es competencia del área de Recursos
Humanos. Pero cuando se advierte que se trata de comunicar, de manejar
esa especialidad tan singular, aparece otro actor. El sector de
Comunicaciones (que puede integrar las externas y las internas).
No
hay regla fija. Cada organización resuelve el problema a su manera. Lo
que sí es cierto que cualquiera sea el área que detenta la
responsabilidad primaria, cada vez se trabaja de modo más armónico con
la otra también involucrada.
Además, el
escenario se enriquece con una pléyade de consultores que no sólo tienen
las habilidades requeridas en el campo de la comunicación interna, sino
que de modo permanente desarrollan y experimentan nuevas herramientas
para perfeccionar el proceso.
Ahora bien,
¿cuál es la esencia de la comunicación interna? ¿Comunicar qué? Se trata
de motivar e integrar a los empleados en un entorno cotidiano que tiene
un ritmo de cambio vertiginoso y dramático.
Es un error
pensar que la comunicación interna es una necesidad de buena imagen, un
esfuerzo superfluo, o una necesidad de las grandes empresas. Se está
convirtiendo en uno de los grandes retos profesionales de este siglo,
donde todavía son pocas las entidades que desarrollan una adecuada
política de comunicación interna que contribuya a implantar los cambios y
a lograr los objetivos corporativos y estratégicos de la compañía para
conseguir retener el talento.
Queda claro que
hay dos tipos de comunicación interna: la ascendente, que se realiza
desde abajo hacia arriba en el organigrama de la empresa; y descendente,
que tiene lugar desde arriba hacia abajo. A menudo, muchas empresas
caen en el error de convertir su comunicación en algo unidireccional,
donde los trabajadores son meros sujetos pasivos. La dinámica del
momento obliga a mirar la ascendente, más imprevisible pero que si no es
atendida puede causar daño irreparable.
Nuevos instrumentos
Más
allá de las herramientas tradicionales en CI, como el tablón de
anuncios, las circulares, las jornadas de puertas abiertas, las
reuniones informativas, etc., e incluso de las que eran novedosas hace
pocos años (como manuales corporativos y el wellcome pack, las
convenciones anuales; o la revista interna), aparece una nueva
generación de instrumentos.
Todas las áreas de
los negocios y la vida social han sito tocados por la revolución de los
medios sociales. Advirtiendo el poder y el potencial de esta tecnología,
muchas organizaciones han respondido a la nueva realidad: usan wikis
para hacer más eficiente la colaboración virtual, blogs internos,
paneles de discusión y canales de YouTube para fomentar las
conversaciones globales y la difusión del conocimiento. Todo esto y más
forma la estrategia 2.0 de la empresa.
Este
cambio ha generado un dilema para los altos ejecutivos: si bien los
medios sociales tienen un potencial inmenso, los riesgos que generan
llevan incertidumbres y nerviosismo. La información interna y
clasificada puede llegar al público. Los procesos lineales y de control a
que están acostumbrados no se condicen con la lógica de los medios
participativos, que fomentan la participación horizontal y las
conversaciones libres.
La dinámica de los
medios sociales amplifica la necesidad de cualidades que siempre
caracterizaron al líder estratégico: creatividad, comunicación auténtica
y capacidad para hacer frente a la dinámica social y política de la
corporación.
Lo que se busca ?aunque no
siempre se logra- es una herramienta que permita que el personal se
involucre en los grandes temas de la organización, armonizar las
acciones de la empresa, propiciar un cambio de actitudes, mejorar la
productividad, fortalecer e integrar en todos los niveles la cultura
organizacional. Su objetivo primordial es dar sentido y claridad a la
tarea que cada uno realiza y afianzar la identidad de la organización.
Revista "Mercado"
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