Compañías y empleados difunden mensajes en la Web 2.0 que pueden provocarles un perjuicio en su imagen; en ocasiones se pone en peligro el puesto de trabajo
“Una empleada de una importante multinacional paseaba por la calle y twitteó a través de su celular una foto de un paro de trabajadores de una empresa que trabaja con la compañía a la cual ella pertenece. En cuestión de segundos esa información llegó a los medios gracias a esta red social. La noticia y su tweet tuvieron repercusiones entre sus jefes. Una lección que jamás olvidará.
Internet y las redes sociales son virales; es decir, tienen alcance inmediato a millones de personas en el mundo. Cuando está en juego la imagen corporativa o la propia reputación del empleado, hay algunos códigos que conviene tener en cuenta.
No tener reglas internas en la compañía es la primera equivocación que cometen aquellas empresas con empleados presentes en las redes sociales, y que las usan a través de las propias herramientas corporativas.
Según un reciente relevamiento de Adecco entre 100 de las principales firmas de la Argentina, el 62% dijo que no contaba con ninguna regulación al respecto. Sin embargo, es necesario tener una política clara sobre los cuidados necesarios para evitar que se dañe la imagen de la firma.
Según Adecco, el 41 por ciento de las empresas consultadas afirma que el uso de las redes sociales que no están relacionadas con el trabajo afecta la productividad. Es más, un 40 por ciento de las firmas no permite su uso en horario laboral. Pero las redes sociales llegaron para quedarse.”Generar mayor visibilidad de la empresa en las redes es muy bueno”, dice Alejandro Sewrjugin, CEO de VFound, una compañía de marketing en la Web.
Publicar enojado y sin chequear el destinatario, otro error, esta vez por parte de los empleados. Si caen en la tentación de criticar a jefes, a colegas o a la empresa a través de estos medios sin tomar conciencia de la repercusión que estos comentarios pueden tener, estarán en problemas. Por eso se recomienda no publicar en un momento de enojo y chequear dos veces el destinatario del post porque, a veces sin intención, un mensaje privado es enviado como público, provocando grandes inconvenientes que ya no tienen marcha atrás.
Asimismo, postear información o imágenes perjudiciales para la reputación de la empresa o confidenciales es una conducta inaceptable dentro de las compañías. Es importante separar el mundo personal del laboral y proyectar posibles consecuencias antes de actuar.
Actuar como vocero, sin serlo, no es recomendable. Según los especialistas es muy común que algunos empleados actúen, por Facebook o Twitter, como voceros de la empresa, creando malentendidos en el mensaje por comunicar.
Asimismo, es importante que los que sí son voceros de la empresa comprendan que, en caso de duda, es mejor no publicar. “Ante el riesgo de decir algo erróneo, se debe preguntar a un superior. Como responsable de una compañía es importante ser consciente de que lo que se comunique tiene una réplica global inmediata y que, aunque se intente borrar, lo escrito ya se escribió”, afirma Alejandro Melamed, vicepresidente de Recursos Humanos de la Unidad de Negocios de Latinoamérica Sur de Coca-Cola.
Fuente: Diario La Nacion
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