Dueños de la palabra
Los voceros revelan sus estrategias para comunicar en tiempos de poco diálogo
"Digamos
que vos defendés el helado de chocolate y yo el de vainilla",
ejemplifica Nick Naylor, mirando a su hijo mientras cenan en una
tradicional feria californiana. "Si digo que la vainilla es mejor, vas a
decir que no; que el chocolate lo supera. Esa discusión no se puede
ganar", explica el vicepresidente de la Academia de Estudios del Tabaco y
asesor de comunicaciones de esa industria en la comedia Gracias por
fumar, de 2005.
"¿Es el chocolate insuperable?", cuestiona Naylor
mirando al joven. "Es el mejor. Yo no pediría otro", responde seguro su
contrincante. "Pues yo necesito más que chocolate y vainilla. Quiero
libre albedrío para elegir gustos de helado. Esa es la definición de
libertad", argumenta el vocero.
"Pero no estamos hablando de eso. No probaste que la
vainilla es mejor", critica el pequeño. "Probé que vos estabas
equivocado y si es así, yo tenía razón", arguye el experto. "Pero a mí
no me convenciste", esgrime el joven. "A mí no me importás vos. Me
importan ellos", concluye Naylor señalando a los cientos que se paseaban
a su alrededor.
Directores de Comunicación Institucional, Asuntos
Públicos, Relaciones Externas, Asuntos Corporativos. Tienen diferentes
nombres, pero comparten una identidad: son la voz audible, la imagen
visible, las ideas y percepciones de lo que esas organizaciones buscan
proyectar en una sociedad cada vez más crítica, interconectada e
informada.
Ellos se definen como embajadores entre el complejo
planeta empresarial y las comunidades del mundo exterior. Y para
trabajar en el enmarañado diálogo entre esas dimensiones recomiendan
conocer el corazón del negocio que representan, tener una gran capacidad
de manejo de información y análisis del entorno -la única forma de
anticiparse a cualquier crisis-, y ser honestos. Esta última cualidad
es, a pesar de la reputación generalizada de la profesión, una clave
para crear vínculos de confianza con actores importantes en la toma de
decisión.
La tensa relación entre empresas, Gobierno y medios
alienta, aunque no es una variable definitiva, la contratación de estos
profesionales. "¡Mirá, nena. Acá por una palabra casi nos fundimos. No
hablás con nadie de esta empresa sin pasar por mí! ¿Entendés?", le
espetó días atrás el vocero de una entidad financiera a una periodista
de este medio.
Es esa conflictiva tríada la que parece darle en la
actualidad el condimento final al perfil de profesional buscado para
estas áreas. No son pocas las empresas que suman licenciados en Ciencia
Política para atravesar el actual contexto del país. "Estamos en un
entorno que avanza hacia una mayor regulación, y ser politólogo te da
más herramientas", explica Hernán Maurette, gerente de Asuntos Públicos
de Nidera.
En la Argentina, los principales responsables suelen
ser varones (81%), de entre 30 y 45 años (61%), y egresados de las
carreras de Derecho (16%), Ciencia Política (13%), Comunicación Social
(10%) y Periodismo (10%), según un informe elaborado por el Consejo
Profesional de Relaciones Públicas y la consultora especializada CIO.
Sólo el 6% de los egresados de Relaciones Públicas
encabeza estos departamentos debido a que la carrera es nueva, según los
expertos. Por eso, casi el 77% de los que lideran esos departamentos en
las empresas realizó un posgrado y el 53% eligió uno focalizado en
Comunicación. Puede afirmarse, además, que se trata de una profesión en
expansión. Casi el 75% de los directivos consultados tenía menos
empleados hace cinco años, y casi el 55% cree que la dotación aumentará
en el futuro.
"Ejercer esta profesión implica que un conocimiento
profundo de los aspectos esenciales del negocio", afirma Matías Szapiro,
director de Asuntos Corporativos y Regulatorios de la tabacalera
Nobleza Piccardo. "También es necesaria una gran capacidad de análisis
del entorno, para entender cómo y ante quiénes se va a posicionar un
determinado mensaje", explica el abogado.
¿Cómo se trabaja la comunicación en una industria tan
sensible como la del tabaco? "El aspecto clave es la anticipación", dice
Szapiro, que agrega que es una gimnasia más fácil de lograr cuando se
trabaja con productos "cuestionados permanentemente".
"Por mucho tiempo se entendió que la opinión pública no
era una prioridad ya que los insumos son transformados por otras
compañías", afirma Miguel Giménez Zapiola, director de Asuntos
Corporativos de Barrick. "Aprendimos la lección luego de experiencias
fuertes y frustrantes. Hoy, la miner??a comunica y trabajamos para
mejorar nuestra imagen."
"Todo lo que tiene que ver con el vínculo de una
institución con su público se ha revalorizado -coincide Gustavo Pedace,
presidente del Consejo de Relaciones Públicas y gerente corporativo de
Asuntos Institucionales del Grupo Roggio-. Nosotros organizamos ese
diálogo." También explica que se expandieron y especializaron servicios
asociados, como consultoras de vínculos con los medios de prensa,
crisis, redes sociales y comunicación con la comunidad.
"Hay que ser honestos -resalta Daniel Felici, director
de Asuntos Corporativos de la Organización Odebrecht en la Argentina-.
Hay que construir relaciones a largo plazo. No se puede mentir. Muchas
veces trabajamos con información confidencial, pero en vez de ocultarla
hay que trabajarla y estar preparado."
"La confianza es el ambiente en el que hay que moverse
-completa Facundo Etchebehere, director de Asuntos Corporativos en
Danone-. Hay que dar confianza, no ganárnosla", agrega el hombre, que
opina que esta profesión ya no aglomera sólo a "la persona trivial del
cóctel".
NO SÓLO LAS COMPAÑÍAS NECESITAN UNA VOZ
No sólo las empresas precisan profesionales que se
encarguen de la comunicación. Gobiernos, diversas instituciones e
incluso organizaciones del tercer sector necesitan gestores del diálogo
con la comunidad.
Este tema genera tal interés que el próximo jueves 11
de abril a las 11.15 se realizará el lanzamiento de la IV Cumbre Mundial
de Comunicación Política 2013. Tendrá lugar en el Auditorio Monseñor
Derisi de la Universidad Católica Argentina, Av. Alicia M. de Justo
1400, el 15, 16 y 17 de mayo de 2013. Más de 120 conferencistas se
reunirán en un ámbito profesional y académico para debatir sobre los
procesos de comunicación política.
Habrá cuatro ejes temáticos: medios y opinión pública; comunicación institucional; campañas electorales y política 2.0.
Ejemplos actuales
Sin obtener respuesta alguna, la nacion intentó
comunicarse varias veces con el subsecretario de Medios de la Nación y
vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro. Cabe destacar que el Gobierno
desconfía de la comunicación con medios que no son propios, por lo que
suele establecer un vínculo con la sociedad a través de las redes
sociales, medios afines o la cadena nacional.
"Siempre es difícil estar en la cabeza del otro",
cuenta Guillermo Marcó, ex vocero del ahora papa Francisco cuando era
arzobispo de Buenos Aires. "Él no daba entrevistas. Hablaba con las
homilías y con sus gestos, como ahora. A la prensa la enfrentaba yo, y
muchas veces frente a algún problema que tenía que responder, sin
consultar debía pensar qué diría él. Y esto lo viví muchísimo en el
anterior cónclave", relata.
"¿Qué características personales y profesionales se
necesitan para estar al frente de la oficina de comunicación?", preguntó
este medio. "Hay que estar convencido de los valores de la persona para
la cual se colabora. Yo pude convencerlo de que invite a la prensa para
las homilías de Semana Santa y eso fue muy importante. Creo que en mi
caso tuve un jefe que sabía escuchar.", opina.
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