Por Daniel Delmás, en "De Comunicación y Eventos"
Hace unas semanas me pidieron que diera un curso sobre comunicación
en las organizaciones. Lo cierto es que estuve mirando muchos manuales
de comunicación corporativa y siempre creí que me faltaba algo: la
comunicación personal. Podemos dotar de herramientas de gestión de
comunicación interna y externa a una organización, pero si no dotamos a
las personas de entrenamiento para sus habilidades personales estamos
dejando de ver todo el plano al completo. Nos quedamos a medias.
Hoy en día nadie pone en duda el valor de las personas dentro de las
organizaciones. Son su pieza clave y fundamental. En la sociedad
española de hoy en día más aún puesto que el fenómeno de la inmigración
experimentado en los últimos años ha producido un aumento de la
plantilla de este carácter en las empresas.
De este razonamiento “cree” un concepto nuevo: el círculo de la
comunicación. Es una nueva forma de ver la comunicación en las
organizaciones, no solo desde el punto de vista de la empresa, sino
también desde la clave de las mismas: las personas. Individuos que
vienen de ambientes y culturas diferentes y que tienen que trabajar
juntas. Si les ofrecemos la formación adecuada para que puedan crecer
personalmente, la comunicación entre ellas será más eficaz y nos
ahorraremos muchos dolores de cabeza.
Nótese que he puesto el termino crear entre comillas. Pocas veces el
ser humano inventa algo nuevo completamente, por lo que hago un voto de
humildad y considero que no seré el primero ni el último, en hablar de
este enfoque sobre la comunicación dentro de las organizaciones.
Para poder desarrollar este concepto he dado con un libro muy interesante: Ni me explico, ni me entiendes. Su autor es Xavier Guix y trata de una manera muy útil e interesante cuáles son los problemas de comunicación y qué habilidades personales trabajar para poder tratar de reducirlos y que comuniquemos de una forma más eficaz.
De todas estas habilidades personales bajo mi punto de vista tres son las más importantes y que hay que trabajar a fondo: la inteligencia emocional, la asertividad y la empatía. Culturalmente estas habilidades no son fáciles de asimilar, nuestra sociedad no nos ha educado en ello, pero si que puedo afirmar por experiencia personal, que ponerlas en práctica funciona con el fin de conseguir una comunicación más óptima.
Por último me gustaría hacer hincapié en una idea muy importante. Muchas veces oigo la frase de “es que no me entiendes”. Cuando alguien no entiende aquello que decimos es una falta de respeto decir que la otra persona no nos ha entendido. Cuando no se nos entiende es culpa nuestra. Nosotros somos los que no nos explicamos y es nuestra obligación trabajar la forma de comunicar con el fin de hacernos entender.
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